Escribe: Sergio García
Como parte del debate desarrollado en la mesa del FIT-U, en el plenario del sindicalismo combativo y en los balances públicos posteriores, se hizo referencia a la propuesta del MST de que el FIT-U y la izquierda seamos parte, junto al sindicalismo combativo, de la convocatoria a una gran jornada de lucha unitaria. Los compañeros de PO rechazan esto y argumentan que es «electoralismo». Es un profundo error de PO. Dejamos nuestra opinión.
Desde el MST venimos insistiendo en la necesidad política de que nuestro frente aparezca con fuerza en el escenario nacional, como una potente tercera voz y alternativa frente a la derecha y al gobierno, y ayudando a que surja una gran acción nacional de todos los sectores en lucha. Una poderosa convocatoria unitaria, autoconvocada del sindicalismo combativo y la izquierda, los movimientos piqueteros, de DDHH, el movimiento de mujeres y la juventud. Sería una gran iniciativa donde el FIT-U sería impulsor, como corresponde a una fuerza política que quiere ser alternativa frente a millones de trabajadores, sectores populares y la juventud. La acción del 17A de la derecha que intentó aparecer cómo la única opción al gobierno reactualiza este debate, ya que una vez más desde la izquierda no aparecimos con fuerza en el primer plano político nacional.
Sobre este tema, en el balance público del Partido Obrero tras el plenario del sindicalismo combativo se dice lo siguiente: «Un sector de los participantes planteó que la jornada nacional convocada por los sindicatos clasistas debía ser convocada en común por la izquierda, concretamente el FIT-U (…) La Coordinadora Sindical Clasista la rechazó desde una posición política histórica del trotskismo. Los sindicatos recuperados agrupan a la masa de sus afiliados y tienen precisamente la virtud de agrupar al conjunto de la rama que representan y luchar con la masa de los compañeros cuando hay disposición para ello. Pero porque representan a la totalidad de los afiliados, no pueden convocar como brazos de la izquierda que es a ojos vista minoritaria todavía en la base del movimiento obrero (…) Por otro lado su contenido es profundamente electoralista (…) De nada sirve una sustitución que no corresponde del papel de los sindicatos clasistas que deben tomar en sus manos la lucha, y colocar al PSC como canal de organización de los trabajadores que en todos los gremios chocan todos los días con la entrega de la burocracia sindical, pero que están muy lejos de haber adherido a las posturas de la izquierda en plano político».(1)
Las definiciones expresadas son equivocadas y lejos están de pretender ser «la posición histórica del trotskismo». En realidad son enunciaciones emparentadas al economicismo de principio de siglo XX y al sindicalismo que actúa en sindicatos para impedir el avance de la izquierda. Suena un poco insólito que una fuerza política que integra el FIT-U y se define trotskista diga que es equivocado que la izquierda y el FIT-U convoquen a la lucha junto a los sindicatos y otros sectores sociales. Parece increíble, pero es real.
Una forma electoralista de razonar
Tanto en el texto citado, en intervenciones del plenario y en la mesa del FIT-U, PO nos dice que proponer que la «izquierda» convoque es «electoralismo». En realidad la sola mención del tema muestra lo contrario; los compañeros de PO tienen una visión signada por lo electoral, por eso su razonamiento parte de creer que la palabra «izquierda» y «elecciones» son dos conceptos unidos, cuando no es así.
Nuestra propuesta es muy clara: proponemos que la izquierda y el FIT-U sean parte fundamental de la convocatoria a una jornada de lucha unitaria junto al sindicalismo combativo. No tiene eso nada que ver con electoralismo. Y tiene mucho que ver con la necesidad política de postular al FIT-U y de intentar que supere el limitado horizonte electoral. Algo que nunca va a suceder, sino somos protagonistas de las luchas centrales, si no actuamos juntos en la lucha de clases, sino damos pelea política en todos los ámbitos y sectores sociales. Nuestra propuesta es de lucha, es revolucionaria, de clase y está al servicio de que la izquierda y nuestro frente en particular, aparezcamos disputando políticamente en todos lados, incluido en la calle. Al negarse a esto, es PO quien expresa una política electoralista, colocando a la izquierda en el limitado rol de actuar solo en el plano electoral e impidiendo que aparezcamos protagonizando, en forma unitaria, la lucha hoy. Porque según PO los que luchan son otros, los sindicatos y afiliados en general. Algo que además de equivocado es irreal, ya que hay muchas luchas que se dan por fuera de los sindicatos, que en general en nuestro país, dejan mucho que desear.
Como parte del mismo error PO agrega: «pretender poner a los candidatos del FIT al frente de una movilización a la que se convoca a las organizaciones de trabajadores como telón de fondo es electoralista y de aparato». Compañeros, dejen de analizar todo a través de un prisma electoral y de candidatos. Proponemos que el FIT-U con todas y todos sus referentes seamos parte de una jornada de lucha unitaria, sin ir delante ni detrás de nadie, siendo actores claves en su impulso, como debe ser el rol de los partidos y referentes de la izquierda socialista y anticapitalista, es nuestro deber estar en las luchas, impulsarlas, ayudar a coordinarlas. Dejen de creer que los dirigentes de izquierda son solo «candidatos» que nada tienen que ver con las jornadas de lucha. Sería importante para tener una estrategia revolucionaria y no electoral.
Ceder por partida doble
La falsa concepción que tienen los compañeros en los hechos conduce a dos formas de ceder posiciones, en lo político y en lo sindical. Una sobre el gobierno, ya que se obstaculiza desde el propio seno de nuestro frente, que aparezcamos con fuerza en el escenario político nacional. Cuando el aparato político del gobierno le dice a sus bases que «hacen lo que pueden» que afuera «solo está la derecha», lo único positivo sería que la izquierda desmienta eso apareciendo con fuerza. Al no hacerlo le facilitamos al gobierno sus falsos argumentos por la vía de auto-invisibilizarnos. La negativa de PO a postular de verdad al FIT-U tiene la consecuencia de favorecer la posición del gobierno y permitir que la derecha sea vista como la única oposición.
A la vez PO dice sobre los sindicatos: «porque representan a la totalidad de los afiliados, no pueden convocar como brazos de la izquierda que es a ojos vista minoritaria todavía en la base del movimiento obrero». Con ese argumento se le capitula a las direcciones burocráticas y se cede a la conciencia de las capas más atrasadas de nuestra clase. Desde ya que un sindicato agrupa a todos, pero hacemos tan solo una pregunta: ¿por qué eso impediría que llevemos las propuestas de la izquierda a la base? ¿En donde el trotskismo enseñó que no hay que llevar nuestras convocatorias y tratar de convencer a los trabajadores? Esa posición es una deformación equivocada, sindicalista y de no disputa política, un error de PO que retrasa la posibilidad de que la izquierda avance.
La izquierda revolucionaria en la clase obrera
PO dice que lo sindical y lo político son cosas separadas y que eso representa la «política histórica del trotskismo». No es así. Hay enorme cantidad de ejemplos históricos y escritos que lo desmienten. Recordamos que Trotsky en los debates sindicales sobre cómo ganar influencia decía: «el criterio principal es la influencia general del partido sobre la clase obrera, que se mide por la circulación de la prensa comunista, la concurrencia a actos del partido, el número de votos obtenidos en las elecciones y, lo que es especialmente importante, el número de obreros y obreras que responden activamente a los llamamientos del partido a la lucha».(2) La posición de Trotsky era la de poner al partido y a la izquierda a la vanguardia del llamado a luchar no le daba un rol electoral, sino que de daba «especial importancia» a ver cuántos responden nuestros llamamientos.
Y a la vez agregaba: «Los que en principio contraponen autonomía sindical a dirección del Partido Comunista están contraponiendo –quiéranlo o no– al sector proletario más atrasado con la vanguardia de la clase obrera… La ideología de la independencia sindical no tiene nada en común con las ideas y sentimientos del proletariado como clase. Si el partido, mediante su dirección, es capaz de garantizar una política correcta, clara y firme en los sindicatos, a ningún obrero se le ocurrirá rebelarse contra la dirección del partido. Lo prueba la experiencia histórica de los bolcheviques… La tarea principal de un verdadero partido del proletariado consiste en ponerse a la cabeza de las masas trabajadoras, organizadas o no en los sindicatos» (ídem).
Para finalizar, recordamos también que hablando sobre el Frente Único, Trotsky decía lo siguiente: «Es precisamente en el curso de la lucha que el conjunto de las masas debe aprender por experiencia que nosotros luchamos mejor que los demás, que vemos mejor, que somos más audaces y resueltos. De esta forma, nos acercamos cada vez más a la conquista del Frente Único revolucionario (…) El Partido puede ganar influencia en la vida de los sindicatos si sus militantes trabajan en los sindicatos y llevan ahí el punto de vista del Partido».(3)
Compañeros de PO; es hora terminar el inmovilismo político y dejar de lado las visiones sindicalistas que vienen impidiendo que salgamos en común a postular con fuerza a nuestro frente en la vida política y en la luchas. No puede haber una división artificial entre lo político y lo sindical, sino una estrategia única que debe aplicarse sin demora y con fuerza hacia una gran jornada del sindicalismo combativo, la izquierda y otros sectores en lucha. Esa es nuestra propuesta.
(1) Prensa Obrera, 14/8.
(2) Comunismo y sindicalismo, León Trotsky.
(3) Las tácticas del Frente Único, León Trotsky.