«¿La elección no sucedió?» Con esta frase el gobierno pretende ocultar el dato político más importante de los últimos meses: será el primero en la historia en perder su poder en una elección que según el mismo «no sucedió». Las PASO significaron un golpe mortal para el proyecto de Juntos Por el Cambio y lo que presenciamos es la decadencia de un frente que amenaza con extinguirse por completo y de un nuevo y serio intento de normalizar el país desde la óptica capitalista. Sin ir más lejos, el último fin de semana, el oficialismo perdió la ciudad de Neuquén después de 22 años de gestión. Por eso, a pesar de que busque negarlo, invente procesiones o vaya a ver a la Virgen de los Milagros o a todo el santoral, Macri ya fue. Lo que fortalece la importancia de discutir lo que se viene, ya que el resultado de su gobierno es, como mínimo, desastroso y hasta Greta Thunberg, la personalidad del momento, lo denunció ante la ONU.
Chubut en llamas. La provincia patagónica es la que refleja con mayor definición las contradicciones del momento. Los trabajadores y trabajadoras estatales y docentes vienen llevando adelante una lucha incansable y creciente contra el ajuste pactado entre el gobierno de Arcioni y el de Macri, a partir del pacto fiscal. Sin embargo, Arcioni es «hombre» de Massa y el Frente de Todos que encabeza Alberto Fernández y con ellos desarrolla la campaña electoral. Mientras la legislatura permanece cercada, dos docentes fallecieron en la ruta y se encuentran tomadas las playas de tanques de las empresas petroleras.
En el centro del conflicto, la deuda externa, descomunal y en dólares, que tiene a una de las provincias más ricas del país ahogada.
Chubut es la postal perfecta para entender que si solo se cambia de figura pero no se termina con el modelo del FMI, no hay una perspectiva favorable para el pueblo que vive de su trabajo en el horizonte.
Los compromisos de Alberto. La contracara de la derrota de Mauricio es la seguridad del triunfo que envuelve a Alberto. El centro de atención se corrió a su canal y no hay semana que no se reúna con banqueros, empresarios, burócratas sindicales y toda la corte de poderosos que buscan garantías frente al escenario de inestabilidad que sobrevuela el ambiente.
Alberto es cauteloso porque sabe que el horno no está para bollos y por eso empezó a dejar atrás las promesas de campaña y a mostrar sus compromisos.
Respetando a quienes lo ven como la única opción para terminar de hundir a Macri, es importante señalar que esos compromisos no apuntan a una transformación en el modelo vigente. No lo decimos nosotros, sino que sus principales colaboradores son los que niegan que se puedan desdolarizar las tarifas, aprobar el aborto, bajar la inflación o dejar de pagar la deuda o incluso refieren que los motores de su proyecto económico estarán en Vaca Muerta, las megamineras o el agronegocio, los gobernadores que se suman a su campaña no dejan dudas al respecto.
En el terreno de los derechos de los trabajadores, el panorama no es diferente. Sus anuncios sobre un pacto social para congelar precios y salarios son un guiño a los empresarios, lo mismo que la «modernización» en distintas áreas que se parece a la reforma laboral como una gota de agua a otra.
Fortalecer a la izquierda en las calles y el Congreso. La campaña ya arrancó, pero la realidad no se detiene. El telón de fondo es una crisis política y económica que solo se amortiguó de manera ultraprecaria y puede recrudecer en cualquier momento y hacer estallar la caldera. Por eso no hay que abandonar las calles, sino mantener la lucha como lo hicimos en la jornada del 24 del sindicalismo combativo, los piqueteros y la izquierda, planteando con fuerza que es posible y necesaria una salida anticapitalista por fuera del FMI. Por eso en el escenario electoral y en la realidad cotidiana va quedando cada día más claro que la única opción de transformación profunda es la que sostenemos desde el MST y el FIT Unidad. No se trata más que de ser consecuentes con lo que sostenemos diariamente. Nuestro país está como está por seguir atado al FMI, por entregar todo a las corporaciones, porque los sucesivos gobiernos nos consolidaron como un engranaje marginal de un sistema que está arrasando con todo.
La juventud se levanta en todo el mundo en defensa del planeta y cuestiona cada día más al capitalismo, la lucha de las mujeres por todos sus derechos no se detiene y, por supuesto, los trabajadores y trabajadoras no pueden seguir pagando una crisis de la que no son responsables.
Por eso te proponemos darle fuerza a la izquierda que se une y defiende un programa acorde a tus intereses, porque con una izquierda fuerte en las calles y en el Congreso estaremos en mejores condiciones para dar vuelta todo y empezar a pensar en un país y un mundo diferentes, más justos, socialistas. Esa pelea es ahora, sumate a darla con nosotres. Y el 5 de octubre, vení con nosotres al acto del FIT-Unidad en la 9 de Julio y en los que haremos en todo el país.