Escribe: Jeanette Cisneros
En 2018, cuando la Iglesia atacaba con su ofensiva «pro-vida», recibía respuestas de la Campaña por el Derecho al Aborto e incluso escraches cuando perseguían a alumnes con pañuelo en los colegios religiosos. Hoy la avanzada antiderechos no encuentra similar respuesta y además prevén acciones para todo el fin de semana.
La Conferencia Episcopal Argentina acusó al gobierno de padecer una «febril obsesión por instaurar el aborto». Intentan mostrarse como voceros de los problemas sociales sin resolver, pero son hipócritas que nada dijeron del mísero IFE, ni de las ATP a las empresas ni de la ola de despidos.
Hubo también una repudiable serie de carteles verdes para tergiversar nuestro reclamo: #Aborto legal para que nadie se entere y te siga violando, decían. Y el colmo fue el padre Pepe, que reporteado por Feinman dijo pavadas: «Si hay aborto, no hay Navidad en Argentina, no festejemos nada. La verdad es que el niño Jesús no hubiese nacido».
En este tramo final, los celestes plantean movilizarse el 26 a Luján, el 27 por el día de la Sagrada Familia y el 28 misa y ayuno por el día de los Santos Inocentes…
Senado tramposo
La media sanción en Diputados fue un triunfo de la marea verde. Pero es preciso analizar las posturas del gobierno y la Campaña en los momentos de definiciones. Cuando Alberto presentó su proyecto, más limitado que la media sanción de 2018, alertamos sobre esa maniobra: si se aceptaba sin chistar y no se defendía a rajatabla el proyecto de la Campaña, iban a avanzar los antiderechos.
Así pasó. Por desgracia las comisiones de articulación y cabildeo de la Campaña le cedieron al gobierno con la excusa de «la ley posible». No cuestionaron a fondo la objeción de conciencia individual ni la penalización. Por eso Diputados incluyó en la ley otra limitación más: la objeción institucional, por la que clínicas privadas y obras sociales pueden negar el aborto.
Ahora los números en el Senado son inciertos. Y la Campaña se limita a preparar algún afiche, pero sigue confiando en las gestiones institucionales por arriba. Por eso está pasando lo que alertamos el viernes 18, apenas dictaminó el Senado: el gobierno, «a riesgo de nuevas concesiones, negocia con los celestes que incluyó en sus propias listas».
De los 41 senadores del interbloque oficialista, 15 están en contra de la ley, empezando por el jefe de bloque José Mayans. El entrerriano Edgardo Kueider (FdT) y el rionegrino Alberto Weretilneck firmaron el dictamen en disidencia parcial: proponen modificar la media sanción limitando los abortos hasta la semana 22 y quitar de las causales la salud integral, dejando sólo violación o riesgo de vida. Su planteo podría sumar dos senadoras indecisas, mientras Cambiemos presiona para volver la ley a Diputados y así dejar al gobierno en falsa escuadra por no garantizar los votos.
El 29, a las calles para que sea ley
Esta situación pone en riesgo la ley. Los dinosaurios de las listas del Frente de Todos y del macrismo están decididos a negarnos el derecho a decidir. El gobierno tiene mayoría propia en el Senado, pero no tiene la voluntad política. Y el macrismo apunta a no darle aire al gobierno, a la vez que dejarnos sin ley.
Si los celestes se envalentonan para seguir a la ofensiva, es porque la Campaña fue dejando de lado los espacios y métodos de lucha construidos en años. Ni asambleas virtuales, ni respuestas públicas a los antiderechos ni la calle como principal herramienta de lucha. Así, se generaliza la desinformación, se intenta marginar a quienes desde la izquierda planteamos diferencias y ni siquiera se convocan las radios abiertas, como lo hicimos por decenas en 2018. Es decir, se debilita la pelea.
Desde Juntas y a la Izquierda y el MST, en cambio, nos organizamos para el 29 copar de verde Congreso y todas las plazas del país. Hay que movilizar con todo para frenar las maniobras del Senado y luego seguir de cerca la reglamentación. En ese camino, te invitamos a fortalecer nuestro feminismo socialista revolucionario, consecuente, que no baja ninguna bandera, para defender el aborto legal sin trampas y hasta que tiremos al patriarcado junto con el capital.