MST - Movimiento Socialista de los Trabajadores Lunes 27 de Agosto, actualizado hace 4 hs.

España por camino sinuoso

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Las elecciones del 10N no han cerrado la incertidumbre política. El auge de VOX es una pésima noticia. Se necesitan cambios profundos.

El domingo se volvió a votar y el hartazgo de la población dejó su huella en una participación que se redujo del 75,76 al 69,88%. Con los resultados finales (1), volvió a triunfar el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), pero perdió casi 800.000 votos (7,5 a 6,7 millones), tres escaños y la mayoría absoluta en el Senado. Unidas Podemos (UP) sacó 3.097.185 votos retrocediendo en más de medio millón de sufragios y siete escaños.

El “Trifacho” no ha llegado a ser mayoría y en su interior se han producido modificaciones. El Partido Popular (PP) tuvo una mejoría parcial, ya que ha avanzado de 4,3 a 5 millones de votos (66 a 88 escaños); cuando con Mariano Rajoy en la presidencia contaba con 137 diputados. Ciudadanos (Cs), cayó estrepitosamente. Perdió más de dos millones y medio de votos y 47 escaños, ante lo cual Albert Rivera, su principal dirigente, renunció a todos sus cargos y se retiró de la política. Así, el fenómeno de la derecha reciclada que fue hasta hace unos meses el más dinámico, se ha hundido en medio de una política erráticamente reaccionaria. Los ultranacionalistas de VOX, que obtuvieron su primera representación institucional en Andalucía hace once meses, saltaron de 2,6 a 3,6 millones de votos lo que implicó que pasaran de 24 a 52 escaños y se ubicaran como la tercera fuerza del Congreso. Es una mala señal, que seguramente agudizará una respuesta de los sectores más combativos y democráticos.

En Catalunya el independentismo siguió creciendo al registrar un 42% de los votos, cuatro puntos más que en abril, lo cual demuestra la vitalidad del proceso por la autodeterminación y libertad de los presos políticos. La distribución de diputados resultó de la siguiente forma: ERC 13, PSC-PSOE 12, JxCat 8, Unidas Podemos 7, PP 2, CUP 2, VOX 2 y Cs 2. Rescatamos como un paso muy positivo que la Candidatura de Unidad Popular (CUP) se haya presentado por primera vez a las elecciones españolas y haya obtenido dos diputados: la compañera Mireia Vehí y el compañero Albert Botrán. Desde Socialismo y Libertad hemos sido parte de la campaña de la CUP para ser “Ingobernables” también en “el corazón de la bestia”.

El rol del reformismo

Las elecciones repetidas han sido el resultado de las crisis del gobierno y del régimen. Fracasada la investidura de Pedro Sánchez la socialdemocracia se jugó por una nueva convocatoria llamando a los españoles a que “hablen más claro”, en alusión a obtener más votos para gobernar en solitario. Confiaron en un eventual apoyo extra por la exhumación del dictador Franco del Valle de los Caídos y con sumar votos de la debacle de Cs, pero no resultó como esperaban. El “error de cálculo” los obliga a retomar negociaciones para formar gobierno en peores condiciones que antes.

También pagaron la factura Pablo Iglesias y sus socios, zambullidos en una adaptación al régimen que se profundizará si conforman un gobierno burgués con el PSOE. Los dirigentes morados están causando una gran desilusión en amplios sectores sociales que los consideraban una alternativa distinta a la vieja política.

Normalizando a la ultraderecha

Hay quienes cínicamente plantean que VOX ha crecido como respuesta al reclamo catalán. Lo cierto es que existe un sector social que comulga con el franquismo y la monarquía, con la represión, la xenofobia y la homofobia y, como consecuencia de ello, encuentra afinidad con el mensaje de VOX. Los dirigidos por Santiago Abascal también se montan sobre necesidades insatisfechas y falsas conciencias patrióticas. Sin embargo, la magnitud de su rápido crecimiento se ve acrecentada con la actitud de quienes se dicen “democráticos” pero normalizan la presencia de la ultraderecha. El Tribunal Supremo permitió que dirigentes de VOX desarrollaran el papel de la acusación popular en el juicio-farsa a los dirigentes independentistas. Aunque todos disputan un espacio común, el PP y Ciudadanos catapultaron a VOX, al gobernar en coalición en Madrid y Andalucía.

La socialdemocracia y la centroizquierda no se pueden lavar las manos. Utilizan a VOX para polarizar, dar miedo y ganar votos por esa vía, cuando tendrían que centrarse en derrotarlos en las calles y cercarlos en todos los ámbitos políticos y sociales. También encontraron difusión en algunos medios de comunicación masiva, que cambian la dignidad antifascista elemental por aumentar su audiencia.

Investidura, segundo acto

Post elecciones, recomienza el circuito de acercamientos. El PSOE durante la tarde del martes, tan solo 24 horas después de las elecciones, ha anunciado la firma de un preacuerdo con Unidas Podemos, para “desbloquear el gobierno”. Lo hacen con la finalidad de tranquilizar al régimen, a los mercados y a la Unión Europea.

Por su parte, el bloque de derecha no ofrece la posibilidad de conformar gobierno. Puede haber apoyos y/o abstenciones cruzadas, nadie sabe cómo puede terminar este nuevo capítulo de investidura. Lo que está claro es que ninguna fuerza que se diga de izquierda o progresiva debería apoyar la investidura de Pedro Sánchez ni de ningún otro candidato a presidente del régimen y el sistema capitalista.

Hoy queda claro que surgirá un gobierno cruzado de contradicciones, sostén de la unidad de España y obediente a las imposiciones de la Troika. Será un gobierno de doble discurso, ya que los que hasta hace unos meses hablaban contra la casta, hoy le lavan la cara al PSOE, cediendo a su programa y a los intereses del régimen. Ante esta situación, los aliados de Unidas Podemos de Izquierda Unida ya dijeron que apoyarán incondicionalmente y muestran satisfacción al pactar con el régimen. Queda un interrogante ¿qué hará Anticapitalistas?

Están jugando con fuego ya que el hartazgo social aumenta y, viendo las revueltas en Ecuador, Chile, Hong Kong y otros lugares del mundo, se demuestra que las irrupciones del movimiento de masas no llegan con aviso previo. Y la situación de Catalunya no parece traerles tranquilidad en el horizonte.

Un régimen en crisis y agotado

Las instituciones monárquico-parlamentarias heredadas del franquismo son antidemocráticas y antiobreras. Con la Constitución del ’78 en la mano, han permitido que se asiente un partido que va contra los derechos humanos, democráticos y sociales, que despliega su odio contra los pobres, los inmigrantes, los jóvenes progresistas, las mujeres y las disidencias. Estamos en presencia de una institucionalidad agotada y anacrónica que no tiene nada que ver con una “democracia consolidada”. Que aplica la Ley Mordaza, recorta en educación y salud, hace inalcanzable la vivienda y el empleo, ajusta, avala las reformas laborales nefastas y las pensiones de miseria. Los problemas de fondo no se resolverán sólo cambiando de presidente: hay que dar vuelta todo, con una Asamblea Constituyente Libre y Soberana para debatir y decidir todo democráticamente.

ientras tanto, la sentencia condenatoria a los presos políticos ha generado en Catalunya una rebelión con movilización permanente, desobediencia masiva, huelga general y resistencia a la represión policial; con la juventud, los CDRs y otros colectivos sociales en la primera línea. Las convocatorias de Tsunami Democrático han colapsado el Aeropuerto El Prat, han hecho jornadas masivas de “reflexión” el 9N y han cortado la carretera fronteriza con Francia, en La Jonquera y El Perthus. Habrá nuevas acciones que llamamos a apoyar internacionalmente.

Un triunfo de la autodeterminación catalana sobre el régimen sería inmensamente progresivo, aunque insuficiente; los socialistas revolucionarios seguiremos impulsando ir más allá. Nos movilizamos por conquistas democráticas como un paso indispensable en la estrategia de romper con el bloque imperialista de la UE, de satisfacer las necesidades sociales de trabajo, salud, vivienda y educación para mejorar cualitativamente las condiciones de vida de las grandes mayorías en el Estado español. En definitiva, luchamos por la estrategia de un gobierno de los trabajadores y el pueblo y una libre Federación de Repúblicas Socialistas de la Península Ibérica.

Rubén Tzanoff, SOL Estado español

1. https://resultados.elpais.com/elecciones/generales.html