Un año desde la llegada de les Fernández al gobierno. La vuelta del Ministerio de Salud y las promesas incumplidas. La pandemia, miles de contagiados y cientos de fallecidos. Ginés, sus idas y vueltas. La explosión de la lucha del equipo de salud a lo largo del país.
Escribe: Mariano Veiga, Secretario General Adj AGIHM
A un año de la llegada de les Fernández al gobierno, el personal de salud está lejos de ser reconocido como se merece. La Pandemia puso sobre el tapete la situación de la salud pública en todo el mundo, y Argentina no fue ajena a esa realidad. Los efectos de décadas de desinversión, la descentralización del sistema durante el menemato nunca revertida y el ajuste macrista de los últimos 4 años; fueron algunos de los principales factores que pusieron en riesgo la atención de la población y la vida de miles de trabajadorxs de la salud.
El gobierno fue aplaudido por sus votantes y por la opinión pública por el retorno del Ministerio de Salud y por haber aplicado una cuarentena estricta durante las primeras semanas de la pandemia. Pero la realidad del sistema de salud y sus trabajadorxs es mucho más compleja.
La discusión de si hay Ministerio de Salud Nacional o no, no solo se trata de si figura en el organigrama de gobierno. Hoy día, tiene bajo su órbita solo un puñado de hospitales y programas, sin poder de control sobre los cientos de efectores en el país. Eso genera que las condiciones de trabajo de la primera línea, sean totalmente diferentes según los presupuestos de cada provincia, con salarios de pobreza en muchas de ellas.
El otro punto de anclaje del relato kirchnerista en salud se desmoronó con el correr de las semanas. La rápida desregulación de la actividad económica, sin contención social verdadera, generó un nivel de circulación masiva en el AMBA con la consecuente explosión de contagios en el interior del país luego. La masa de trabajadorxs tuvo que salir a buscar sobrevivir y trabajar; sin ninguna respuesta superadora al insuficiente IFE de 10 mil pesos. Los resultados están a la vista y lo que parecía ser en principio un éxito se demostró un fracaso como política para amesetar la curva de contagios, con el colapso sanitario de provincias como Río Negro o Jujuy.
Debates sobre el modelo de sistema de salud
El 31/03 el Ministro de Salud Ginés González García, había mencionado en una reunión la posibilidad de “declarar de interés público todos los recursos sanitarios de la Argentina”. Esa idea duró 24 hs, dado el lobby de las prepagas y los laboratorios que habitualmente inciden en la colocación de funcionarios en cada gobierno de turno. Y es que, además, desde el gobierno Nacional, se defiende el modelo de sistema tripartito de salud, que contiene a la medicina privada, las Obras Sociales y el sistema público.
En los últimos meses, el debate sobre que, sistema de salud es necesario cobró una suma importancia, dado que la pandemia puso en tensión los modelos sanitarios imperantes, en el marco de este sistema capitalista. Quedó demostrado con los ejemplos de Italia, Brasil o Estados Unidos, que la austeridad en salud pública se cobra la vida de miles de personas. Por ello, nuestro planteo superador a estos modelos, es el de un Sistema Único de Salud.
La necesidad de que el Estado cuente con toda la capacidad instalada de todo el sistema de salud en un momento de crisis es clave. Algunos países como Irlanda, estatizaron coyunturalmente el sistema privado para disponer de esa capacidad y transitoriamente, generar mayor igualdad en la atención. En la Argentina, el subsistema privado cuenta con mayor cantidad de camas de terapia intensiva que el público y las Obras Sociales y, sin embargo, atiende a no más del 15 % de la población. Capitalismo puro y duro: si pagás, tenés cama seguro. Si no pagás, te pasa como en varios países de Europa, donde el acceso a una cama de terapia intensiva depende de tu perspectiva de vida.
También se demostró necesario un cambio radical en las condiciones de trabajo de les trabajadores. Nosotres proponemos que ese cambio se construya democráticamente con las organizaciones de base, incluyendo una Carrera Única del Personal de Salud, que incluya a todas las profesiones y sectores no profesionales. Con concursos transparentes. Y con igualdad salarial y laboral en todas las jurisdicciones del país.
Está claro además que, en este mundo capitalista, el acceso a cualquier medicamento tiene un precio muy por encima de los costos reales de producción. Los laboratorios privados presionan sobre todos los gobiernos para aumentar los precios y así mantener su tasa de ganancia. Con la pandemia, llegamos al colmo de que lucran con la posibilidad de hacerte un test de COVID-19, que lo venden 10.000 pesos, para aquellas personas que quieran “hacerse el test”, inclusive sin criterio médico. No existe ningún tipo de control sobre los precios de los medicamentos y llegamos a una situación crítica que la sufren los más frágiles, nuestras abuelas/os, cuyo gasto en los mismos es mucho mayor. Nuestra propuesta incluye que los laboratorios sean estatizados bajo control social, siendo los medicamentos gratuitos para la población que enferma.
Esta dependencia para con las corporaciones de la salud, es la misma dependencia que se observa a nivel económico en otras áreas de la industria. Para garantizar la vacunación de nuestra población, dependemos de otros. Con la vacuna, la lógica del lucro y competencia capitalista se observa de forma brutal, dado que las corporaciones y potencias compiten por la fórmula en lugar compartir todo el conocimiento y hacerlo público. De esta forma, se podría orientar las investigaciones y la producción de la vacuna hacia el bien común.
Para colmo, las/os trabajadores de la salud y las/os usuarios somos objeto de un sistema que nos trata como números. No existe ningún grado de participación de nosotros en las decisiones fundamentales de cómo tienen que funcionar los hospitales y centros de salud. Tampoco existen mecanismos de control de la corrupción de los funcionarios, la burocracia sindical y las patronales.
En nuestro modelo, proponemos que se construyan comités de crisis, protocolos y comisiones de trabajadores y usuarios para abordar el día a día de los centros de salud. Que las compras y contrataciones sean sometidas a control de los mismos, realizando un seguimiento de las mismas. De esta manera se evitaría el desfalco que actualmente realizan la burocracia sindical y las patronales a sus bolsillos.
El Equipo de Salud en la primera línea por sus derechos
Desde mediados de marzo, con el inicio de la Pandemia, comenzaron los reclamos por los Equipos de Protección Personal en todo el país. Fue lo primero que se puso en la agenda, dado que comenzaron a caer les primeres compañeres sin las herramientas de protección mínimas.
Desde nuestra agrupación la Bordó de Sanidad y Alternativa Salud realizamos los primeros amparos favorables en el AMBA, donde las autoridades tuvieron que otorgarnos el equipo completo sí o sí. La lucha continúa, porque en muchas provincias aún los materiales no llegan o son de mala calidad.
Luego comenzaron a sentirse con fuerza los reclamos salariales, de condiciones de trabajo y por el reconocimiento profesional como es el caso de Enfermería en CABA. En todas las provincias el salario básico de una enfermera no supera la canasta básica de pobreza.
Movilizaciones, Jornadas Nacionales de Lucha, Caravanas. La CICOP, la UTS, la AGIHM, la Asociación de Profesionales y Técnicos del Garrahan son parte de esos procesos, junto a otros gremios combativos, y hoy la ALE es la principal impulsora de los reclamos de Enfermería en la CABA. Han surgido autoconvocades, por la bronca contra los gremios traidores como UPCN que firmó un miserable ajuste salarial del 7 % con Nación. O por ejemplo contra SUTECBA en la CABA que rechaza el Pase a la Carrera Profesional de la Enfermería.
21D: Cerramos el año con el equipo de salud en la calle
Las luchas continúan porque el gobierno nacional no da respuesta y deja correr los ajustes provinciales en salud como ocurre en la CABA, Córdoba, Río Negro, Jujuy y muchas provincias. No hubo ni una paritaria por encima de la inflación del 2020 y eso se llama devaluar el salario de la primera línea. Y la frutilla del postre es el DNU 975 de Fernández del 5 de diciembre, que concreta un recorte de 2905 millones de pesos en la cartera del Ministerio de Salud, para transferirlo a otras áreas.
Uno de los atropellos que Alberto deja correr, es el de Larreta para con la Enfermería, que no la reconoce como Carrera Profesional. De hecho, Alberto prometió recibir a diferentes delegades de la Enfermería y ni siquiera se hizo esa reunión.
Por eso, la lucha continúa y su próxima parada es la Av. 9 de Julio este 21 de diciembre, con un corte y acampe impulsado por la ALE y todos los sectores combativos de la Enfermería y la Salud, para exigir que el gobierno de la Ciudad nos reciba y de una vez por todas reconozca a la Enfermería. Una auténtica patriada de les que defendemos la salud pública y que convocamos a acompañar masivamente.
Y más allá de esta parada, queremos dejarle algo en claro a Larreta y Quirós: No vamos a parar hasta conseguir el Pase y si continúan con el ninguneo, la van a tener difícil en el 2021, porque los vamos a presionar en plena campaña electoral exponiéndole a la población lo poco que les interesa la salud pública.