Alberto parece repetir la cantinela de todo nuevo gobierno al asumir: la «pesada herencia» recibida será la excusa para zafar por acciones y omisiones. Lo mismo dijo Macri hace cuatro años para justificar un brutal ajuste de tarifas, combustibles e inflación que termina con más pobreza, mayor inflación y salarios por el piso. Alberto Fernández, ¿realmente cambiará esta situación? ¿O usará la misma muletilla para avanzar en el ajuste que no pudo concluir Macri?
Con el verso de la herencia recibida, Macri justificó su plan de ajuste capitalista. La inmensa mayoría lo sufrimos: tarifazos, despidos, recortes… La lluvia de inversiones prometida nunca llegó, entonces vino el endeudamiento. La devaluación pulverizó salarios, jubilaciones y planes sociales. La pobreza e indigencia se potenciaron. Todo en nombre de esa pesada herencia recibida.
Eso sí, no a todos les fue mal: los bancos, las grandes corporaciones y la oligarquía del campo hicieron su agosto, ganando fortunas y fugan más de U$S 20.000 millones, solo en el último período.
La economía que recibe Alberto
Casi como un calco, hoy Fernández se queja de lo mismo que Macri hace cuatro años. Acotan que los números se parecen a los de 2001, con una recesión profundizada, la actividad económica cae mes a mes, año tras año. Cayeron las ventas minoristas, la venta de automóviles, las importaciones de bienes de capital, cierran comercios y cientos de pymes. Y el flagelo de la inflación no sólo se potenció en paralelo y más con cada devaluación del peso, que llevó a que de $ 16 hoy el dólar supere los $ 60. Este año la inflación superará el 55% y casi el 300% desde que asumió Cambiemos.
Los tarifazos de 3.000% de la luz y 4.000% del gas dejaron a millones al borde de no poder comer para poder pagar los servicios. Y encima ahora nos dicen que las tarifas están atrasadas y que tienen que aplicarles nuevos incrementos.
El ajuste en el Estado, con recortes presupuestarios en áreas claves y sensibles como ciencia, salud y educación, despidos y suspensiones de poco o nada sirvieron porque la caída de la actividad económica y el consumo bajaron la recaudación y el déficit del Estado en vez de disminuir aumentó.
Pero probablemente el problema central de la economía argentina sea la deuda externa, junto al nivel del dólar. Ya que Macri para su supuesto «plan de obra pública» produjo uno de los mayores y más acelerados endeudamientos del país en los mercados internacionales primero y finalmente con el FMI, con más de 120.000 millones de nueva deuda, que sumado a la deuda que nos dejaron los K, corresponden a más del 100% del PBI, agravado lógicamente por el alto valor del dólar que hace que el PBI argentino haya caído en términos de millones de dólares.
Finalmente la situación de los trabajadores y el pueblo ha empeorado significati-vamente al final del gobierno de Cambiemos, con un poder adquisitivo del salario que cayó entre el 30-50% según los sectores por culpa de la inflación, devaluación y tarifazos. Pérdidas de trabajo formal y precarización en aumento, jubilaciones en el rango de la indigencia. La pobreza creció un 5% más que la ya alta que nos dejó Cristina, debido a que la inflación pega mucho más fuerte en los sectores de menores ingresos, porque la inflación de los productos de consumo diario, imprescindible y masivo es mucho mayor que la del resto de los productos.
¿Qué medidas tomará el nuevo gobierno?
A la hora de hablar de herencias, no se puede soslayar la corresponsabilidad de las fuerzas del Frente de Todos por las evidentes complicidades políticas y económicas. Pero lo central ahora es qué medidas piensa aplicar Alberto para salir de esta crítica situación en la que nos encontramos los sectores populares.
Hay un sector importante del pueblo que cree que con el nuevo gobierno se empezarían a solucionar gran parte de los problemas. Aunque ya muchos desconfían por el sesgo conservador de Alberto y sus amigos del PJ, hay quienes creen que se va a volver a una situación similar a la del gobierno de Néstor Kirchner. Piensan que habrá, como en esa época, una ola de crecimiento económico y algunas de las concesiones que obtuvieron trabajadores y jubilados y que redundaron en una cierta recuperación de los salarios en los años siguientes.
Nosotros opinamos distinto. Más allá de que seguramente el Frente de Todos tendrá otro estilo y matices en el plan económico y se apoyará en sectores distintos de la burguesía. Incluso aceptando que pueda hacer algunas pequeñas concesiones como algún retoque en las jubilaciones y salarios, la realidad es que no podrá sostenerlo en el tiempo. Más temprano que tarde continuará con el ajuste de Macri como forma de intentar salir de la crisis capitalista que atravesamos y cumplir con los acuerdos con el FMI.
Y opinamos que esto será así por varias razones. En primer lugar, porque ninguna de las condiciones internacionales que colaboraron con el gobierno de Néstor está presente hoy: Latinoamérica no está creciendo sino en crisis, como Brasil, Bolivia, Chile, etc.; los precios de los commodities que exporta la Argentina (soja, trigo, maíz) bajaron sustancialmente sus precios en dólares. Además nos encuentra con una muy baja posibilidad de conseguir más endeudamiento por la desconfianza que genera un gobierno del PJ, un riesgo país por las nubes y una perspectiva internacional de restricción de dinero circulante por la propia crisis capitalista mundial. Por esta perspectiva es que se aferra a la explotación de Vaca Muerta como única manera de conseguir dólares, aunque ello signifique contaminación y saqueo con mayúscula.
En lo que respecta a los factores internos que lo condicionan, digamos que la deuda externa impondrá pagos en los próximos años imposibles de cumplir sin aplicar un gran ajuste al pueblo. La inflación, por su parte, no podrá ser bajada en forma rápida y constituye como siempre un mecanismo de ajuste indirecto a los salarios y que seguirá porque pretenden darle a la maquinita para fabricar billetes.
Ante este panorama, el mismo Fernández ha dado señales claras de qué lado está, con su dólar a $60 o $70, con el compromiso de pagar sí o sí la deuda a los buitres internacionales y sobre todo porque su pacto con lo peor de la burocracia sindical y con la burguesía en un «pacto social» solo preanuncia que quieren meternos la flexibilización laboral que no pudo Macri a como dé lugar.
La propuesta del MST
Nosotros opinamos que la única forma de lograr que los trabajadores y el pueblo salgamos de la crisis es hacer lo opuesto a lo que hizo Macri y deja entrever Alberto. Decimos que hay que romper con el FMI y los demás usureros, suspender inmediatamente todos los pagos de la deuda y empezar a pagar la deuda interna con el pueblo. Con esta plata sobra para aumentar salarios, jubilaciones y planes sociales, para iniciar un verdadero plan de obras públicas y viviendas populares masivas, aumentar los presupuestos de salud y educación, entre otras medidas. Y para atacar la inflación proponemos eliminación del IVA a todos los productos de consumo masivo, control de precios, estatización de las empresas privatizadas para tener tarifas acordes a los salarios y aumentar los salarios, planes sociales y jubilaciones en forma trimestral de acuerdo a la inflación real. Estas son algunas de las medidas de urgencia que se necesitan para sacar de la pobreza y la crisis económica a la inmensa mayoría del pueblo.
Gerardo Uceda