Macri en “modo campaña”. El último discurso de Macri como presidente inaugurando sesiones, tuvo un tono claramente provocador y de barricada. En modo electoral pareció dirigido al PJ-K como forma de lanzar la campaña polarizando con este sector. El problema para él es que la infinidad de mentiras en su discurso consiguieron disparar más aún la bronca de millones contra su gobierno. Es que en el gobierno piensan que la polarización con Cristina le conviene. Según sus encuestadores, en caso de un balotaje con Cristina saldría ganando, mientras que en todos los demás escenarios, perdería hasta con Massa.
Dos de cada tres no le creyó. Sin embargo esta estrategia electoralista del discurso no parece haber funcionado sobre el pueblo. Una encuesta de CEOP da cuenta que dos de cada tres argentinos no le creyó una palabra, y que en la mitad lo que generó fue más bronca y desánimo que previo a la Asamblea. Cosa para nada extraña si se analizan la gran cantidad de mentiras y falsedades que pronunció y que no se condicen con la situación de crisis y miseria creciente que vivimos los trabajadores y el pueblo. Al parecer tampoco los mercados y economistas le creyeron, a juzgar con que el dólar se fue para arriba en las horas siguientes y tuvo que intervenir el BCRA mediante un retoque de las tasas, y la inmensa mayoría de los economistas del régimen fueron muy críticos del discurso señalando que lo único que pueden extraer de positivo son algunos datos de la microeconomía y el turismo, mientras criticaron fuerte la evolución de la macroeconomía y la falta de autocrítica.
¿Macri habló de la Argentina? Como cientos de memes en las redes sociales lo mostraron, o Macri hablaba de un país ficticio, está fuera de la realidad o directamente nos miente en la cara a los millones que sufrimos las consecuencias de su plan de ajuste. Entre tantas mentiras dijo que la economía creció y estamos mejor que en 2015 cuando la realidad es que estamos en recesión desde hace meses, los salarios en blanco perdieron entre un 16 y 30% del poder adquisitivo, se desplomó el consumo interno y la venta de autos por ejemplo. Dijo que estaba bajando la inflación, cuando en enero llegó al 2,9% y marzo estiman en más del 3%, con un anualizado que supera el 50%. Pero sin dudas las más cínicas de sus falsedades fueron cuando dijo que habían aumentado los puestos de trabajo y que había bajado la pobreza, cuando somos millones los que sufrimos los cierres de empresas con despidos y suspensiones, cuando la realidad de las propias cifras oficiales del INDEC muestran que hay un 33% más de pobres y que más de la mitad de los chicos son pobres. Estas son las razones de fondo del enorme rechazo y bronca que ha generado Macri con su discurso y no las bravuconadas para la TV que salieron a gritar los kirchneristas cómplices del ajuste en estos más de tres años de gobierno PRO.
La única verdad (a medias). Macri reconoció que fue el FMI quien lo autorizó a aumentar la Asignación Universal por Hijo, dando cuenta hasta qué punto somos dependientes de la injerencia del Fondo. Todo un sincericidio. Eso sí, cuando nos quiso explicar que evitaron el colapso económico y el default heredados del kirchnerismo, nada dijo que esto lo habrían logrado nada menos que aumentando exponencialmente el endeudamiento en más de U$S 100.000 millones, ni que de estos sus socios y amigos han fugado más de U$S 60.000, ni que tenemos empeñado el futuro por los próximos 100 años. Ni tampoco aclaró que el 46% de aumento de las AUH apenas empardan la inflación, y no recuperan nada del 16% de arrastre del año anterior.
Y después de hablar, de vacaciones nuevamente. Ni bien terminó con la farsa de la Asamblea, Mauricio partió para San Martín de los Andes a tomar sus enésimas vacaciones desde que es presidente. No le preocupó en lo más mínimo la inflación, ni la recesión, ni los millones que nos quedamos masticando la bronca de su ajuste. Lo único que lo hizo volver fue la muerte de su padre, Franco Macri uno de los personajes más nefastos del país, que supo estar de buenas y hacer negociados con los militares, el peronismo, el kirchnerismo y obviamente este gobierno. De otra manera Macri hubiera seguido descansando lejos de los problemas y padecimientos de la mayoría de los argentinos.
Dar vuelta todo, nuestra propuesta. Desde el MST-Nueva Izquierda decimos que no hay que dejarse engañar ni por el discurso de Macri ni por las airadas reacciones de los kirchneristas, ambas electoralistas. Porque si algo hay de verdad en el discurso del presidente fue cuando dijo que todas las medidas que tomó lo hizo con el apoyo (complicidad decimos nosotros) de la oposición. Por eso el MST dice que debemos hacer lo opuesto a lo que nos propone el gobierno y la falsa oposición, tenemos que poner en marcha un plan económico opuesto al actual, que suspenda de inmediato los pagos de la deuda y rompa los compromisos con el FMI, que priorice pagar la deuda interna con el pueblo, aumentando los salarios, jubilaciones y planes al valor de la canasta familiar, que combata la inflación eliminando el IVA de los productos de consumo masivo y que imponga el control de precios y la Ley de Abastecimiento para combatir la especulación y acaparamiento. Que prohíba los despidos y reduzca la jornada laboral a 6 hs con reparto de las horas de trabajo manteniendo el salario, entre otras medidas de urgencia. De esa manera la crisis la pagarían quienes la originaron y se beneficiaron: las grandes corporaciones y el imperialismo.
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