Tras meses de amagues, el gobierno presentó su proyecto. Se llama “Aporte solidario, extraordinario y por única vez vinculado a los patrimonios de las personas humanas”, pero dista de las expectativas que podían tener quienes esperaban que Alberto les hiciera pagar a los capitalistas al menos una parte de la crisis.
Jeanette Cisneros
Es un aporte del 2 al 3,5% que alcanza a sólo 12.000 personas con un patrimonio mayor a 200 millones de pesos y permitiría recaudar 300 mil millones. Tardío, muy insuficiente, no toca a las corporaciones y es por única vez. Además, no asegura “marcar esa plata” para financiar lo que se necesita.
Tómense su tiempo…
Al fin salió a la luz el proyecto elaborado por Máximo Kirchner y el banquero Carlos Heller. Mucho tiempo pasó desde los rumores de la presentación hasta “el momento oportuno”, como dicen sus mentores, ya con más de 400.000 infectados, superando las 8.000 muertes, más de dos millones de despidos, suspensiones y un 50% más en la tasa de desempleo.
La crisis económica, social y sanitaria se consolidó todos estos meses. Desde el gobierno nos quieren hacer creer que este tiempo sirvió para sacarles las “dudas” a todos los bloques que diferían con el proyecto, salvo a Juntos por el Cambio. En verdad, el único proyecto de impuesto real a los ricos lo presentamos desde el FIT Unidad. Pero se negaron sistemáticamente a debatirlo.
Aporte solidario vs verdadero impuesto
El aporte solidario, o contribución como dice Alberto, está lejos de ser un impuesto para revertir el saqueo de los “miserables” y apuntar a garantizar justicia social. A quienes acumulan fortunas explotando trabajadorxs, fugan capitales, pagan cero rentas extraordinarias, evaden los tibios impuestos existentes y se la llevan en pala, o no se les cobra nada o se les solicita amablemente y por única vez que suelten una limosna. Una burla. Veamos:
Además de ser “a los patrimonios de las personas humanas” que toca apenas a 12.000 personas, hace falta un impuesto que grave a las 41 empresas que más facturaron en 2019 (40% del mercado): $ 3.7 billones. Entre las que más ganaron en 2018 están Cablevisión, YPF, Mercado Libre, IRSA, Central Puerto, Banco Macro, Dreyfus, Santander Río y Ternium (ex Siderar): $ 373.000 millones.
La propuesta del gobierno sólo alcanza a quienes superen los $ 200 millones de patrimonio. En cambio, el proyecto del FIT Unidad plantea gravar a todo aquel que declare $ 100 millones, con una tasa del 5 al 10 % y llegando al 15% en los sectores más concentrados de la economía.
Afectando al triple de ricos que el plan del gobierno, nuestro proyecto recaudaría más de un billón de pesos, o sea 15.000 millones de dólares, mientras que la propuesta del gobierno alcanza tímidamente los 4.000 millones.
El proyecto oficial no plantea ninguna continuidad. Tampoco es parte de la reforma tributaria progresiva que se viene reclamando, y que junto al no pago de la deuda son las bases para que, en serio, la crisis la paguen los que la generaron: los ricos.
El proyecto y sus trampas
Otra de las expectativas que generó este proyecto era el destino de lo recaudado. Pero también en este punto decepciona. Los fondos irían a cinco ítems. Un 20% a la asistencia sanitaria y otro 20% al programa Progresar de becas estudiantiles. Sólo un 15% irá a los Barrios Populares en Proceso de Integración Urbana, sector muy desprotegido como mostró la pandemia. Pero casi la mitad de lo recaudado parece estar al servicio de sostener a las corporaciones. Siendo YPF una de las diez empresas que más facturó en el país, el proyecto propone cederle el 25% de lo recaudado. Y el otro 20% iría a subsidios a las pymes, definidas por la misma ambigua ley que decidió el destino de los ATP…
En resumen, el gobierno que no da certezas del IFE, que posterga a las familias expuestas a la crisis y que no invierte lo necesario en salud, planifica nuevas maneras de seguir subsidiando a las multinacionales como McDonalds, Burguer King, Green Eat y demás. Es tan pobre este proyecto que hasta es inferior a la propuesta que Georgieva, la jefa del FMI, calificó de positiva en abril al indicar que al menos se debería mantener durante los años de recuperación.
Que los ricos paguen en serio
Seguimos defendiendo el proyecto del FIT-U que establece impuestos extraordinarios a los grandes patrimonios, bancos privados, altas rentas, la gran propiedad agraria y las viviendas suntuosas ociosas. Y que los recursos así obtenidos se utilicen exclusivamente para dar respuesta a las necesidades sanitarias y sociales.
Asimismo, para un salario de cuarentena de $ 40.000 para todo trabajador/a que no tenga licencia paga por su empleador, desocupados, empleados de servicios eventuales, trabajadorxs de casas particulares, monotributistas de las categorías A y B, y cuentapropistas. Con un control social para no dejar el uso de los fondos al arbitrio del Ejecutivo. Ese impuesto se debe mantener hasta salir de la crisis y debe ser la primera medida de una reforma fiscal progresiva y un plan económico obrero y popular para que la crisis la paguen los capitalistas.