Como ya nos tienen acostumbrados desde la conformación de la coalición de gobierno, en las últimas semanas se volvió a reflotar, fundamentalmente en los medios opositores, las disputas en el Frente de Todos. Debates reales que existen al interior de ese espacio político, pero que no modifican la hoja de ruta final del gobierno.
Escribe: Cele Fierro
Días atrás, los cruces de posiciones se encendieron debido al accionar del ministro de seguridad de la provincia de Buenos Aires; Berni increpó a personal de la policía federal en un control cuando iniciaba la nueva fase de la cuarentena. Por fuera del show mediático, no es nuevo el enfrentamiento entre Berni y la ministra nacional de la cartera de seguridad Frederic.
Pero este hecho, que terminó involucrando desde CFK, ya que Berni se pasea por todos lados diciendo que ella es la que conduce, y a la que él responde, hasta a Kicillof y por supuesto a Alberto Fernández y Cafiero, vuelve a mostrar que dentro del PJ gobernante hay distintas alas, con distintas posiciones ante algunos temas, pero que en definitiva responden al mismo proyecto.
Distintos sectores, posiciones y política
Es claro que hay diferentes alas, pero lejos de ser solo el “Grupo Callao” en alusión al sector que está más cerca de Fernández, y el “Instituto Patria” de la vicepresidenta, dentro del Frente de Todos tenemos gobernadores de larga trayectoria en el poder, intendentes “los barones del conurbano”. Algunos sectores más progres que se chocan con los apoyos de Menem, Duhalde, o Solá. actual canciller, del que no olvidamos su rol y responsabilidad política en la masacre de Avellaneda.
Cada una de estas distintas versiones del Frente de Todos termina sintetizándose en la política concreta que lleva adelante el gobierno. Por que lo que no podemos decir es que todos los sectores son lo mismo, pero lo que terminan defendiendo, que es la hoja de ruta trazada desde el inicio del mandato de AF, si es lo mismo. Una muestra de eso es que después del show mediático de la y el ministro de seguridad, se pusieron de acuerdo en bajarle el tono y encuadrarse detrás de las necesidades políticas del gobierno.
Pero podemos poner algunos ejemplos más de distintas posiciones que terminan confluyendo en el mismo lugar:
Cuando inicio la negociación de la deuda externa, con la aprobación de la ley de Emergencia, solidaridad social y reactivación productiva, hubo sectores que criticaron que con el ajuste a jubilados y beneficios a las corporaciones se vertebre la ley para garantizar el pago de la deuda. Algunos de esos sectores pedían la investigación, pero luego marcharon para apoyar al gobierno ante la negociación, y hoy no levantan la voz cuando se avanza a cerrar con los bonistas ofreciendo más de lo que valen los bonos en el mercado y dejando atrás el periodo “de gracia” de tres años. Una relación sostenible y saludable. como plantea el ministro Guzmán, en realidad termina siendo, pagar con el hambre, la precarización y explotación del pueblo, una usura.
Ante el avance del extractivismo en el país, también encontramos sectores enfrentados dentro del Frente de Todos. Por un lado, existen organizaciones y compañeres con quienes hemos compartido luchas contra las distintas técnicas de explotación, saqueo y contaminación de nuestros bienes comunes, pero que en la actualidad siguen teniendo una cuota de confianza, se contrapone con sectores como Gioja impulsor y defensor de la mega minería, la designación al frente de la secretaría de minería de la nación a Alberto Hensel, quien tuvo a su cargo el ministerio de minería de San Juan, la provincia de la Barrick. Y además de estos hechos, está la definición de que estas industrias, como la del fracking, son el motor de la economía nacional.
La intervención y expropiación de Vicentín, presentado por el presidente de la mano de la senadora Anabel Fernández Sagasti de La Cámpora y festejado por un sector del gobierno; rápidamente pasó a estar comandado por el pejotista Perotti, dejando de lado la expropiación y avanzando en una intervención con la posibilidad de la conformación de una empresa mixta de la que hasta los accionistas actuales podrían ser parte.
El derecho al aborto, como política pública, acompañada por millones y por activos militantes al interior de la coalición de gobierno, sigue en gateras, ya que ahora en pandemia, dicen que no es prioridad. Pero se combina con sectores que lejos de defender este derecho, deuda de la democracia, son conocidos antiderechos, aliados a las iglesias. El aborto sigue sin ser legal y las iglesias siguen recibiendo subsidios.
Y esto no es casual, porque el proyecto que defiende centralmente el Frente de Todos es el de seguir garantizando los intereses de las corporaciones, del capital financiero y las alianzas con los antiderechos, y esto se materializa con el recorte de derechos de los pueblos.
Menos show televisivo, menos doble discurso, más medidas de fondo
Es fundamental, en base a algunos de estos puntos, preguntarnos ¿cuáles son las medidas que reamente hacen falta para garantizar los derechos para las mayorías? Lejos de la disputa mediática de algunas de las alas del gobierno, hay que remitirse a los hechos.
No creen que para que de verdad se priorice la vida y la salud de las mayorías, ¿no se tendría que destinar mayor presupuesto a salud? ¿no se tendría que extender un subsidio universal de $40 mil pesos para afrontar la crisis? Si pensás que sí, ¿de dónde se tendría que sacar la plata? Se tendría que avanzar en ponerle impuesto a las grandes fortunas, el proyecto que iba a presentar el gobierno está en el freezer, pero se podría aprobar el que presentamos desde el FIT Unidad, que garantizaría un ingreso mensual de 15mil millones de dólares. Te digo solo una opción, pero hay más. Y solo con esta medida se podrían garantizar 6 meses de IFE de 40 mil pesos para casi 5 millones de personas.
Si se suspende el pago de la deuda, con solo lo que se está negociando ahora con los bonistas, que es solo el 20% de la deuda, están en juego entre 10 y 15 mil millones de dólares más. Es decir que se podrían duplicar esos fondos para asistencia social y económica. ¿Se podría? Claro que sí, teniendo una política independiente y soberana, rompiendo con los fondos buitres y los organismos internacionales de crédito, que, para garantizar sus beneficios, orientan a aplicar más ajustes que van en contra de las mayorías.
Si se prioriza la salud de la población, ¿porqué se insiste con el fracking, la megaminería, la sojización y el uso de agrotóxicos? Técnicas que contaminan nuestro territorio, saquean nuestros bienes comunes, y utilizan millones de litros de agua, mientras hay pueblos enteros sin servicios públicos garantizados. No podemos seguir permitiendo que nuestros territorios sean zonas de sacrificio. Y para eso hay que tomar medidas de fondo, empezando por prohibir todas estas técnicas extractivas, y avanzando en la recuperación de nuestros bienes comunes, sacándolos de la mano de las multinacionales que solo les interesan sus ganancias. Pero además hay que orientar la producción al servicio de las necesidades sociales, tomando los principales resortes de la economía bajo gestión del Estado y control de sus trabajadores y avanzar en el desarrollo de energías limpias y renovables.
Estás son propuestas, son las que orientan nuestra intervención cotidiana, con las que podemos discutir e interpelar a quienes de verdad quieren un país más justo. Para lograrlo hay que avanzar sin estar atados a los intereses del imperialismo y los capitalistas. Un proyecto independiente, de izquierda, que lucha y se organiza por ello. Un proyecto por una sociedad igualitaria, socialista, como lo hacemos les compañeres del MST en el FIT Unidad.