El estallido social que sacude el territorio chino de Hong Kong no afloja.
Todos los vuelos del Aeorpuerto Internacional de Hong Kong fueron cancelados el lunes 12 de agosto tras una ocupación del mismo en respuesta a la brutal represión a manifestantes el día anterior.
La rebelión estalló días antes del 30 aniversario de la masacre de Tiananmen, contra el intento de la jefa ejecutiva Carrie Lam de imponer una ley de extradición que permitiría trasladar a cualquier preso para ser juzgado en China.
Lam tuvo que suspender la medida a días del estallido, pero los manifestantes exigen el retiro definitivo del proyecto de ley, libertades democráticas plenas y la renuncia de Lam. Marchas de un millón de personas el 9 de junio y otra de dos millones con huelga general el 16 de junio han sido los puntos altos de un estado de movilización permanente que no le ha dado respiro al gobierno de Lam.
Rebelión contra una acumulación de opresión
Desde que el Reino Unido entregó la soberanía de Hong Kong a China en 1997, la ciudad comercial y portuaria ha gozado de un régimen de autonomía relativa y limitadas libertades democráticas definidas por el lema “un país, dos sistemas”. Esto ha permitido a diversos disidentes chinos refugiarse en el territorio. Sin embargo, el gobierno chino ha venido avanzando contra estas libertades relativas e imponiendo su dominio.
Una primera reacción popular contra esta avanzada se dio en 2014 con el llamado “Movimiento de los Paraguas”, que reclamó por el derecho a elegir plenamente sus mandatarios. Desde la derrota del mismo, el gobierno del Partido Comunista Chino (PCCh) ha logrado avanzar: tribunales locales han inhabilitado a legisladores por prestar juramento demasiado despacio o con la entonación equivocada, hay políticos a los que se les ha prohibido presentarse a elecciones y se ha prohibido un partido político.
Estos recortes a las libertades democráticas, junto a las penurias económicas del descargo de la crisis económica –profundizada por la guerra comercial entre China y Estados Unidos– sobre los trabajadores, se han acumulado para desatar el presente estallido.
China preocupada
Lam está contra las cuerdas, pero no renuncia e intensifica la represión. El gobierno Chino la respalda, ya que su renuncia lo mostraría debilitado y sería un peligroso ejemplo para el poderoso pueblo trabajador chino, que viene protagonizando un lento ascenso de lucha a pesar de la brutal dictadura del PCCh. Aunque aún no ha intervenido directamente, el gobierno chino viene escalando sus mensajes intimidatorios hacia los manifestantes de Hong Kong.
Recientemente, ha publicado videos del ejército chino estacionado en Hong Kong entrenando para luchas urbanas; están concentrando vehículos armados militares en la frontera del territorio; y vienen emitiendo mensajes públicos crecientemente intimidatorios, catalogando las protestas como “actos terroristas” y describiendo al movimiento como una “revolución de color”, en alusión a las movilizaciones que sacudieron algunas repúblicas ex soviéticas hace una década. El gobierno chino había considerado esas movilizaciones, en particular la de Ucrania de 2004, como una amenaza existencial que debían ser aplastadas a cualquier precio.
La desesperación de China que no logra dominar al pueblo movilizado de Hong Kong también se relaciona con la aproximación del 70 aniversario de la fundación de la República Popular de China el 1 de octubre.
La juventud a la cabeza
Pero el pueblo movilizado tampoco muestra ninguna intención de aflojar, y los sectores más dinámicos se vienen radicalizando.
Como dijo el autor socialista Au Loong Yu en una reciente entrevista con Jacobin, “Dentro del campo de la ‘fita amarilla’, aquellos que apoyan la reforma democrática, hay dos facciones: la juventud radical (que desempeña el papel de vanguardia) y los partidarios más viejos y pandemócratas (la oposición liberal desde la década de 1980 que ha presionado por el sufragio universal manteniendo el ‘mercado libre’ de Hong Kong). La generación joven está más decidida que la generación anterior a exigir que el gobierno retire el proyecto de ley de extradición de China. Hay una fuerte ansiedad y amargura entre ellos, y temen que, si no pueden ganar esta vez, perderán para siempre.”
La persistencia y valentía de la juventud de Hong Kong tiene el potencial de derrotar a la dictadura del PCCh, derrumbar su apariencia de régimen invencible, y despertar a la gigante clase trabajadora china.
Compartimos extractos de un volante de Acción Socialista, organización trotskista de Hong Kong que interviene en el proceso:
Para ganar contra esta estrategia de la policía del PCCh / Hong Kong, el movimiento de masas debe profundizarse. Hay tres partes de esta escalada que son cruciales para el éxito.
1. Debemos expandir la revolución a China. Por la lucha de masas unida del pueblo de Hong Kong y China contra la dictadura del PCCh. China y Hong Kong se enfrentan a un gobierno autoritario, represiones policiales, desigualdades cada vez mayores y cada vez más graves, falta de viviendas asequibles, trabajos sin salida para los jóvenes y la dictadura de los magnates.
2. Debemos elevar la lucha más allá de las “5 demandas” inmediatas* y exigir el fin del sistema capitalista autoritario en Hong Kong, un sufragio universal real para todos los mayores de 16 años, reemplazar el viciado “Legco” (Legislatura de representación limitada) con una Asamblea Popular totalmente democrática, y extender el control democrático de la economía para aplastar el funesto control magnate sobre el sector inmobiliario, los bancos y las grandes corporaciones, que es la causa de la pobreza, las horas de trabajo excesivas y la crisis de la vivienda.
3. Debemos seriamente organizar una huelga general de un día para derrocar al gobierno; esto significa que tenemos que comenzar a construir comités de huelga y organizaciones sindicales en todos los lugares de trabajo y escuelas.
Nuestro movimiento ya ha sacudido la dictadura de Xi y le ha dado al PCCh la crisis más grave en treinta años. Pero, por supuesto, esto significa que se están preparando seriamente para contraatacar. La lucha de masas necesita una organización de masas, a través de comités de base democráticos en todas las áreas, para unir todos los sectores, prevenir la fragmentación y decidir democráticamente cuáles son las próximas acciones a tomar.
Extender la lucha de masas a China será una cuestión de vida o muerte: si seguimos siendo un movimiento de masas solo en Hong Kong, entonces, como en 2014, el régimen puede esperar y derrotar al movimiento. Una lucha tan avanzada, que atraviese las fronteras, que involucre a muchos sectores, no puede hacerse sin una organización real y estructuras democráticas. ¡Las redes laxas y acciones “espontáneas” no alcanzan! Es por eso que Acción Socialista promueve la creación de un nuevo partido de trabajadores de masas y sindicatos de lucha, que son los vehículos necesarios para una lucha organizada que pueda derrotar a la dictadura y la clase capitalista cuyo poder económico protege.
Si Hong Kong logra organizar una verdadera huelga política de un día, esto ejercerá directamente una presión sin precedentes sobre el gobierno de Hong Kong y el PCCh. Al mismo tiempo, recibirá una atención masiva y aumentará la importancia de nuestra lucha para las masas en China y todo el mundo, lo que aumentaría la confianza y la voluntad de lucha del pueblo chino y de Hong Kong.
Federico Moreno
* Las cinco demandas del movimiento antiley de extradición son: la retirada formal del proyecto de ley; la renuncia de Carrie Lam como presidente; la retirada de cargos por “disturbios” de los manifestantes arrestados; la liberación de todos los manifestantes arrestados y una investigación pública independiente sobre la violencia policial contra manifestantes desarmados.