Fernández, acompañado por Larreta y Kicillof, anunció la continuidad de la cuarentena hasta el 7 de junio, manteniendo similar formato con restricciones parciales en transporte y comercios. Los contagios suben a gran velocidad, las respuestas del gobierno son lentas y ausentes por un lado, y de ayuda a quienes más tienen por el otro.
Escribe: Sergio García
El avance de la pandemia es muy grave. Con un promedio de 700 casos diarios los especialistas ya anuncian que vamos hacia el pico y se espera una situación muy compleja los dos próximos meses como mínimo. Lo peor no llegó, está todavía por venir. El salto en el nivel de contagios es muy grande sobre todo en CABA y el Gran Buenos Aires, corazón económico e industrial del país, donde viven más de quince millones de personas. A otro nivel, también los casos avanzan en provincias como Chaco, Córdoba, Rio Negro, Neuquén y después de varias semanas volvieron contagios en Santa Fe, todas parte del grupo de provincias más afectadas. Un periodista contaba que un funcionario de primera línea le dijo: «La situación está descontrolada. Y se viene una curva terrible de contagios. Se va a complicar mucho porque esto recién empieza».
Para el salto grande de la pandemia entre otras cosas interviene la acción equivocada del gobierno. No nos referimos a las críticas que la derecha política y mediática realizan en contra de la extensión de la cuarentena y exaltando la necesidad de que las empresas trabajen. No nos une nada a esas opiniones indignantes y antisanitarias que priorizan las ganancias de unos pocos por encima de la vida de millones, que aprovechan la angustia, que el encierro y falta de dinero provocan, para agitar una salida que empeoraría todo.
Nuestra crítica al gobierno nacional como principal responsable, al de CABA y al de Buenos Aires por ser las zonas más afectadas, así como a otros gobiernos provinciales, es desde una visión opuesta. Proponemos y criticamos desde las necesidades de las familias trabajadoras, principales receptoras de la crisis económica y los contagios.
Flexibilización a destiempo, trágicos resultados
Muy equivocada ha sido la temprana flexibilización de la cuarentena de hace veinte días. Cuando todo empezaba a configurar un escenario de mayores niveles de contagios, se tomo la decisión de una flexibilización parcial de la cuarentena en el AMBA; habilitando más de mil empresas a trabajar y a miles de comercios. Esto se tradujo en nuevos cientos de miles en las calles, con un transporte público más lleno, decenas de miles de autos y mucha más gente caminando por las calles. Cuando Fernández dice que prioriza la salud, la realidad lo contradice. Se priorizó la salud de las cuentas bancarias capitalistas que exigían volver a producir y generar millones y a eso se les dijo que sí, con el costo para miles de trabajadores de salir a exponer sus vidas, justo cuando íbamos camino a una curva ascendente de contagios.
Quedate en casa… pero andá a trabajar
A este grave error se suman, en forma insólita, nuevas aperturas. Tras los anuncios del 23 de mayo y con el salto evidente de contagios, decidieron igual abrir nuevas ramas económicas en el Gran Buenos Aires, es decir enviar miles de personas más a circular por las calles. El Jefe de Gabinete Santiago Cafiero autorizó nuevas actividades en distintos distritos de Buenos Aires. Tomamos como ejemplos algunos, para dimensionar la gravedad de la decisión y la incoherencia de la misma. En municipios como Lanús, Tres de Febrero, Berazategui, Malvinas Argentinas, Tigre, Hurlingham y San Miguel, todas del GBA, regresaron al trabajo los productos del tabaco; la metalurgia, las compañías automotrices y de autopartes, la electrónica y electrodomésticos, indumentarias; maquinaria y equipos; el calzado; la gráfica, ediciones e impresiones; la industria de la madera y muebles; de juguetes; de cementos; los productos textiles; las manufacturas de cuero; los neumáticos; bicicletas y motos; de química y petroquímica; de celulosa y papel; de plásticos y subproductos y de cerámicos. Como puede verse, un paquete irracional de medidas, típico del capitalismo que con sus gobiernos por TV te dice «quedate en casa» mientras autoriza a las patronales a obligarte a trabajar en medio del peligro.
Villa 31 y Villa Azul; la misma desidia y abandono social
La inacción temprana en sectores sensibles es otro rubro crítico e indignante. Hacemos referencia a la tardanza criminal en atención y prevención adecuada en barrios populares y villas de las grandes ciudades. En forma hipócrita ahora Larreta y Kicillof dicen preocuparse, cuando era muy evidente que la situación de cientos de miles de hacinados conducía al triste escenario de miles de nuevos contagiados en barrios precarios.
La pandemia a su paso visibiliza la realidad social de nuestro país, la pobreza creciente gobierno tras gobierno, el abandono, la falta de agua, cloacas, alimentos y elementos sanitarios. Tras el abandono, encima llegan los modelos represivos de Berni, la militarización y junto con ellos la acción de punteros que reparten discrecionalmente la poca ayuda que llega dentro a barrios cercados como guetos. Nuestra compañera Nieves Garces del MST «Teresa Vive» de Villa Azul además denunció en los medios: «Tengo a mi nuera con el Covid-19 en la Unqui, el viernes le hicieron el test y el domingo la vinieron a buscar. Mi hijo les dijo que quería hacerse el test porque tiene los chicos y le dijeron que no, que si él no tiene síntomas no se lo hacen. Esta es la situación que está viviendo el barrio». Nuestro movimiento logró acercarles ayuda en alimentos a las familias, porque estaban recibiendo del Estado poco y tardíamente. A la vez que Vilma Ripoll también le exigió a los funcionarios soluciones y en declaraciones decía: «Como nos cuentan nuestras compañeras, en Villa Azul hay muchas carencias. El despliegue que ordenó Kicillof de fuerzas de seguridad, apunta a contener los reclamos, no a dar respuesta a las carencias sociales. La salida es menos Berni, que se levante el cerco represivo, más salud, más testeos, más asistencia social y combate a la desigualdad que lleva 40 años».
A las corporaciones millones, a los trabajadores ajuste
Acompañando la política equivocada de los gobiernos, está la falta de medidas de fondo. En el plano de la salud esto se expresa en falta de presupuesto y personal que contrasta con el sacrificio y voluntad de miles de trabajadores del sector. Además falta la decisión clave que el gobierno se negó a tomar; unificar todo el sistema de salud bajo gestión estatal, gratuita y universal. Privilegió el lucro privado y las ganancias millonarias de las clínicas y prepagas, ahora veremos hospitales públicos abarrotados y clínicas semivacías.
Para atacar la pandemia es necesario mucho más presupuesto y esto se logra por dos vías; dejando de darle millones a las grandes empresas que -ya tienen fortunas en sus cuentas bancarias legales y clandestinas- y poniéndole un fuerte impuesto a todas las grandes fortunas personales y empresarias. Con la combinación de estas dos medidas se lograrían miles de millones en un solo mes y se podrían multiplicar durante todos los meses que dure la pandemia. Plata puede haber mucha; lo que no hay es voluntad política del gobierno de tocar los intereses de los que más tienen. Por eso además vemos el triste espectáculo de Guzman renegociando una deuda ilegal y ofreciéndole cada vez más millones a los bonistas, mientras el país vive con miles de contagiados, suspendidos y aumenta la pobreza.
En resumen proponemos estas medidas más otra urgente; volver hacia atrás a la primera fase de cuarentena en todas las ciudades y provincias afectadas. Es la única medida sanitaria que prioriza la vida por encima de las ganancias capitalistas. Sobre la base de esta decisión, que el Estado garantice que solo trabajen los sectores esenciales con normas sanitarias serias, que en el resto no haya ni un solo despido ni suspensiones, que las patronales paguen el 100% de los salarios y se dé un subsidio universal de $36.000 a trabajadores informales y desocupados.