Previo al inicio de la pandemia los números de la pobreza en nuestro país eran alarmantes: cerca del 40% de la población no llegaba a cubrir con sus ingresos la canasta básica, y la cifra supera el 50% en menores de 14 años. Esta realidad preocupante, en el marco de la cuarentena, se fue profundizando.
Está claro que el coronavirus no diferencia clase social, pero lo que también está claro es que la desigualdad que produce este sistema sí hace la diferencia, y pone a los sectores populares en peores condiciones para hacerle frente a la pandemia. La medida de aislamiento obligatorio, sin políticas públicas reales para dar respuesta a la crisis social, ha llevado a miles de familias con trabajos informales y precarios a ver disminuidos sus ingresos. Además, pasar las 24 horas del día en hogares hacinados cada vez dificulta más la situación. El gobierno destina fondos muy por debajo de lo necesario, mientras tanto, paga la deuda externa y está negociando para seguir pagando.
Política pública insuficiente para los sectores populares
La política del gobierno hacia los sectores populares se mostró completamente insuficiente:
* Un ingreso extraordinario de $3.000 a quienes perciben un plan social o la jubilación mínima, si ¡$3.000! una burla.
* La posibilidad de un ingreso familiar de emergencia (IFE) de $10.000 para monotributistas A y B y para quienes no tengan ningún ingreso, además de insuficiente, teniendo en cuenta que la canasta básica supera los 30 mil pesos, ha sido una verdadera desilusión. Se anotaron 12 millones de personas, superando ampliamente lo estimado por el gobierno, pero gran parte al ingresar a la página del ANSES vió que no tiene la posibilidad de cobrarlo, y quienes sí lo lograron ven como desaparece rápidamente por la suba de precios.
*Los DNU que planteaban que los trabajadores debían cobrar el total de su salarios y que se prohibían despidos y suspensiones cayó por tierra antes de empezar, dado que el gobierno no planteaba ningún tipo de sanción y las patronales empezaron rebajas salariales, hoy avaladas por la CGT y el propio gobierno, a despedir y suspender, afectando a las familias trabajadoras y de los sectores populares.
Muestra que por más que nos quieran hacer creer que eligen la salud y la vida, las condiciones necesarias para la subsistencia no se garantizan.
Comedores sin alimentos y alimentos con sobreprecio
Luego de la denuncia por la compra con sobreprecios de alimentos en Desarrollo Social, mostrando la corrupción y los negociados que en el marco de este sistema, no frenan ni en cuarentena, salió el reclamo concreto de los movimientos sociales, que denunciaron el incumplimiento del gobierno nacional con la entrega de comida para los comedores comunitarios en todo el país.
Nuestra organización se puso a la cabeza de este reclamo, realizando una acción nacional inédita, donde miles de compañeres, de comedores y merenderos, denunciaron a través de videos y fotos en las redes sociales el incumplimiento del gobierno nacional y el Ministerio de Desarrollo Social en la entrega de alimentos, como así también al gobierno de CABA y de cada provinica.
Mónica Sulle, nuestra compañera referente del MST-Teresa Vive, explicó que: «hace meses no llegan a los comedores los alimentos, cuando se sabe que eso garantiza la alimentación de muchísimas familias. Solo le entregan una parte a punteros y sectores oficialistas, haciendo clientelismo del peor». Al cierre de esta edición, luego de tantas denuncias, logramos un primer compromiso de entrega de comida. Pero hace falta mucho más.
En un país que tiene potencial para producir todo lo que hace falta, es increíble que el gobierno no cumpla la entrega de alimentos a comedores que asisten a miles de familias. En medio de la pandemia muestran su total insensibilidad hacia los que menos tienen, contradiciendo al propio Alberto Fernández que dice hacer todo lo posible.
Ante esta situación es fundamental seguir denunciando y apoyando la lucha de los sectores populares, que no dejan de llevar adelante su trabajo mostrando un gran solidaridad y compromiso, como así también la firmeza para luchar contra todas las injusticias.