La pandemia en alza, la economía en baja, la pobreza y desocupación sin freno. Un país sumergido en una crisis que se profundiza día a día. Producto de esta situación se van sintiendo con fuerza las luchas de las y los de abajo, porque el gobierno avanza con sus medidas a favor de los empresarios, de los especuladores, de los extractivistas. La derecha política tiene iniciativa y se postula como opción, pero lejos de resolver los problemas profundizaría el ajuste. Ni el progresismo impotente, ni la derecha reaccionaria son la opción para les trabajadores. Hay que fortalecer a la izquierda para que se posicione como alternativa de poder. Puntualizamos algunos ejes para aportar al análisis y las perspectivas y avanzar en nuestra propuesta hacia el conjunto del FIT Unidad.
Escriben: Cele Fierro y Sergio García, dirigentes del MST y el FIT Unidad
Se profundiza la crisis del país
La crisis económica, social y sanitaria es inocultable. La pandemia, que no ha terminado, y a pesar que el presupuesto 2021 no la tiene en cuenta, sigue pegando fuerte. Con los contagios sin freno, ahora una gran parte de los casos están fuera del AMBA, con lugares como Tucumán, Río Negro, Neuquén y otros con sus sistemas sanitarios al límite.
Por fuera de los porcentajes, los números fríos actuales o las estimaciones del BM o del FMI para el país y la región(1), la crisis profunda se ve en las calles. Locales con las persianas bajas, enormes colas para encontrar trabajo, más personas viviendo en la calle, se siente en cada compra con la inflación creciente. Pero fundamentalmente la marca de este momento son las expresiones cada vez más fuertes de luchas de les trabajadores.
Son quienes hace meses luchan por defender su fuente de trabajo, quienes se organizan para garantizarse su derecho a una vivienda digna, quienes se movilizan contra la precarización laboral, quienes activan y se organizan ante la crisis ambiental y las políticas extractivas. En la primera línea les profesionales de la salud, con enfermería a la cabeza por las condiciones de trabajo, por el reconocimiento a la carrera.
Son las autoconvocatorias de diferentes sectores, desde estatales, choferes de UTA, aeronáuticos, docentes y otros sectores activos ante el abandono y las traiciones de la burocracia sindical cómplice del gobierno nacional. Es la juventud, que este sistema le precariza la vida, y lucha contra todo, contra las patronales ajustadoras y es la que se sensibiliza, toma conciencia y es vanguardia en la lucha contra el ecocidio planificado por los gobiernos y las corporaciones. Es el movimiento feminista que estos días de nuevo estuvo en la calle por aborto legal y ni una menos. A la crisis brutal que vivimos se le combina esta respuesta social que posiblemente siga creciendo los meses que vienen.
El Frente de Todos anima a la derecha
Ya se escucha poco a quienes plantean la épica del relato oficial, lejos del buen manejo de la pandemia, la realidad es que el doble discurso no alcanza para contener a la base social más progre que esperaba otro rumbo y otras medidas. Ya que las mismas vienen favoreciendo a los grandes grupos de la economía, más allá que, como siempre, estos sectores siempre quieren más.
La política de ir cediendo, de ir procurando responder a las exigencias de las corporaciones, lejos de enfrentar a la derecha política le va cementando el camino y animando a sus bases sociales. Lo pudimos ver en el caso Vicentin, por tomar un ejemplo reciente, cuando se pasó de amagar a expropiar, a tan solo intervenir parcialmente para finalmente dejar en el olvido todo el tema. Ya no se habla de esta empresa estafadora, que se declara en quiebra dejando sin respuesta a sus trabajadores, a pequeños productores, con enormes deudas entre ellas con el propio Estado.
Y del discurso de ir hacia la soberanía alimentaria, tras banderazos y movilizaciones convocadas por la derecha, se dio reversa a fondo y se pasó a intentar responder a la crisis de reservas en dólares, con baja de retenciones al complejo sojero. No solo no se avanza sobre las grandes corporaciones del agro sino que, a las mismas corporaciones del agronegocio, el Frente de Todos las termina beneficiando con menos impuestos y la aprobación de la semilla de maíz transgénico.
Sumemos a todo esto, que la derecha saca pecho cuando también nota que el discurso del gobierno se desvanece, en estos temas y en otros como el por demás de insuficiente aporte solidario de solo algunas grandes fortunas, la nunca practicada unificación del sistema de salud, y la ni presentada ni votada, ley de derecho al aborto legal.
Entre banderazos y ajuste del gobierno, postular a la izquierda
La derecha desde hace meses se mueve lejos de la unidad nacional y salió con todo a horadar al gobierno, con acciones callejeras motorizadas fundamentalmente por la dirigencia de Juntos por el Cambio. Pudimos ver una nueva expresión de estas acciones el pasado lunes 12 en varias localidades del país, como fue en el Obelisco en CABA, que por supuesto es magnificada por afines y opositores. Pero es un hecho real que marca la polarización política y social que atravesamos.
Frente a esto, luego de meses sin acciones ni iniciativas militantes, el oficialismo ahora prepara una acción virtual para el 17 de octubre, será la demostración de fuerza de la burocracia sindical y el PJ, en apoyo a Fernández. El Frente de Todos ve más débil a su presidente y decide reforzar su apoyo desde un evento organizado por lo peor de la burocracia sindical. Con esos arquitectos y fuera de la calle, aparece como un evento poco atrayente en medio de la crisis y el descontento social.
Por fuera de las movidas de un lado y otro de la «grieta», algunas voces burguesas y sectores de los partidos patronales vuelven a fomentar discursos de una unidad nacional, hoy lejana, porque más que nunca necesitan tirar para el mismo lado, para aplicar el ajuste que ya se siente y planean profundizar en el futuro.
Frente a estos posicionamientos y luchas que se gestan con fuerza desde las bases, hace falta presentar una gran iniciativa unitaria, con miles y miles de trabajadores y jóvenes en todo el país, donde se exprese con fuerza que hay otra alternativa política que propone pegar un giro de 180° en todos los terrenos. Hace falta una gran iniciativa de nuestro frente de izquierda junto a las luchas que se desarrollan en cada sector. El pasado 17 de septiembre impulsamos en el Obelisco una acción en este sentido. Se trata ahora de avanzar mucho más sin perder más tiempo. Frente al descontento social creciente hay que postular otra salida política y hacerla muy visible en la calle.
Solo el FIT Unidad tiene propuestas alternativas
Ante cada hecho de la realidad, con la pandemia y toda la situación económica y social, solo nuestro frente de izquierda levanta otro programa. Con la nueva misión del Fondo, mientras desde el oficialismo y la oposición lo recibieron con bombos y platillos, desde el FIT-U nos posicionamos no solo en contra de la auditoría e intromisión del FMI en la política económica del país, sino, también, repudiando la posición del gobierno para seguir dando garantías para pagar una deuda que ha sido una estafa completa para todo el pueblo, y pretenden que paguemos con más ajuste y reformas como la laboral.
Sobre el impuesto a las grandes fortunas, que en el proyecto del gobierno ya es más una súplica con más y más concesiones a las corporaciones, desde el FIT-U proponemos que tiene que haber un impuesto real y permanente a las fortunas en este país. Para empezar con un impuesto progresivo: que para que paguen más los que más tienen, llegue a personas físicas y corporaciones. Y sea un ingreso constante para poder, con él en este momento de crisis sanitaria, destinar y reforzar el presupuesto de salud o desarrollo social y no, como el oficial que sigue bancando a las empresas o fomentando el fracking en Vaca Muerta.
Con la lucha de enfermería, con las familias de las tierras recuperadas de Guernica, ante el ecocidio que es producto del modelo extractivista que levantan y promueven desde ambos lados de la grieta, solo el FIT-U tiene otro programa, a favor de las mayorías, contra la sed de ganancia quienes dirigen el país y el mundo, al menos hasta ahora. Tenemos que aprovechar este hecho, para fortalecer esta unidad, con les miles que ya no creen en falsas soluciones.
Por una unidad que supere el plano electoral
Tenemos la posibilidad de fortalecer el Frente, si logramos intervenir con fuerza y de forma unitaria en cada uno de los espacios políticos, de lucha, de disputa, donde hay muchas compañeras y compañeros que ven en nuestras propuestas las salidas que de verdad hacen falta, pero que al no vernos actuar conjuntamente, no terminamos de lograr mayor entusiasmo y disposición a sumarse. Pensemos lo fuerte que seríamos si intervenimos de forma común, con debates democráticos y pegando todes para el mismo lado a la hora de disputar y recuperar sindicatos de la mano de la burocracia. Imaginemos lo que seríamos si las juventudes actúen de forma unida para movilizar al movimiento estudiantil y conquistar más Centros de Estudiantes al servicio de la organización y la lucha en defensa de la educación pública.
O en el movimiento de mujeres y disidencias, para seguir impulsando con fuerza no solo la lucha por los derechos que nos faltan, sino fortaleciendo el debate con el resto de las corrientes y haciendo más fuerte el feminismo socialista que lucha por cambiar este sistema capitalista padre de todas las violencias; o en el movimiento socioambiental, que ha pegado un salto grande en sus acciones en las últimas semanas, en respuesta al avance del modelo de saqueo y contaminación que promueven como motores de la economía y el desarrollo.
Nadie que tenga una estrategia socialista y revolucionaria, puede contentarse con lograr tan solo acuerdos en el plano electoral, desde hace mucho marcamos críticamente este problema que el FIT traía desde su fundación. Sabemos que la unidad electoral es un paso limitado, necesario pero táctico. Además, no es coherente ir unidos en las elecciones y atravesar todos los otros ámbitos de lucha en una pelea muchas veces insólita entre acusaciones y divisiones. No se trata de estar de acuerdo en todo, porque hay matices y diferencias lógicas que no deben esconderse. Se trata de intervenir en común, de discutir fuerte, a fondo y de frente cada vez que haga falta. Pero siempre tratando de fortalecer a la izquierda y a nuestro frente en cada terreno de lucha.
La lucha es política y en todos los planos
Cada una de las peleas que damos es una lucha política, es de disputa de programa, de proyecto, de enfrentar a las direcciones reformistas y burocráticas en la mayoría de los casos. Lo es en los barrios, en las acciones feministas, en las luchas ambientales, y lo es también en los sindicatos. Es imposible dividir la lucha sindical de la política, somos justamente las y los revolucionarios quienes tenemos que pelear y disputar políticamente a la base en los sindicatos. Es una tarea estratégica, para lograr que los sectores de la clase obrera organizada en cada lugar de trabajo, rompa con las corrientes peronistas que utilizan a las y los trabajadores para seguir aportando a un proyecto político que defiende los intereses de los patrones.
Actuar en común desde el FIT-U en cada gremio, junta interna o cuerpo de delegados, llevando allí todas nuestras propuestas y convocatorias políticas y de lucha, nos permitiría ser una corriente más fuerte y de esa forma fortificar tanto al sindicalismo combativo avanzando en la pelea por la dirección e impulsando los procesos de autoorga-nización, como a su vez que esa acción repercuta en el plano político, que es el decisivo para lograr saltos en nuestra influencia sobre millones. Hasta ahora tanto los compañeros de PO como IS vienen actuando dividiendo lo sindical de lo político, lo cual atenta contra las posibilidades de crecer de nuestro frente, en uno y otro plano. Por eso es urgente un cambio en esta equivocada posición.
Por un partido de tendencias
Encontrar una forma de organización que nos permita debatir e intervenir en común, ante cada hecho de la realidad, haría que nuestro frente tenga una potencia mucho mayor y logre salir de cierto inmovilismo actual. Una propuesta concreta para traspasar el estadio de frente electoral es avanzar a un acuerdo y forma organizativa mayor. Una variante posible sería conformar un partido de tendencias, esa es la propuesta que hacemos desde el MST al resto de las corrientes que conforman FIT-U.
Sería un salto político, una propuesta que permitiría avanzar hacia un gran movimiento político o partido común, bajo un sólido programa socialista y anticapitalista, que a su interior permita que cada una de nuestras corrientes puedan ser tendencias organizadas democráticamente, defendiendo sus ideas con total independencia. Esto favorecería el poder convivir con matices, diferencias, potenciando los fuertes acuerdos logrados bajo el mismo programa.
Dar este paso serviría no solo para discutir y analizar la situación, sino además para proponer y resolver en común con qué política intervenimos de forma directa en los acontecimientos políticos y de la lucha de clases. Hay quienes argumentan, para oponerse a esta propuesta, que estas experiencias solo sirven para que se fortalezca el reformismo. No es así. En nuestro país lo estaríamos impulsando y dirigiendo las corrientes trotskistas revolucionarias, para fortalecer la lucha de clases a favor de los oprimidos y explotados. Por lo cual no es un argumento válido sino irreal, al servicio de justificar la falta de voluntad política de avanzar en serio.
Por otra parte, avanzar en un proyecto así potenciaría no solo la intervención común, sino que además debería priorizar el tener mecanismos democráticos para resolver todas las cuestiones, respetando mayorías y minorías y las distintas posiciones para que todas estén expresadas. Para que allí donde surjan debates y diferencias en el plano político o por ejemplo en el electoral, se respete la visión de todos y se resuelva cada cuestión mediante instancias democráticas, sin imposiciones de ningún tipo.
Un salto en la unidad que permita incorporar a miles
A su vez un gran partido de tendencias serviría para las y los miles que ven en el FIT-U una alternativa pero no encuentran el lugar para sumarse a militar por esa causa, ya que aún no ven en ninguno de los partidos el lugar para organizarse. Activistas de derechos humanos, de género, socioambientales, personalidades, intelectuales podrían tener su lugar y ser parte protagonista de esta construcción.
Como así también serviría para que se incorporen nuevos sectores, agrupaciones o sectores políticos de izquierda que compartan el programa y el proyecto y colaboren ampliando el frente y su radio de influencia política y social. Cada quien aportando desde su lugar, su experiencia, sus ideas, a un proyecto colectivo, socialista y anticapitalista. Sin que solo se recurra a ellos, en medio de las elecciones y a último momento.
Una profunda unidad para disputar poder
Cada una de estas líneas, estas propuestas, son para poder empezar a debatir y socializar nuestra gran preocupación que va mucho más allá de la pelea por lograr algunas bancas más, los planteos que hacemos son para poder transformar a la izquierda, a nuestro frente en particular, en la alternativa política para millones. Nuestro propósito y todo lo que hacemos es en función de los cambio de fondo que, no solo proponemos, sino que estamos convencides que son los necesarios para lograr vivir dignamente, las y los de abajo, las mayorías, la clase trabajadora.
Porque lo que tenemos que plantear como estrategia es disputar el poder político de país, que seamos les que nunca gobernamos, les que asumamos el control de los principales resortes de la economía. Que seamos les trabajadores quienes tomemos las riendas de nuestro propio destino. Y para eso necesitamos impulsar una profunda movilización, permanente y en cada sector. Y dar saltos cualitativos en la organización política de miles.
Vamos a una crisis mayor. Nuestra oportunidad es ahora
Estamos en el medio de una crisis capitalista mundial de gran envergadura, donde el sistema imperante ha demostrado que no tiene ya nada para ofrecer, ni habrá mejoras en las condiciones de vida de la población. Los rescates que proponen los distintos gobiernos son para seguir favoreciendo al capital. Y la respuesta del movimiento de masas, su resistencia, que durante los primeros meses de la pandemia estuvo atenuada, cada día se expresa con más fuerza en cada rincón del globo.
Ante esta situación se debilitan los llamados progresismos y sus gobiernos, porque la polarización social y política se agudiza, entre aquellos que quieren avanzar sin concesiones derrotando las luchas populares, para aplicar con más fuerza el ajuste y garantizar la continuidad de la explotación, la destrucción de nuestra vida, y quienes nos levantamos y cuestionamos este modelo, este sistema desigual. Se hace necesario de este lado de la trinchera que exista una alternativa política que lleve adelante la dirección de las acciones necesarias para lograr de los cambios profundos que hacen falta. Por esto es que ahora se hace imperioso superar positivamente la situación actual del FIT-Unidad, poner en funcionamiento todos los mecanismos necesarios para que nos transformemos en la herramienta de la clase trabajadora y de la juventud para terminar con el capitalismo y avanzar a paso firme a la construcción de una sociedad igualitaria, una sociedad socialista.
1 El desempleo subió a 10,4% en el primer trimestre de 2020; La pobreza supera el 40%. El PBI cayó un 19,1%. El FMI había proyectado una caída del 5,7%, ahora pronostica más del doble. El Banco Mundial pronosticó una baja del 12,3%.