Estamos a semanas de un nuevo 1º de Mayo, fecha heroica que representa la lucha de la clase obrera, que toma como símbolo la pelea muy fuerte que a fines del siglo XIX se daba por los derechos obreros, como sucedió en las jornadas y huelgas a inicio de mayo de 1886 en EEUU, que culminó con ejecuciones y duros enfrentamientos, para finalmente terminar logrando después, la jornada de ocho horas. Lo cual motivó que en 1889, tres años más adelante, la Segunda Internacional definiera que desde entonces el 1º de Mayo, sea el día de las y los trabajadores del mundo en homenaje a los “mártires de Chicago”. Y que sea desde entonces un día de lucha.
En este caso, promediando la mitad de abril de este 2021, las trabajadoras y trabajadores sufrimos a diario las consecuencias del ajuste en curso y de la segunda ola de pandemia, una combinación tremenda que nos afecta. Millones de familias trabajadoras, de sectores ocupados y desocupados, sufrimos a diario el alza de los precios, los salarios bajos, la precarización, la asistencia social escasa. Y un sistema de salud casi al borde del colapso, entre abandono de lo público y negocios privados.
Cuando la pandemia nos vuelve a golpear con fuerza, los datos de pobreza han superado el 40% de la población y la canasta familiar es inalcanzable para millones de asalariados, que cobramos por debajo de esa cifra que hoy supera los 80 mil pesos según los propios trabajadores del INDEC.
En medio de esta situación, importantes sectores obreros han salido a la lucha. Encabezados por la primera línea, verdaderos esenciales que desde el frente de salud ponen el cuerpo en su trabajo junto a cada paciente y en la calle por sus derechos laborales y salariales. Enorme ejemplo de enfermeras y trabajadores de la salud que debemos apoyar con fuerza. Que se expresan en CABA desde la Asociación de Licenciadas/os en Enfermeía ALE, en hospitales de Buenos Aires con CICOP, en Córdoba con la UTS y desde hace semanas en la heroica lucha de Neuquén, con autoconvocados que ponen en jaque al gobierno y reciben el apoyo solidario de otros sectores.
También luchan y se movilizan sectores de trabajadores privados, la juventud precarizada, tercerizados del ferrocarril, docentes contra una presencialidad sin garantías sanitarias, choferes por salario, metalúrgicos contra despidos, trabajadoras por la igualdad salarial y contra todo tipo de abusos, y muchos otros sectores en lucha.
La fuerza de todos estos ejemplos y de otros que existen a lo largo del país, necesita nuestro apoyo y la mayor coordinación para ayudar a que ganen y logren sus demandas.
Pero a la vez son la muestra de que enfrente hay no solo patronales esclavistas, sino también gobiernos, nacionales y provinciales, que desarrollan planes de ajuste con el aval cómplice de la burocracia sindical. La lucha de fondo que hay que dar, es política. Hoy más que nunca.
Por eso en este 1º de Mayo, si hay una tarea imprescindible es fortalecer un proyecto político alternativo a todos los partidos del sistema. Que tenga un programa de fondo, anticapitalista y socialista y que pone toda su fuerza en el apoyo a los sectores en lucha. Esa fuerza y ese programa solo puede venir desde la izquierda, desde experiencias unitarias como la que hacemos en el FIT Unidad. Desde el MST en el FIT-U queremos que este 1º de Mayo se escuche muy fuerte la voz de la izquierda, nuestras propuestas y objetivos, nuestros desafíos hacia adelante. Nuestro llamado a derrotar el plan de ajuste, a romper con el FMI que trajo Macri y mantiene Fernández, a nacionalizar la banca y el comercio exterior, a terminar con las privatizadas, a pelear por un gobierno de las y los trabajadores.
Que se escuche la voz de quienes exigimos terminar con las patentes, unificar el sistema de salud bajo gestión estatal y gratuita, y declarar de utilidad pública y expropiar la producción de vacunas que se hacen en Garín, pero manos privadas con aval del gobierno, envían afuera.
El próximo 1º de Mayo hace falta un evento de la izquierda que se une en el FIT Unidad, junto a todos los sectores obreros en lucha, que también tienen que ser parte, reflejando a fondo sus reclamos y procesos.
La pandemia y el salto de esta segunda ola nos obligan a tomar en cuenta el problema sanitario, por lo cual podemos debatir qué tipo de evento hacer, el mejor que podamos en este contexto, evaluando si es posible hacerlo presencial o en este caso en formato virtual llegando también por esa vía a miles y miles. Pero más allá de la forma, lo esencial es el contenido, para que se escuche muy fuerte todo lo que tenemos para decir y proponer frente a una crisis capitalista, económica y sanitaria sin precedentes.
Hacia este objetivo, tenemos que intercambiar en el FIT-U las distintas formas posibles de un acto, bajo un formato que realmente represente a todos los sectores con su importancia política y peso en las luchas sociales, sin falsos hegemonismos y con equilibrios que reflejen verdaderamente a todos los convocantes. Avancemos desde el FIT-U, hacia un 1º de mayo de la izquierda y las luchas.