En un contexto social de pauperización creciente, gobierno, patronales y centrales pactan un salario mínimo cada vez más alejado de la canasta familiar, incluso de la línea de pobreza. Tan enorme entrega solo se explica por esta dirección sindical traidora que urge reemplazar. Un camino a recorrer desde el sindicalismo combativo y la izquierda.
Escribe: César Latorre
El nivel de vida de la clase trabajadora viene deteriorándose sostenidamente. Ni las propias cifras oficiales lo pueden ocultar. Solo tomando el último quinquenio la brecha entre la línea de pobreza, la canasta familiar y el salario mínimo muestra cabalmente lo que decimos. Entre 2016 y 2021 la brecha entre el salario mínimo, vital y móvil y la línea de la pobreza pasó del 57,47% al 35,49%. Y la brecha entre el primero (SMVM) y la canasta familiar pasó del 31,69% al 23,25%(1) También podemos ver cómo en el último quinquenio el SMVM quedó por debajo de la línea de indigencia (ver gráfico evolución salarial). Si consideramos el equivalente en dólares del SMVM, pasó de dic-2016 a abr-2021 de U$S 463,8 a U$S 141,44.
En medio de este contexto que describíamos, el cónclave terminó pactando un aumento del SMVM en 7 cuotas que terminan de efectivizarse en febrero de 2022. Pasando, a lo largo de ese período, del actual $21.600 a $29.160. El SMVM sigue por debajo de la línea de indigencia. Una verdadera aberración.
Es evidente que no cambia nada de lo que veníamos diciendo. Es una brutalidad que ni siquiera toca al conjunto de la clase trabajadora argentina ya que les trabajadores registrados no llegan a los 6 millones de los 24 millones de población activa. Para una amplísima mayoría de la población ni siquiera es algo que modifica sus actuales condiciones de vida. Nos referimos a todes les trabajadores no registrades (informales, subocupados, desocupados), para cuyas patronales el nuevo salario mínimo vital y móvil no es un piso mínimo a cumplir sino sólo una noticia al pasar.
El verso de la neutralidad del Estado
Supuestamente, el Estado, según la ideología oficial, la que se enseña en la escuela y la que reproducen todas las direcciones traidoras el Estado, vendría a ser una suerte de regulador en el «conflicto capital/trabajo». Es decir, que el Estado viene a arbitrar entre empresarios y trabajadores. Sin embargo, cada hecho concreto de la intervención tripartita entre empresarios, burocracia sindical y Estado muestra claramente que no existe tal «neutralidad».
La realidad es que el Estado es dirigido por una clase social (la burguesía) la cual lo pone a su servicio. Lo interesante es que a medida que crece la crisis esta falsa ideología de la neutralidad -o como gusta llamarlo a los ideólogos más sofisticados de la conciliación de clases, la autonomía relativa del Estado- queda al desnudo ante los ojos de los millones que lo padecemos día a día. La realidad es que el Estado nunca va a ser neutral y por ello mismo es necesario reemplazarlo por otro al servicio de les trabajadores.
Un canto a la conciliación de clases
El Consejo reúne a los tres actores de los ajustes y muestra a las claras el problema de la clase trabajadora y su dirección sindical. Porque siempre pactan contra las necesidades de los de abajo. Máxime ahora que la burocracia de todo pelaje se ha pasado en bloque a ser oficialista sin fisuras, desde la CGT hasta las CTA. De hecho los que firmaron el pacto de hundimiento del SMVM por debajo de la línea de indigencia son Daer y Acuña de la CGT y Yasky y Peidro de la CTA.
Todas las alas de la burocracia, como nunca antes (ni con Menem), son oficialistas y sostienen al gobierno, incluso se dicen parte integrante de él. Han participado del congreso del PJ y sostuvieron la presidencia de Alberto dentro del partido justicialista.
Antes siempre había un sector que jugaba en el discurso de afuera, pero eso es música del pasado. La realidad es que la crisis y el terror a perder sus fuentes de privilegios los lleva a pasarse en bloque al gobierno y con ello al terreno de la clase enemiga de les trabajadores. Más allá que tengan roces entre los distintos sectores y puedan profundizarse ante giros bruscos de la realidad. Pero en la memoria de les trabajadores está grabada la imagen del atril de la CGT volando de mano en mano y de la burocracia teniendo que escapar de su propio acto para no ser linchada. De ese momento al día de la fecha lo único que hicieron fue seguir hundiéndose ante la mirada de millones.
La lucha por una nueva dirección democrática y combativa
Están madurando las condiciones para un recambio de dirección sindical y política. Estamos transitando ese proceso que viene teniendo diversas expresiones en cada una de las luchas que se libran en el país.
Un paso adelante en la coordinación de los conflictos fue la acción de reclamo llevada adelante el 27, repudiando el consejo del salario. Un paso importante; aunque limitado -hay que decirlo-, fueron las movilizaciones y el acto común de sectores autoconvocados, con sindicatos recuperados, piqueteros y la izquierda en las inmediaciones del Ministerio de Trabajo.
Desde ANCLA, El Movimiento Sin Trabajo Teresa Vive y el MST, con representaciones de sectores en conflicto, participamos de la jornada de lucha y bregamos por desarrollar esta unidad, planteando que el Plenario del Sindicalismo Combativo tiene que jugar un papel importante como polo de coordinación.
Nosotros venimos planteando este y otros debates. Rechazando toda contraposición entre las autocon-vocatorias y los sindicatos, internas y delegados combativos. La mayor parte de los conflictos actuales desbordan y se desarrollan por fuera de la burocracia y muchos de ellos son verdaderas rebeliones desde la base demandando no solo luchar hasta ganar sino organizarse para seguir adelante. Es parte del proceso de conformación de la nueva dirección en el movimiento obrero que tiene distintos caminos y los luchadores clasistas y la izquierda debemos ayudarlos a coordinarse y a dotarse de un programa de salida anticapitalista.
En este sentido es muy importante que el Plenario del Sindicalismo Combativo comience a reactivarse luego de meses de inmovilismo frente a tremendos hechos de la realidad. Ahora debemos dar más pasos adelante profundizando este frente único de las agrupaciones clasistas y algunos sindicatos recuperados para ampliarse a nuevos sectores y superar un estadío testimonial. Además de declaraciones comunes y movilizaciones puntuales, que se avance en intervenir con inteligencia común en los procesos de la lucha de clases. Desde ANCLA y el MST ponemos todos nuestros esfuerzos en ello.
1 Fuente indec, ministerio de producción y trabajo, informe junta interna indec abril 2021.