El jueves 7 se votó en la Legislatura porteña la mal llamada Ley de Emergencia Económica y Financiera que le permite a Rodríguez Larreta redestinar fondos a costa de los trabajadores y sectores populares. Entre les trabajadores había mucha bronca y desde los sindicatos y la izquierda llamamos a movilizarnos. Sin embargo, esa ley no cayó por culpa de los falsos opositores.
Escribe: Vanesa Gagliardi, Legisladora electa CABA y dirigente de Ademys
A fines del mes de abril, se empezó a discutir en la Legislatura porteña el proyecto de Ley de Emergencia Económica y Financiera. Esa ley, usando como excusa la crisis sanitaria, le permite al Jefe de Gobierno redestinar fondos, pero todos a costa del ajuste a nosotres.
La bronca era latente en todas las estructuras estatales. Esa indignación que crecía por abajo hizo que el gobierno tuviera que retroceder y hasta llegara a eliminar el artículo 19, que permitía el pago en cuotas. Desde un principio, plantemos que esa ley no debía ser modificada, sino derrotada. Porque atacaba los salarios, los puestos laborales y dejaba aun en peores condiciones a los barrios populares, donde la crisis económica y sanitaria está pegando más fuerte.
Y aunque se modificó en algunos puntos, la ley que se aprobó faculta a Larreta a modificar partidas, recortar el presupuesto del Instituto de la Vivienda de la Ciudad en un 50 %, congelar salarios -por la vía de paritarias y la eliminación de bonos y sus variantes- y, por lo tanto, eso implica reducción salarial por la inflación creciente y habilita despidos, planteando la revisión de los contratos de locación de cerca de 20 mil trabajadores en esa condición, por ejemplo: el 70 % del personal del IVC.
La ley pasó por el nuevo pacto PRO-K
Ante esto, las burocracias sindicales de ATE, UTE y SUTECBA, entre muchas otras se jugaron a desmovilizar. No convocaron ninguna asamblea, el día anterior mandaron flyers llamando a la tranquilidad porque había desaparecido el artículo 19 y, por supuesto, no hicieron ni la amenaza de parar o movilizar. Así, permitieron que pase esta ley. Incluso, al finalizar la sesión festejaron que el salario no se pague en cuotas, pero ni una palabra de todo el resto de la ley.
Esta, es la nueva forma que asume el pacto PRO-K en la Ciudad. Ya en 2012-2013, fue nuestro partido, desde la banca que encabezó Alejandro Bodart, el que denunció el primer pacto PRO-K, en el que cambiaban con CFK leyes por cargos. Entonces era más evidente porque el PRO no tenía mayoría propia y necesitaba esos votos. Ahora es más tramposo porque Larreta tiene mayoría propia, entonces pacta con el kirchnerismo a través de los sindicatos, que dejan correr las leyes sin una sola medida seria de protesta y adentro, sus diputados «posan de opositores» y votan en contra.
Pero esto tiene aval nacional. De hecho, la misma mañana de la votación de la Legislatura Alberto Fernández elogió a Larreta por la gestión de la crisis del COVID en las villas de la Ciudad. Y en la conferencia nacional del viernes, dijo que quienes estaban a su lado piensan lo mismo que él y que tiene el orgullo de trabajar con quienes valora mucho.
Están todos del mismo lado y tienen una decisión concreta: que la crisis la paguemos los laburantes. Son los Catalano, los Lopez de UTE, los Genta del mismo palo político que Daer que firma rebaja salarial a los trabajadores, y todos se reúnen en Olivos para festejar ese acuerdo histórico y apoyar el pago de la deuda.
Hay que seguir la pelea
El sábado 9 de mayo, trabajadores docentes, estatales y de la salud hicimos una asamblea para debatir cómo la seguimos. Porque si tuvieron que sacar los peores artículos fue porque nos movilizamos desde los sindicatos y las juntas combativas.
Pero también, porque dimos una pelea desde la izquierda. Y somos les que venimos diciendo que hay otro modelo sindical, económico y político. Hay que fortalecer el sistema público de salud y garantizar el trabajo y salario de les trabajadores. En ese sentido, planteamos un plan de emergencia de 4 medidas:
- Dejar de pagar la deuda. Redestinar ese 10%, 48 mil millones del presupuesto porteño, a las necesidades de la pandemia.
- Impuesto sobre la ganancia neta de los Bancos. En 2019 declararon una ganancia casi tan alta como el presupuesto de CABA.
- Impuesto sobre las 140 mil viviendas ociosas
Así, triplicar el presupuesto sanitario, garantizando la salud de les trabajadores con EPP, testeos e integración a los comités de crisis. Por un Sistema Único de Salud, estatal y gratuito, controlado por sus trabajadores.
El coronavirus y la crisis económica obligan a redireccionar recursos, pero es justamente en la dirección contraria a la que plantea Larreta. Les trabajadores y sectores populares tenemos que organizarnos para sacar a las burocracias y gobiernos que nos ajustan, para que de una vez por todas, las políticas estén al servicio de las mayorías y no de un puñado de empresarios.