Cuenta regresiva. Cuando este periódico salga de la imprenta van a faltar unos pocos días para las PASO del 11 de agosto y, sin embargo, la apatía domina en el ambiente. Las principales encuestadoras no se atreven a dar pronósticos definitivos y la principal actividad de las fórmulas patronales parece centrada en un debate de a dos para instalar una polarización que borre del mapa al resto de los contrincantes. Cuentan para esto con una batería para nada despreciable de propagandistas a sueldo que, a fuerza de operaciones, fake news y millones de pesos, abonan a la idea de una pelea donde ambos se preparan para pegar hacia el mismo lado.
La ancha avenida de la centro derecha. Es claro que, ante el descalabro de la economía y los resultados brutales para el pueblo trabajador, el gobierno ha elegido el camino de fortalecer su base social anti k, tonificar el perfil de capitalismo ordenado y de mano dura. Esto se combina con la presentación de obras y supuestos logros de gestión en áreas como el combate al narcotráfico (versos y más versos) o apelaciones vacías al trabajo en equipo. Con una batería de medios operando 24/7, un cuidado manejo de los recursos y el aparato y un guiño de sus jefes del FMI, para quienes aparece como primera, pero no única opción, busca un resultado que lo mantenga en carrera hacia octubre. Esta posibilidad, que apenas hace meses parecía imposible, se vuelve real justamente por lo que ofrece la oposición.
De tibio a frío. A promesa limpia, la fórmula Fernández – Fernández es la cabeza de un cuerpo que pareciera no responder del todo a sus mandatos. En su espacio se suceden las declaraciones “desafortunadas” y entre ellas y las “aclaraciones” del bueno de Alberto va saliendo a la luz que, sin ser iguales, no son tan distintos como decían. Por supuesto que con una buena dosis de maquillaje electoral las frases rimbombantes sin anuncios de medidas concretas y de fondo, preanuncian un gobierno más parecido al de Mauricio que al de Néstor. Mal que les pese a quienes, aún con la llegada de antiderechos, economistas de la ortodoxia neoliberal y la carrera por ver quién es más capitalista lanzada por Cristina, siguen buscando sin éxito la patria socialista en los anuncios de un muchacho que siempre estuvo más cerca de la embajada norteamericana que de la sierra maestra.
Muestras de buena voluntad. Otra constante de la campaña, ha sido el respeto irrestricto a los compromisos asumidos, aún cuando estos sean sobre la base de la pérdida de la soberanía política, la independencia económica y la justicia social. Está claro que el compromiso de Macri es avanzar más rápido en la misma dirección que hasta ahora, lo que va quedando claro también es qué compromiso similar asume Fernández. Aparecen así en el horizonte el pago de la deuda externa sideral, la reforma laboral precarizadora, el avance de las actividades extractivistas en Vaca Muerta y toda la cordillera minera e incluso un salto en la devaluación para lograr un “dólar competitivo”. Todas estas muestras de buena voluntad hacia las corporaciones y el imperialismo contrastan con las promesas de aumento a los jubilados de Fernández o las de aumento salarial de Macri, más bien demuestran que la grieta que tanto vociferan se ha ido reduciendo a un pequeño raspón.
Dale fuerza a la izquierda que se une. Repasado el panorama de las fuerzas patronales y con una pista sobre por qué estas elecciones entusiasman poco y nada, con un voto esencialmente definido por la negativa, queremos plantearte el desafío de pensar en un camino alternativo y animarte a transitarlo. Sí, porque en estas elecciones también hay una oportunidad, la oportunidad de que la reciente unidad de la izquierda que construimos, luego de mucho esfuerzo, se fortalezca y avance. En primer lugar porque somos la lista realmente antisistema, no como los que se venden con ese título pero son rancios defensores del capitalismo más desaforado. En segundo lugar porque entendemos que más allá de las elecciones se vienen peleas duras y para ganar necesitamos darlas en unidad, electoral y en cada lucha. En tercer lugar porque tenemos un programa que defiende los intereses de los trabajadores, las mujeres y la juventud y la definición de construir la herramienta necesaria para conquistarlo, no solo para usarlo de consigna en un afiche. Por eso queremos hacerte una propuesta: sumate a darle el último impulso a la campaña del FIT Unidad con el MST, hacé la experiencia de participar y además de votar, activá con nosotres.