Números engañosos. El gobierno de Alberto Fernández festejó la primera medición de inflación del INDEC de su mandato, que indicó aumento general de precios del 2,3% en enero. En diciembre había sido del 3,7%. A cualquiera que hace las compras le puede parecer raro el festejo, y con toda razón. Fundamentalmente porque la inflación en los productos básicos que consumimos todos no bajó, sino que subió. De hecho, la canasta alimentaria subió 5,7%, ayudado por la reincorporación del IVA en los 13 productos de la canasta básica a los que se le había quitado el año pasado. Y lo que viene es peor. Alberto le aseguró al FMI que descongelaría las tarifas de servicios públicos, revelando que aquella medida solo se trató de un golpe mediático. Además de avalar todos los tarifazos de Macri, abandonando en el camino los proyectos que había presentado el PJ “opositor” para retrotraerlos aún parcialmente, ahora podemos esperar un nuevo golpe al bolsillo popular y un nuevo salto de la inflación en los próximos meses.
Las escaleras y el ascensor. Pese a la celebración oficialista, la verdad es que la inflación interanual, o sea, en relación a enero del año pasado, es de 52,9%. La canasta básica, que determina la línea de pobreza, subió a $40.373, mientras la línea de indigencia subió a $16.579, un 55,8% más que en enero de 2019. El viejo dicho de que los precios suben por ascensor mientras los salarios van por las escaleras no podría tener más vigencia. Esto, por supuesto, gracias a la traición descarada de la burocracia sindical, que teje con el gobierno un precario pacto social a favor de las prioridades oficialistas de pagar la deuda y garantizar las ganancias empresariales, a costa de lxs trabajadorxs. Descontando que las paritarias sean “desmedidas” y pretendan superar la inflación, en plena paritaria docente, Hugo Yasky declaró que “la cláusula gatillo genera dinámica inflacionaria”. El mismo argumento que usaba el macrismo para ahora alinearse al pedido del nuevo gobierno de que no hayan cláusulas que aten los salarios a la inflación.
Los bancos antes que los abuelos. El informe del INDEC de enero también actualizó la canasta básica de jubilados, que superó los $35.000 para una pareja de jubilados. Esto significa que el aumento decretado por Alberto tras congelar la movilidad jubilatoria (ver pág. 3), es apenas superior al que correspondía con la actualización sólo para una parte de los jubilados que están debajo de la línea de pobreza, e inferior al aumento correspondiente para todos los demás, incluyendo unos cuantos que ya está por debajo de la línea de pobreza. A fin de cuentas, la “solidaridad” de Alberto es con los bancos, no con los jubilados y los trabajadores.
Si camina como ajuste y habla como ajuste… Los números no dejan lugar a interpretaciones. Los precios suben mientras los salarios quedan atrás, los aumentos de jubilaciones se achican, el IVA vuelve y los tarifazos… también. Todo para pagar una deuda ilegítima que el propio Alberto tildaba de “estafa” cuando estaba de campaña. Ahora se ofende y dice que “algunos opositores quieren hacerle creer a la gente que estamos haciendo un ajuste”. Pero la realidad es la realidad, y todos la sentimos en el bolsillo. Ante la mega devaluación después de las PASO, el macrismo introdujo la quita del IVA a 13 productos de la canasta básica. Una medida completamente insuficiente que no resolvía nada, cómo criticamos en su momento. Pero Alberto no ensaya siquiera algo semejante. Todos los cañones del gobierno apuntan a cumplir con el Fondo y los buitres, y carece de cualquier medida para defender el bolsillo popular ante la inflación.
Sólo la izquierda propone una salida. Se puede combatir la inflación, pero implica un giro de 180 grados en relación a lo que está haciendo el gobierno. En primer lugar, hay que ser consecuentes con lo que implicaría realmente priorizar a los trabajadores y jubilados por encima de los bancos, el FMI y las corporaciones: un aumento general de salarios y jubilaciones para que cubran la canasta familiar, e indexar los salarios a la inflación con 82% móvil para los jubilados. Hay que anular los tarifazos en los servicios públicos y estatizarlos bajo control social para asegurar servicios accesibles y de calidad. Hay que eliminar el IVA de todos los productos de la canasta familiar y aplicar la Ley de Abastecimiento contra lo especulación y el desabastecimiento, abriendo los libros contables de los hipermercados formadores de precios y aplicando penas de multas hasta cárcel y expropiación por incumplimiento. Y porque en el fondo lo que genera la inflación es la fuga de capitales y saqueo de recursos, hay que dejar de pagar la deuda externa y estatizar la banca y el comercio exterior. Solo la izquierda propone este camino opuesto al que determina el FMI. Te invitamos a sumarte al MST en el FIT unidad para pelear por esta salida.