Mientras la CGT se afianza en su transa con el gobierno a cambio del botín de las obras sociales, los sectores “disidentes” -moyanistas y CTAs, por cuerda separada- , anunciaron un paro para el 30. Desde ANCLA y el MST somos muy críticos de esta convocatoria sin el programa ni las acciones callejeras necesarias. Llamamos a prepararlo desde abajo y a movilizar con el sindicalismo combativo.
El gobierno no logra poner un dique de contención a la profunda crisis del modelo económico. Aunque lxs trabajadorxs soportamos sus efectos en el terreno social, crece el tembladeral político en la alianza de gobierno, el desgaste de Macri parece imparable y se llena de nubes negras su camino hacia las elecciones de octubre.
Esta crisis se explica en su mayor parte, por la imposibilidad de profundizar el ajuste en la magnitud que se necesita y en la falta de implementación de las reformas estructurales reaccionarias, en particular la laboral. La bronca obrera y popular y la disposición a resistir, han obligado a Macri a recalcular permanentemente.
Lamentablemente, habiendo estas condiciones en el humor colectivo para pararle la mano a Macri y al FMI, no se ha avanzado en desarrollar la pelea como corresponde, se han dejado aislados los conflictos, no se ha incentivado el desborde social y, por supuesto, ha estado ausente toda referencia seria a organizar la huelga general que se necesita.
La responsabilidad en el terreno político es del PJ en todas sus variantes, por su acción parlamentaria y desde las provincias. Y de la burocracia sindical que jugó sus fichas a la gobernabilidad, privilegiando sus prebendas y apostando al proyecto de unidad del PJ.
Gobernabilidad y especulación electoral
Así como los dirigentes de las centrales actuaron de escuderos del gobierno ayudándolo a capear la peor de sus crisis el año pasado, ahora vuelven a organizar un salvataje cuando la debacle macrista se acentúa. Más allá de sus matices y diferencias, ninguno quiere desarrollar la lucha hasta el final y todos apuestan a no hacer olas hasta octubre y “votar bien” por variantes del PJ (Cristina, Lavagna, Solá…) que sólo proponen parches para amortiguar ligeramente las penurias populares y están lejos de postular una salida de verdadera ruptura con el modelo.
La CGT no solamente se ha pronunciado por apuntalar a Macri. Como lo demostró marchando el 4A conjuntamente con las patronales, levanta un programa para los empresarios “nacionales” a cambio de la plata de las obras sociales. Les “liberaron” una cuota y le prometen nuevos desembolsos para llegar a los 32.000 millones, a cambio de mantener estos favores. El reciente evento empresarial del CIPPEC, mostró a Gerardo Martínez, Lingeri, Daer y Cía, codearse con Lavagna y los empresarios, en medio de una impúdica cena de lujo. Es tal la traición de estos dirigentes corruptos y vendidos que han surgido voces disidentes… pero no tanto.
La CATT (Confederación del transporte), que refleja las peleas por subsidios y otras prebendas de sus patronales de referencia, esbozó una protesta tan original como repudiable: anunció un paro transportista para el Primero de Mayo. Su vocero Fernández, odiado burócrata de la UTA, subió la apuesta: pararían todos los días feriados. Una medida que evita molestar a los patrones.
Una medida de compromiso
Las otras voces “disidentes”, que el 4A quedaron a la retaguardia en Plaza Congreso apostando a las tibias medidas de “contención” que se discutían en el Congreso, ahora llaman a parar el 30. El llamado Frente Sindical (moyanistas y la Corriente Federal de Palazzo) se reunió en el Smata y lanzó el paro; las divididas CTAs, rancho aparte, también convocaron. Pero hoy por hoy este llamado tiene más incertidumbres que certezas. Es un paro que llega más que tarde, sin plenarios y asambleas para prepararlo, sin un programa claro, sin movilización hasta el momento y sin continuidad. Así convocado y en manos de estos dirigentes, nos encaminamos a una medida parcial (estatales, docentes, camioneros y bancarios y algunos otros sectores) y aislada, que parece más una acción para descomprimir la bronca de las bases que la medida contundente que hace falta.
¿Qué hacer de cara al 30?
Desde ANCLA/MST llamamos a no depositar la menor expectativa en estas conducciones corresponsables de la ausencia hasta ahora de medidas contundentes, a tomar la medida del 30 en nuestras manos y a movilizar de manera independiente con el sindicalismo combativo y la izquierda.
Necesitamos llevar este debate a los lugares de trabajo estatales y privados, preparando reuniones de activistas y reclamando asambleas y plenarios abiertos para denunciar la orientación burocrática que le imponen los convocantes y qué medida hay que construir para que se transforme en una jornada que golpee con fuerza a Macri, el FMI y los gobernadores.
Para ello es imprescindible el carácter activo del paro nacional. Basta de paros domingueros o con acciones débiles y divididas. Necesitamos un paro con movilizaciones a Plaza de Mayo y en todo el país.
Debemos reclamar la preparación de la medida en asambleas y plenarios abiertos de delegados y activistas.
El paro debe tener continuidad con un verdadero plan de lucha nacional.
Y levantar un programa de emergencia que responda a las necesidades obreras y populares que, entre otras medidas, plantee:
No sirve morigerar las tarifas por unos meses. Necesitamos la anulación de los tarifazos y la reestatización de los servicios públicos bajo control social.
No sirve poner “precios cuidados” a algunos productos. Hay que lanzar un verdadero plan antiinflacionario, anulando el IVA, estableciendo un control popular de los precios, aplicando la Ley de Abastecimiento sobre las empresas formadoras de precios que especulen y lanzando aumento general de salarios, jubilaciones y planes sociales, actualizados automáticamente según inflación real.
Hay que rechazar los procedimientos de crisis y abrir los libros de las empresas que aduzcan “dificultades”. Prohibir por ley despidos y suspensiones y expropiar toda empresa que no cumpla, bajo control obrero.
Hay que romper los acuerdos con el FMI, dejar de pagar la deuda y aplicar impuestos extraordinarios a la riqueza para garantizar un plan de obras públicas que garantice trabajo genuino y un aumento drástico de los presupuestos sociales, de salud y educación.
Desde ANCLA y el MST, llamamos a reclamar estas medidas y este programa y proponemos un plan de acción del Plenario del Sindicalismo Combativo y la izquierda. Vamos a trabajar para que el 30 se transforme en una jornada de lucha que enfrente y golpee al gobierno, pero también para acumular en el camino de desalojar a estos dirigentes que traicionan o regulan las peleas. Y forjar la nueva dirección democrática y combativa que se necesita.
Guillermo Pacagnini