Hensel a Minería, la Barrick al poder

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La designación de un lobbysta de la Barrick no es una señal aislada. Más bien confirma una orientación: el nuevo gobierno refuerza el modelo extractivo. ¿Contradicción secundaria? Un debate clave para todo el activismo socioambiental.

Ubiquemos al personaje, y presentemos los datos objetivos para entrar en debate: Alberto Hensel, el nuevo Secretario de Minería de Alberto Fernández, reportaba hasta ahora como ministro de la misma área en San Juan.

*El nuevo funcionario manifestó recientemente su apoyo al gobierno de Suárez en Mendoza, para modificar la Ley 7722 cuyo objetivo es habilitar el uso de cianuro y ácido sulfúrico (prohibidos por aquella norma desde 2007) y eliminar los estudios previos de impacto ambiental.

*En Chubut, Hensel apoya la llamada «zonificación minera», para facilitar el Proyecto Navidad en la meseta chubutense, donde Pan American se propone explotar la mayor mina de plata del mundo. Además, integró Chubut al listado de «provincias mineras».

*Tres días antes de asumir, repecto de las míseras regalías que pagan las corporaciones del sector dijo: «Acuerdo con que todos los sectores van a tener que hacer un esfuerzo para la Argentina que se viene, pero el gran desafío es encontrar el equilibrio para que no se termine matando la inversión o futuros proyectos». O sea: menos regalías todavía, propone Hensel.

*Señaló también que «hay que encontrar una solución a la Ley de Glaciares, porque genera mucha incertidumbre en el sector», apuntando a dar vía libre a la minería en las zonas periglaciares.

*Por último, se despachó con una referencia parecida a la que defiende Nielsen para Vaca Muerta: «desdoblamiento cambiario» o bien discutir condiciones de «transferencia al exterior de dividendos». En español más simple: habilitarles a las mineras que fuguen divisas a sus casas matrices en el extranjero.

En resumen: por trayectoria, gobierno de origen y definiciones políticas, el personaje es un verdadero «programa megaminero» en sí mismo.

De San Juan a toda la Argentina

Nuestrxs lectorxs conocen nuestra permanente denuncia del carácter depredatorio en lo socioambiental y de saqueo neocolonial en lo económico de la actividad megaminera. Es oportuno señalar que, por usar sustancias altamente contaminantes como el cianuro y su impacto en los cursos de agua, la Unión Europea prohibió la actividad en 2010. Sin embargo, las corporaciones del sector, se abalanzan sobre el corredor andino para practicar esa modalidad devastadora con el aval, claro, de los gobiernos de distinto signo.
La minería en Argentina va a terminar cerrando el ejercicio anual 2019 con más de 5.000 millones de dólares en exportaciones, ubicándose como el cuarto rubro en importancia comercial del país. Su refuerzo, como «motor de desarrollo», fue un punto de consenso en el programa del macrismo y del Frente de Todos. Salvo la izquierda, con el FIT-U y en especial, nuestro partido con la Red Ecosocialista desde hace años, el resto de la superestructura política defiende esa modalidad destructiva. Los urge, dicen, el ingreso de dólares al país. No lo manifiestan, pero es obvio que no al servicio del desarrollo independiente, sino del pago de la deuda ante la presión del capital financiero y su policía de recaudación: el FMI.

Ahora gobernando, Alberto Fernán-dez, como lo anticipó en campaña, se propone proyectar el «modelo San Juan de minería responsable» (el mismo eslogan que la Barrick), a todo el país. Ya se sabe, las derivas socioambientales de ese modelo son escalofriantes: el pulpo canadiense explota la mina Veladero, la mayor del país y una de las principales del mundo, que provocó reiterados desastres por derrames de hasta 1.072.000 litros de solución cianurada sobre el río Potrerillos hace cuatro años. La tareade Hensel consistió en «militar» sobre la justicia provincial y la Corte Suprema para absolver de responsabilidad a todos los ejecutivos de la empresa.

En términos de resultados «productivos», la megaminería en San Juan dislocó la economía regional con niveles de desempleo de los más altos del país, además de imponer con la complicidad de la burocracia sindical de AOMA una escandalosa precarización laboral. Este modelo proyecta, como uno de los «tres motores» de desarrollo del país, el nuevo gobierno. Fin del comunicado.

Propuestas de acción y estrategia

Para empezar, lo inmediato es que queremos levantar una propuesta al conjunto de las organizaciones socioambientales del país: tenemos que poner en pie una Coordinadora Plurinacional en Defensa del Agua, los Glaciares y la Cordillera. En concreto, estamos convencidxs que hace falta construir la más amplia unidad de acción, para preparar una enérgica respuesta de lucha a la ofensiva general que encabeza Hensel, como representación del holding minero, y oponer un plan en toda la Argentina de organización unitaria y protestas en escalada, hasta confluir en una Gran Movilización Federal a Plaza de Mayo y en todas las plazas del país. En igual sentido, es crucial construir un Encuentro Plurinacional en Defensa de Nuestros Bienes Comunes y para que los pueblos decidan hacia marzo del año que viene, vertebrando allí un programa socioambiental y una hoja de ruta bien diversa del conjunto de colectivos que nos oponemos al modelo extractivo «gobierne quien gobierne».

No estamos frente a una contradicción «secundaria», de un poder progresista asediado por el imperio: enfrentamos una estrategia estatal de reforzamiento del extractivismo en todos los planos: megaminería, fracking, agronegocio y cementación urbana. Lxs anticapitalistas de la Red Ecosocialista reafirmamos un compromiso de coherencia programática: luchar por una Argentina sin corporaciones extractivas, por un modelo de desarrollo de mayorías compatible con la naturaleza. La movilización internacional en defensa del planeta es un estímulo positivo para este desafío crucial.

Mariano Rosa, coordinador de la Red Ecosocialista

 


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