Escribe: Carlos Carcione
Sin entrar en el largo periodo colonial donde las potencias europeas se disputaron todos los territorios del África, que también representa un extendido periodo de luchas interimperialistas y por la descolonización de esos territorios, incluso del Norte de África, la zona recostada sobre el Atlántico y parte del Mediterráneo. Las potencias europeas dominantes en esta región fueron Francia y España, a partir de la Conferencia de Berlín de 1885 en la que los estados europeos se repartieron nuevamente el continente africano.
Desde entonces hasta 1975, poco antes de la muerte de Franco, en que el príncipe Juan Carlos de Borbón como Jefe de Estado en funciones, decide ceder el Sahara occidental a Marruecos y Mauritania, no sin antes asegurarse para España la explotación del atlántico relacionada con ese territorio. Este acuerdo se realiza sin la participación del pueblo sahaurí ni de una representación del Frente Polisario, fundado dos años antes y que había declarado la guerra de independencia contra España. La lucha del Frente Polisario hizo rápidamente retroceder a Mauritania, y logró luego de una larga lucha un alto el fuego con el reino de Marruecos supervisado por la ONU y exigiendo desde entonces que se cumplan las condiciones de ese armisticio.
Esta es una historia de violación de derechos humanos del pueblo, de saqueo del territorio, de una violación flagrante del derecho internacional, una historia de muros, genocidios y persecuciones contra el pueblo saharaui, solo comparable a la situación del pueblo palestino, de división de familias, de exilios y campamentos. Pero también es una historia de lucha. La lucha por la libertad de la última colonia africana.
El cinismo de la política de descolonización de la ONU
En 1963 la ONU reconoce como territorio autónomo el Sahara occidental, en 1990 ratifica esa definición, sobre la base de un acuerdo del que participa el Frente Polisario en el que se contemplaba la realización de un referéndum. Desde entonces Marruecos se niega a reconocer el registro electoral que propone el Polisario basado en el registro español de 1975. El Consejo de Seguridad de la ONU en 2019 aprueba de manera unánime con la abstención de Rusia y Sudáfrica la resolución 2494, que debajo del palabrerío diplomático deja las cosas como están y solo insta a que Marruecos y el Polisario reinicien negociaciones, cuando es un hecho que el reinado de Marruecos se aprovecha de todas estas resoluciones para continuar con su ocupación oprobiosa y violenta del territorio saharaui con todas las consecuencias que esto tiene para su pueblo. En los últimos 13 años la ONU votó 17 resoluciones en el mismo sentido inútil que esta, dejando desamparados a millones de saharauis que en condición de desplazados mal sobreviven en campamentos en Argelia.
Mientras tanto, apoyado en estas resoluciones que no obligan a nada, Marruecos se convierte en potencia exportadora de fosfatos extraídos del territorio ocupado, ocupando el tercer lugar mundial como productor, solo detrás de China y Estados Unidos, acompañado por empresas alemanas, canadienses, españolas, chinas. Construyó un muro militar, coló miles de minas, movilizó miles de soldados y se convirtió en uno de los países más armados de la región, mientras sufre una crisis social y económica desde antes de la pandemia. Su compra de armas es multimillonaria en dólares y no es casual que uno de sus principales proveedores sea España. Pero no el único, la lista construida por investigadores saharauis de acuerdo a su importancia en las ventas es la siguiente: Estados Unidos, Rusia, Francia, Reino Unido, Alemania y China, que no por casualidad son los integrantes permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU.
El Frente Polisario y la República Árabe Saharaui Democrática
Fundado en el 10 de mayo de 1973 en Mauritania, el Frente Polisario Frente Popular por la Liberación de Saguía, Hamra y Rio de Oro, se convirtió en la representación del pueblo saharaui. Declara la guerra a España hasta que ésta en un acuerdo de 1975 con Marruecos y Mauritania se retira del territorio saharaui y reparte entre esos dos países el territorio que abandona. El Frente hace base en Argelia y desde allí comienza hostilidades contra los países ocupantes. Es la primera guerrilla del mundo organizada en el desierto y a gran escala.
Ese mismo año, con su lucha, el Frente Polisario logra que la ONU desconozca el acuerdo de Madrid, ser reconocido como la representación del pueblo saharaui y en 1976 funda la República Árabe Saharaui Democrática. Y en 1979 el Polisario logra que Mauritania le devuelva la zona saharaui que controlaba: un 30%, interno y más bien desértico. El otro 70% del territorio saharaui, que da al Atlántico y además es la zona más rica, sigue en manos de Marruecos, que levantó un muro militar de 2.400 kilómetros totalmente minado.
Desde 1991 acepta la negociación propuesta por la ONU e intenta que se realice el referéndum que contempla este acuerdo, pero con la maniobra marroquí de pretender que en el registro electoral se reconozca a los marroquíes ocupantes, las negociaciones se empantanan, aunque se mantiene un alto el fuego relativo.
De ideología nacionalista, muy relacionado en su origen con el movimiento de países no alineados, y fundamentalmente con el régimen de Argelia y de Libia, el Frente Polisario recibió muchas críticas por continuar manteniendo el alto el fuego aunque no había ningún avance en obtener la independencia. Pero en los últimos meses se ve presionado por la ocupación marroquí hostil del paso de Guerguerat, y bajo una gran presión de la juventud del Frente, el Polisario declara roto el alto el fuego y el vuelve al estado de guerra con el reino reaccionario de Marruecos.