Fuerza de abajo, freno de arriba. Aun con mal tiempo, fue el mayor Encuentro en 34 años. La marcha final ocupó unas 30 cuadras, o sea más de 50.000 personas. Como no todas las que asisten van a talleres o marchan, hubo entre 70.000 y 100.000. Esa multitud refleja que la ola feminista y disidente sigue viva, con las jóvenes al frente.
En cambio, la Comisión Organizadora (CO), con hegemonía del PCR y sus aliados del PJ, es cerrada a los cambios de la realidad y cada vez más burocrática. Impidió el debate sobre el cambio de nombre que ella misma tuvo que abrir antes del Encuentro. Y se negaron a que decidan los talleres o mediante algún otro método democrático porque sería habilitar que así se decida todo. Por primera vez en la historia del Encuentro, la CO hasta impidió fundamentar las mociones sobre la sede 2020. Aun así, por ejemplo, la nueva CO de San Luis ya convoca al 35º Encuentro plurinacional de mujeres y disidencias.
Para lograr un Encuentro unitario y plural, es necesario adoptar mecanismos democráticos para resolver los temas en los que no se logre consenso.
No a la presión clerical. En La Plata, el PCR y el PJ tampoco aceptaron críticas a la Iglesia Católica ni que la marcha pase ante la Catedral, porque comparten el pacto social con ella. Esa sumisión a la Iglesia, evangélicos y otros celestes antiderechos presiona sobre otras organizaciones. Por ejemplo, la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto no quiso hacer su festival en Plaza Moreno y tampoco pasar ante la Catedral en la marcha final. Equivocadamente, Pan y Rosas (PTS), el Plenario de Trabajadoras (PO) e Isadora (IS), con quienes compartimos el FIT-Unidad, también se negaron a marchar ante la Catedral.
Despenalizar no sirve. Aunque sobre el derecho al aborto Alberto Fernández en el debate presidencial habló de “tender a la legalización”, su verdadera línea es despenalizar… y luego veremos. O sea ir dos etapas, de las cuales la segunda es incierta. Más aún porque el año próximo viene al país el Papa. Despenalizar es una trampa, porque ya sabemos que si no se legaliza la práctica del aborto en el hospital público no se evitan las muertes de mujeres pobres que lo realizan en condiciones insalubres. Con la ola verde, nosotres seguimos exigiendo aborto legal ya.
La fuerza de Juntas-MST. Nuestra delegación fue de las más grandes del Encuentro, la más combativa y la mayor de toda la izquierda, con gente de todo el país. Llegamos primeras y con fuerza a la apertura. Participamos en decenas de talleres. Hicimos campaña en apoyo al pueblo de Ecuador. Presentamos nuestro nuevo libro El feminismo en debate: ¿reforma o revolución? en el Pasaje Dardo Rocha. El domingo 13, con Cele Fierro y Vilma Ripoll, hicimos el “tetazo” ante la Catedral. Y volvimos a pasar por allí en la marcha final, junto a Marian Gómez, Rocío Girat y cientos de pibas que se nos sumaron. Muchas compañeras nuevas que viajaron con nosotres ya se están incorporando a nuestra organización, porque la lucha contra este sistema capitalista patriarcal requiere fortalecer esta herramienta política revolucionaria que estamos construyendo.
Juntas y a la Izquierda-MST