Partidos y sindicatos en Argentina ¿Qué plantean sobre medioambiente?

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Crece el debate socioambiental. En el mundo hay una ola verde creciente, que cuestiona el cambio climático y sus responsables. En Argentina, hay acumulación de resistencias contra las formas más depredatorias del modelo extractivo: el agronegocio, la megaminería, el fracking o la cementación urbana. Hay una nueva generación militante de estas causas. Como aporte de información y propuesta, resumimos el panorama de la perspectiva sobre medioambiente de fuerzas políticas y el sindicalismo tradicional en Argentina.

El macrismo socioambiental se sintetiza en números, en presupuesto y estadística:

  • En el Presupuesto 2019 el gasto destinado a preservación ambiental equivale al 0,3 % del total.
  • Por cada $ 1 destinado a cuidado de la naturaleza el macrismo destina $ 19 a subsidiar la ganancia empresaria del transporte deficitario en servicio y contaminante actual y $ 26 a subsidiar emprendimientos de fracking.
  • La Ley de Bosques Nativos, este año va a recibir el 4,55 % de lo que le corresponde.
  • Se destinan cerca de $ 1700 millones a promover el agronegocio, en especial los agroquímicos.
  • Por cada $ 1 invertido en energías renovables, el Presupuesto asigna $ 59 a combustibles de origen fósil.
  • El presidente en Entre Ríos apoyó las fumigaciones con agrotóxicos sin cordón perimetral de protección a la población. En su gestión como Jefe de Gobierno en CABA, la ciudad multiplicó el espacio cementado y retrocedió en espacios públicos y verdes.
  • Claramente Cambiemos, representa la exacerbación del capitalismo de saqueo, extractivo y contaminante. No es una gran novedad, solamente una corroboración.

 

El sindicalismo tradicional: burócratas del extractivismo

Los sindicatos son una gran herramienta de la clase obrera. Y ésta, la protagonista insustituible en cualquier programa de reconversión productiva, con sentido no-contaminante. La burocracia que domina la mayoría de los grandes sindicatos de industria, donde impacta el modelo de acumulación extractivo, actúa como representación de los capitalistas del saqueo hacia la clase trabajadora. Y levanta una ideología venenosa: cualquier cuestionamiento al impacto sanitario o ambiental de cualquier industria, es hacer peligrar la fuente laboral. Entonces, es trabajo o salud, las dos cosas no se pueden. De esta forma, la burocracia que conduce AOMA (el sindicato minero), enfrentó a trabajadores de la megaminería con asambleas ciudadanas movilizadas contra la depredación de corporaciones como la Barrick. O la UOCRA, que hizo lo mismo con patotas, en Malvinas (Córdoba), en defensa de la planta de semillas de Monsanto. O el imponderable UATRE, de Venegas, que bancó siempre el agronegocio, pese a representar a la peonada que sufre el impacto del glifosato. Es clave oponerle a esta casta, un sindicalismo democrático real, y que integre la estrategia de la reconversión productiva y laboral, con garantía a cargo de la empresa de continuidad salarial de todo trabajador implicado en un proceso así, de cambio de matriz económica. Levantar una bandera: si contamina, no es progreso para la clase obrera y el conjunto del pueblo.

Debates con el kirchnerismo

Como en todos los campos de lucha, en el socioambiental, también predomina un extendido anti-macrismo. Eso, se traduce a una fuerte tendencia hacia el respaldo a un frente que una en un mismo bloque el PJ y el kirchnerismo. Organizaciones como el Mocase, UTT u otras, reportan a esa política. Recientemente un Foro Agrario en CABA, tuvo como predominio esa orientación política. Sin ninguna pedantería, vamos a criticar esa posición. Los proyectos políticos tienen historia, programa y perspectiva. También el kirchnerismo y el PJ. Ya lo hemos señalado en estas páginas: el proyecto de CFK consolidó el modelo extractivo, multiplicando el agronegocio y la superficie sojizada; la megaminería que pulveriza la cordillera y cianura el agua potable; el fracking como siniestra novedad a partir del acuerdo con Chevron en 2013 y la cementación especulativa, anárquica, en las ciudades. Sin embargo, se nos podría objetar que por la plataforma con la que se propone volver, CFK levanta otra orientación. Pero no, en realidad refuerza lo que ya hizo: así como propone una alianza de los “pañuelos verdes y celestes”, en materia socioambiental, sus alianzas con sojeros pro-Monsanto en Santa Fe como Perotti o la foto recurrente con el titular nacional del PJ, el sanjuanino Gioja, lobbysta de la Barrick Gold, son señales de un rumbo inequívoco, si le tocara volver a gobernar: más y más extractivismo en Argentina. Por lo tanto, este aspecto no puede quedar al margen del debate de proyectos para dirigir el país. Es una reflexión que dejamos para incluso decidir la opción electoral.

El FIT: subestimación, dogmatismo y productivismo de izquierda

Las fuerzas principales de este frente electoral basculan entre minimizar de hecho la problemática ambiental, a abordarla periodísticamente –sin intervenir en los procesos reales, de lucha- con dogmatismo de izquierda, que les hace caer en posiciones hasta reaccionarias. El PO en la megaminería, por ejemplo. Hemos polemizado duro con ese partido que planteo la “estatización con control obrero de la megaminería”. Cuestionamos esa posición. La megaminería es una modalidad contaminante sea la clase que sea la que la administra. Estamos por su total prohibición. El PTS por su parte, cayó en enfoques parecidos al PO. En Malvinas (Córdoba), se oponía a la asamblea de la Madres que el MST y la Red Ecosocialista apoyamos, porque aducía que en todo caso había que dejar que la planta de Monsanto se construya y después, en todo caso, organizar a los trabajadores. En fin, una posición sindicalista totalmente equivocada. O en Neuquén, en su momento, donde teniendo representación parlamentaria, tardaron en plantear la prohibición del fracking. En general estas organizaciones, no activan estas causas y revelan una incomprensión fuerte de un asunto crucial: la degradación capitalista del medioambiente es una carga frente a la cual, los socialistas tenemos que dar una dura lucha hoy y preparar un programa de rescate socioambiental para gobernar. Con el marxismo como método de interpretación, no como recetario y verdad revelada. Así, superar una especie de tabú productivista de izquierda: algunas modalidades de producción desarrolladas por el capitalismo en decadencia habrá que proponer suprimirlas en un eventual gobierno de orientación socialista.

Nuestro modelo: anticapitalista y (eco) socialista

No nos equivocamos si decimos, que seriamente, somos la única fuerza política nacional con un programa socioambiental de rescate frente al desastre capitalista. Primero, fomentando la unidad de calle para apoyar todos los movimientos de lucha contra la agresión extractiva. Y a la vez, con una propuesta que siempre levantamos: construir en política un proyecto que cuestione la matriz de producción y consumo capitalista, basado en el exclusivo objetivo de la ganancia privada. Y alternativizar con un modelo de economía fundado en otra lógica. Nuestro propósito es un gobierno de transición hacia un sistema social y político, que integre a su perspectiva producir sin depredar, es decir: planificando democráticamente todo, contemplando el impacto socioambiental, con plena información social y consciencia de conjunto. Con la reconversión de la economía, reemplazando ramas enteras de la producción que no tienen ningún sentido social y contaminan, por otras útiles y compatibles con la salud de las personas y la naturaleza. A partir del desalojo del poder del capitalismo contaminador, todo es posible:

  • Garantizar comida suficiente, saludable y accesible, con una modalidad de producción agroecológica a gran escala y comercialización directa sin intermediarios privados.
  • Sustitución de la matriz de energía actual por limpias y renovables.
  • Fomentar y ampliar el transporte público, estatal con control social para desincentivar el uso del transporte individual.
  • Multiplicar los espacios verdes y públicos, contra la cementación de las desarrolladoras inmobiliarias.
  • Planificar democráticamente la producción, reducción de la jornada laboral e innovación tecnológica para reducir horas sociales de trabajo.

La sabiduría oriental dice que “todo camino de mil kilómetros empieza por el primer paso”. Ese principio es, entonces, organizarnos políticamente para luchar por estas causas y objetivos de reorganización social y ambiental. Para contribuir a esa perspectiva construimos la Red Ecosocialista y el MST, nuestro partido.

Mariano Rosa

 


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