“Las empresas hoy están intentando reformas laborales, flexibilización, están intentando porque se lo permiten.”
Entrevistamos a Raúl Lemes delegado y miembro de la comisión interna de la multinacional Unilever Gualeguaychú, donde se logró la reincorporación de seis compañeros.
¿Cómo comenzó el conflicto de la planta Unilever- Gualeguaychú este año?
Los primeros días de junio, la compañía nos informa que van a presentar retiros voluntarios porque necesitaban sacar personal, los números no le cerraban. Explicando que la producción ya no es la misma, que el achique es por la baja de venta de jabón en polvo. Excusas. El gerente nos reúne a todos los turnos y promete que todo el que se quisiera ir se iba a poder ir y todo el que no quisiese se iba a quedar. En dos semanas se retiran 20 compañeros pero cuando se cierra el proceso de retiros nos encontramos con 16 despidos sin causas. Ahí arranca nuestro conflicto por la reincorporación de los 16 compañeros despedidos.
¿Hubo antecedentes al conflicto de este año?
Sí, hubo conflictos anteriores, en 2018 la compañía desvinculó 21 compañeros usando otro modus operandis. Informan a la comisión interna de los despidos y comienzan a sacarlos a la fuerza de la empresa. Ahí empiezan a hacer asambleas, también por la fuerza tuvimos que meter a los compañeros que habían sacado fuera de la planta. Después de 25 días de conciliación obligatoria la empresa ratifica los despidos. Esta lucha duró meses y sólo quedaron dos compañeros, por malas medidas que se fueron tomando, se iban bajando por cuestiones personales, por las presiones, problemas de salud. Mientras negociaban las indemnizaciones nosotros seguíamos teniendo una carpa en la puerta de la fábrica. Pero fue otro contexto, otra lucha y con resultados negativos.
¿Con qué medidas encararon este año el conflicto?
Este año se decide en asamblea en planta, por forma unánime paralizar la planta y salir todo el turno mañana. A partir de ahí hicimos asambleas permanentes en la puerta de la fábrica con los tres turnos. En la secretaria de trabajo nos decía que Unilever estaba actuando bajo los marcos de la ley, despedía y les pagaban las indemnizaciones, y que por eso no iba dictar la conciliación obligatoria. Por eso es que decidimos armar una carpa en la puerta de la secretaria cortando una calle céntrica y también otra carpa en la puerta de la fábrica. Sostuvimos diez días los acampes en paralelo. La compañía pide reunión entre las partes y piden una conciliación voluntaria, la comisión directiva del sindicato accede por 15 días. Volvemos a trabajar pero no se logró ningún acuerdo, después la empresa pide 15 días más de voluntaria, el sindicato acepta. Lo bueno es que teníamos a los compañeros despedidos trabajando en la planta. Antes de que se venza la conciliación la empresa reincorpora a los despedidos.
¿Cuáles son los objetivos de la empresa?
Las intenciones de la compañía, eran claras ellos no están ajenos a la problemática del país y sostienen que hay bajas de competitividad, bajas ventas y por eso quieren achicar. El 70% de la planta son compañeros con más de 25, 30 años de antigüedad, es más costo, más días de vacaciones y más tiempo de partes médicos por el desgaste normal de un trabajador de tantos años de fábrica. Por eso la empresa quiere sacárselos de encima. Además sabemos que las empresas hoy por hoy están intentando reformas laborales, flexibilización, están intentando porque se lo permiten. También se incorporó mucha tecnología, la tecnología es para que las grandes empresas puedan optimizar su producción, tener mayores ganancias pero también que nosotros los trabajadores tengamos una mejor calidad de trabajo, no es para que eches trabajadores. Y hoy Unilever está haciendo eso, mete tecnología mientras echa trabajadores.
Entrevistaron Gina Turtula y Bruno Giusti