En lo que va de este año ya tenemos 57 muertas, es decir, más feminicidios que días transcurridos. Al femicidio de Úrsula Bahillo, que movilizó al país, le siguió el asesinato de Ivana Módica.
Escribe: Sofía Cáceres Sforza
Ambos casos evidencian la grave inacción del Estado y la justicia cuando de nuestras vidas se trata. Úrsula peregrinó por comisarías y juzgados, y en sus audios preanuncia su final como un testimonio de la barbarie machista. Ivana estuvo desaparecida ocho días hasta que su asesino, piloto militar, confesó la ubicación de su cuerpo.
Año nuevo, versos nuevos
Por decreto, el gobierno creó el “Consejo Federal para la prevención y el abordaje de femicidios, travesticidios y transfemicidios”: los ministerios de Mujeres, Seguridad y Justicia deberán coordinar acciones con las provincias para prevenir, investigar, sancionar, asistir y reparar la violencia de género.
Este Consejo replica una mesa similar que ya existía desde el año pasado: el Programa Interministerial de Abordaje Integral de las Violencias Extremas por Motivos de Género, coordinado por Gómez Alcorta más Justicia y Seguridad. Pero no se aplicó. Es decir, nos mienten prometiendo que harán lo que ya debían haber hecho y plantean “coordinar” la misma burocracia que ya demostró su ineficiencia.
Estamos frente a un problema de fondo que requiere medidas estructurales, no discursos y más oficinas.
Violencia es el Estado y sus instituciones
Ante esta situación de emergencia, hacen falta medidas concretas y urgentes a nivel justicia, policía y gobierno:
Justicia. Con formación en género no alcanza. Los jueces y fiscales se deben elegir por voto popular, con mandatos limitados y revocables, e implementar los juicios por jurados populares, con mayoría femenina para los casos de violencia de género. Ante denuncias de violencia grave: detención preventiva y pericia psicológica inmediatas, lo que requiere un registro centralizado y un cuerpo pericial permanente.
Policía. Estas fuerzas represivas no van más: la policía no toma las denuncias, si las toma las cajonea y si las eleva pero el violento es agente suyo lo traslada para protegerlo. Hay que disolverlas y crear una nueva seguridad democrática, preventiva y bajo control social.
Gobierno. Es urgente un aumento sustancial de presupuesto, ya que el grueso de la poca plata para violencia de género va al Programa Acompañar, de $ 20.000 por seis meses, lo que no permite autonomía real a las víctimas. Hacen falta más casas-refugio, ya que el país apenas tiene la décima parte del mínimo necesario. Y hay que establecer una verdadera participación y control de las agrupaciones de género y familiares de las víctimas en el diseño y aplicación de los programas.
Por un 8M antipatriarcal y anticapitalista
Mientras AF se jacta de haberle puesto fin al patriarcado, nuestras vidas siguen signadas por las desigualdades. El sistema patriarcal que estructura esta sociedad es constitutivo del sistema capitalista: feminiza las tareas de cuidado, garantiza sustento y reproducción de la mano de obra barata, naturaliza la violencia y la opresión. Patriarcado y capitalismo son inseparables ya que aseguran la acumulación de riquezas para la clase social dominante, la burguesía, a costa de explotar y oprimir a las mayorías trabajadoras y populares. Juntos existen y juntos deben caer.
Tanta bronca y dolor acumulados sabemos expresarlos en lucha. Por eso, y aunque las agrupaciones peronistas y sus aliadas quieran desmovilizar o exculpar al gobierno, el 8M tenemos que salir a las calles de todo el país. Tiene que temblar la tierra con nuestros gritos: Ni Una Menos, aplicar el aborto legal sin restricciones, basta de inequidad salarial y acoso laboral, ESI en todas las escuelas, separar Iglesia y Estado, igualdad real a las disidencias, contra el ajuste y la represión de los gobiernos.
El 8M vamos a alzar banderas contra el sistema capitalista y patriarcal. Te invitamos a que te organices y marches con Juntas y el MST en el FIT Unidad, para fortalecer la construcción de un feminismo revolucionario y socialista que rompa las cadenas de este capitalismo patriarcal. Una sociedad libre de toda opresión y explotación sólo es posible con un gobierno de quienes nunca gobernamos: las y los trabajadores y el pueblo.