Hace casi tres meses está desaparecido Facundo Astudillo Castro. Fue visto por última vez subiendo a un patrullero de la Bonaerense, que sigue siendo la “maldita policía” de siempre. Exigimos su aparición con vida ya, porque nuestro pueblo dijo Nunca Más y vamos a defender esa bandera hasta el final. El Estado nacional y provincial son responsables y deben responder por su vida.
Como parte de esa lucha antirrepresiva y democrática lanzamos la campaña nacional #ChauBerni, para separar ya mismo de su cargo al titular de la mayor fuerza policial del país. Como ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni es el responsable directo de ese funcionamiento policial violento, que incluye la desaparición forzada de Facundo.
Un prontuario represivo
Un poco de historia confirma la gravedad de que este personaje siga ocupando cargos de relevancia en la función pública, y más aún en la policía. Aunque responda al ala de Cristina-Kicillof y a veces parezca “progre”, Berni trae una herencia funcional a la dictadura y además es un abanderado de la mano dura, que siempre significa represión a la juventud y al pueblo trabajador.
Médico, abogado y karateca, antes de hacer carrera política en el kirchnerismo, en 1987 como militar en Santa Cruz participó en los levantamientos “carapintada” que al mando de Rico exigían la impunidad para los genocidas.
En 1994, durante la huelga de los mineros de Río Turbio, como director del hospital de 28 de Noviembre se postuló como “asistente médico” y así se infiltró para informar al gobierno provincial del desarrollo de la lucha.
Cuando Alicia Kirchner fue ministra de Desarrollo Social, Berni fue secretario de gestión y articulación institucional. En 2010, una de sus tareas fue coordinar la represión en la toma del Parque Indoamericano, con un saldo de 6 muertos.
Desde 2012 a 2015 Cristina lo nombró secretario de Seguridad de la Nación. Entre sus primeras iniciativas estuvieron el Operativo Centinela, el Escudo Norte y el Cinturón Sur. Las fuerzas de seguridad dejaron de cumplir tareas en las fronteras o en altamar para centrarse en la vigilancia y represión social.
Sus apariciones mediáticas a lo Rambo empezaron en 2012, cuando por primera vez aterrizó en la Panamericana para apalear a los choferes de la Línea 60 que habían acordado levantar el corte 10 minutos después.
En 2014 tuvo una nueva aparición hollywoodense, frente a una caravana de los obreros de Lear: como no podía reprimir directamente, mandó al “gendarme carancho” a tirarse ante el auto de un manifestante para poder detenerlo.
Ahora, en su nuevo cargo de secretario de Seguridad bonaerense, ya tuvo varias apariciones vergonzantes. Entre ellas, reivindicar el uso de las pistolas-picanas Taser y asegurar que el asesino Chocobar tenía “la mejor intención” …
Sumate a la campana
A Berni le gusta aparecer en las cámaras ametralladora en mano para mostrar más calle que escritorio, pero no se lo ve así en las comisarías de Bahía Blanca para buscar a los culpables de la desaparición de Facundo. Kicillof tuvo que separar a la Bonaerense de la investigación, pero aún no separó a Berni de la Bonaerense. Por supuesto, a esa policía hay que darla vuelta. Pero al autoritarismo represivo de Berni hay que cortarle las alas antes de que crezca.
Ya nuestro partido, Madres como Norita Cortiñas, el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia, y otros sectores populares venimos reclamando que se vaya Berni. Te invitamos a sumarte a la campaña, a difundir los flyers y notas, a participar de las marchas y actividades. ¡Que se vaya y no vuelva nunca más!