Aterrizaje forzoso. Luego de que se prendieran las alarmas y el gobierno macrista colisionara contra una montaña de votos opositores en las PASO, la caída sigue. Gracias al apoyo del PJ y la burocracia no se estrelló del todo, pero no puede detener la inercia y saldrá de escena con un aterrizaje más violento que el golpe recibido en el domingo negro del 11 de agosto.
El enorme mazazo a las condiciones de vida de millones, la caída en default y el inicio de las renegociaciones con el Fondo se dan bajo la mirada atenta de Fernández, que ya se pasea por el mundo como virtual presidente, mientras que pocos le devuelven las llamadas a Mauricio. La tan mencionada transición está centrada en que una parte del trabajo sucio lo asuma Macri mientras que el compromiso opositor es “no hacer olas” e ir preparando el nada auspicioso terreno que se avizora.
En ese marco de desastre oficialista empieza a tomar fuerza una preocupación que parecía inexistente hace apenas unos meses. ¿Será posible que la inercia se lleve también a Larreta?
Alberto, el respetuoso. Con la contradicción de que la campaña definitiva recién comienza, Fernández se ve obligado a mostrar cada vez más los planes de su futuro gobierno. El mensaje de “los mercados” fue claro: colaborar con la gobernabilidad, una transición ordenada y no sacar los pies del plato. Y todos los mensajes de Alberto desde las PASO han ido en este sentido. Reuniones con el FMI, la Mesa de Enlace rural, las megamineras, la UIA, la burocracia de la CGT… En fin, un anticipo casi sin filtro del programa capitalista de gobierno que se viene, pacto social mediante.
En su viaje por España y Portugal, y en su agenda local, la prioridad estuvo centrada en los grupos de poder, autoridades de bancos, y mensajes de silencio para los sectores más “radicalizados” de su tropa e incluso habló de “no estar en las calles”. Y sus loas al “milagro portugués” pretenden encubrir lo que sólo es una versión aggiornada de sumisión al FMI y precarización laboral.
Y Cristina rompió el silencio… para silenciar a Grabois, que rápidamente se encuadró en la lógica capitalista del Frente de Todos y desmintió haber propuesto una reforma agraria en serio.
El único que se esfuerza en encontrar algún matiz progresista en los mensajes del líder del Frente de Todos es Pichetto, aunque su mirada es tan de derecha que está al borde de acusar de comunistas a personajes como Manzur o “Loma” Ávila (el burócrata que mandó despejar a palazos un piquete de los estatales en Chubut), ambos aliados del frente al mando del PJ.
Alberto es respetuoso de los acuerdos con el FMI, con las corporaciones y los terratenientes, lo que indica que será poco respetuoso de los derechos de las grandes mayorías.
Mientras tanto, el ajuste. Luego de un vergonzoso silencio de la mayor parte de las centrales sindicales, finalmente el pasado 10 se llevó a cabo el paro nacional de ATE, pero lejos de proponerse como el puntapié inicial de un plan de lucha que permita recuperar al menos una porción de lo que nos arrancaron a los trabajadores en este tiempo, tuvo sabor a “descompresión”. El papel lamentable y subordinado a las fuerzas políticas burguesas del 95% de las conducciones sindicales no tiene nombre.
Las organizaciones sociales por otra parte han mostrado un enorme poder de movilización, reflejo de las necesidades que se multiplican en los barrios populares, sin embargo las conducciones, en particular el llamado tridente de los “Cayetanos” desvía toda esa fuerza al debate de una ley en el congreso apostando a seguir esmerilando al gobierno pero sin derrotarlo de una vez.
Lo que se impone es la concreción urgente de un paro nacional y un plan de lucha que imponga un programa de emergencia ya y esa es la batalla que planteamos desde el MST en todos los terrenos de la lucha de clases, tanto a nivel del sindicalismo combativo como en el de los movimientos sociales. Porque el hambre no espera y no hay debate parlamentario que sea arma eficiente contra el ajuste.
La coyuntura marca más a fuego que nunca la necesidad de postular una alternativa política independiente y con un programa de ruptura, una alternativa capaz de conducir las múltiples fuerzas de las mayorías populares, ese elemento, a pesar de los esfuerzos aún continúa ausente y representa el principal desafío hacia adelante.
Ahora, dale fuerza a la izquierda en las calles y el Congreso. El punto más álgido de la crisis política parece comenzar a cerrarse y todos los cañones del régimen apuntan a reinstalar el debate electoral aunque con una participación aún mayor del imperialismo y el FMI, no ya jugando abiertamente para el macrismo como en la primera vuelta sino imponiendo sus condiciones para la transición.
Comprendiendo que un amplio sector de la población apueste a terminar lo que se inició en las PASO enterrando al macrismo con el voto a Fernández, es claro también que los mensajes del candidato apuntan a sostener los compromisos asumidos por el macrismo lo que preanuncia ajustes y duros enfrentamientos con su propia base electoral.
Por eso la tarea del momento es fortalecer a la izquierda que se une y habiendo superado las PASO es la única fuerza que se planta con un programa de salida de fondo y del Fondo. Fortalecer al Frente de Izquierda Unidad es fortalecer a os que vamos a acompañar cada lucha, a los y las que pondremos los temas fundamentales en debate, a quienes realmente representamos los intereses de lxs trabajadorxs, las mujeres y la juventud. Para concretar este desafío, te proponemos que te sumes al MST para darle fuerza al Frente de Izquierda Unidad en las calles y en el Congreso.