El 16D arrancó con el paro de más de 60 líneas de colectivos de CABA y el conurbano. Las líneas 5, 6, 7, 8, 9, 20, 21, 23, 24, 25, 28, 99, 100, 106, 107, 108, 111, 115, 117, 161, 164, 168 y otras, y muchas de la Provincia, pararon en forma total reclamando aumento de salarios, mejoras en la Obra Social y contra el despido de compañeros en las líneas 500 y 257 de la zona sur. También hubo cortes en los puentes La Noria y Alsina. La conducción de la UTA no apoyó el paro.
El paro lo impulsó la agrupación “Juan Manuel Palacios”, que lidera Miguel “Vasco” Bustinduy, que fue parte de la burocracia de la UTA desde 1995 hasta fin de 2018. Bustinduy, ex secretario gremial de UTA y referente de la línea 168 (Grupo DOTA), mantiene desde hace años una estrecha relación con ese monopolio que vive atacando los derechos de todos los trabajadores de transporte. Intentó presentar una lista opositora a Roberto Fernández, un burócrata de los “gordos” que maneja la UTA desde hace 35 años en forma burocrática y mafiosa.
Tanto Fernández como Bustinduy representan un sindicalismo corrupto y mafioso, de permanente arreglo con las patronales que viven de los millonarios subsidios que les aportan todos los gobiernos. Hoy se pelean, pero durante muchos años todos juntos entregaron a compañeros luchadores, dejaron correr despidos, salarios a la baja, trabajo a porcentaje, desguace de líneas, flexibilidad y condiciones infrahumanas de trabajo.
Disputa burocrática que expresó la enorme bronca por abajo
Si bien la convocatoria al paro y horas después la ocupación de la sede gremial de la calle Moreno se originan en esta pelea entre diferentes facciones de la burocracia, las acciones expresaron la enorme bronca que hoy recorre a todos los choferes y trabajadores del sector. Nunca estuvimos tan mal y la conducción del sindicato nos da la espalda y actúa con las patronales y contra nuestros derechos. La noche del 16 terminó con un acuerdo entre ambos sectores, dejando la sede de UTA en manos de la policía.
Nada bueno puede venir de la mano de Fernández, aliado al monopolio Metropol y la Mercedes Benz, ni tampoco de Bustinduy, aliado a DOTA y Carrocerías Agrale. Los trabajadores del colectivo tenemos que intervenir y no dejar nuestro gremio en manos de dirigentes traidores y vendidos.
Basta de estatuto burocrático: organizarnos en cada línea
El estatuto de la UTA, que ni Fernández ni Bustiunduy quieren modificar, impide presentar listas opositoras. Es un Estatuto muy antidemocrático, donde ser candidato a secretario general del gremio es más difícil que ser candidato a presidente del país. Los dos tienen estrechas relaciones con la cúpula de la CGT y los dos llamaron a apoyar a Alberto Fernández y al Frente de Todos.
Desde cada lugar de trabajo vienen surgiendo nuevos activistas, nuevas internas y nuevos delegados. Y si ese proceso no se extiende más es porque la burocracia buchonea a los compañeros a las patronales, no reconoce listas opositoras, persigue y hace despedir a los activistas. Cuerpos de delegados como los de la Línea 60 y muchos otros, que en su momento formaron la Agrupación Interlíneas, nunca pudieron acceder a las elecciones gremiales por este Estatuto y estos dirigentes traidores.
Con la enorme bronca que hoy recorre el gremio y que aumenta al ver cómo destruyeron nuestra sede gremial, tenemos que debatir desde cada línea y sector de laburo organizados en unidad, exigir el cambio de estatutos, la reincorporación de todos los despedidos e ir formando una nueva dirección clasista y antiburocrática que barra a estos dirigentes empresarios y traidores.
Sergio Paz