Los sectores y la militancia de izquierda que aún están en el Frente de Todos deben sacar conclusiones. Más allá de algún manotazo efectista, allí no habrá ningún cambio sustantivo. Es hora de salir.
Escribe: Pablo Vasco
El argumento típico de los sectores de izquierda que integran el Frente de Todos, o de algunos activistas que se referencian en él, es que como ahí “está el pueblo” hay que “pelear adentro” para “cambiar la correlación de fuerzas interna” en favor de supuestas alas más progresistas. Otros, como Grabois, defienden seguir ahí porque “es el único que puede frenar a la derecha”.
No es cierto que “el pueblo” es y será peronista: hay diversidad de ideas, que además cambian. Lo reafirman esta elección y la realidad de cualquier laburo, lugar de estudio y barrio popular del país.
Es errado creer que alguna “batalla interna” puede cambiar algo decisivo del FdT. Podrá cambiar un ministro, una medida, un discurso. Pero no lo esencial de un frente capitalista que hace rato está atado al FMI y las corporaciones.
Tampoco es verdad que el FdT sirva para frenar a la derecha. La elección lo reafirma: asumir y aplicar la agenda económica y política de la derecha no la frena, la fortalece.
El PC, el PCR, los grupos que se reivindican de izquierda o realmente progresistas que aún siguen en el FdT, ¿qué más van a esperar para salir? ¿El acuerdo con el FMI? ¿Otro Guernica? ¿Un nuevo 2001? Es hora de hacer un balance.
Por ahora, la dirigencia del PCR le pide al gobierno “que escuche a las masas”, la del PC le pide que “atienda las demandas de los trabajadores” y ambos justifican seguir ahí(1). Es equivocado. Si no cambian, convocamos a la militancia de base que quiere cambios estructurales a salir del FdT y venir con el MST y el FIT Unidad.
Elecciones: una respuesta a Grabois(2)
Juan Grabois, el dirigente del Frente Patria Grande y la UTEP, publicó el viernes 10 en sus redes un largo texto llamando a votar al Frente de Todos. Como sabe que hay bronca popular contra el gobierno reconoce que muchos van “a votar enojados”, pero defiende al oficialismo y ataca a la izquierda. Nuestra respuesta a su equivocado y engañoso texto.
“Yo estoy enojado. Hay cosas que no se cumplieron, hay cosas que se han hecho mal. Pero hay que ir a votar y meter la boleta del Frente de Todos. Aunque te tengas que morderte los labios” (sic), dice Grabois. Enumera problemas: “a mí no me caben ni las fiestas, ni los vacunatorios, ni las malas decisiones, ni la falta de velocidad en las políticas públicas, ni el exceso de chamuyo, ni la política sobreactuada de minorías mientras la mayoría la ve ñata contra el vidrio”. Incluso hace críticas: “Conmigo, con nosotros, este Frente de Todos no se portó bien tampoco; sufrimos incluso represiones en varios municipios y provincias gobernados por nuestra propia coalición, ataques internos constantes por nuestros reclamos y un desprecio a los movimientos populares que todavía me llena de indignación”.
Es decir, Grabois no puede ocultar que día a día aumentan el descontento y el legítimo enojo del pueblo contra el gobierno. Pero este dirigente “lleno de indignación” busca contener esa bronca y pide el voto para el oficialismo “aunque nuestros sueños no estén en la agenda, aunque nieguen la reforma agraria, aunque no quieran expropiar los baldíos para que cada familia tenga un techo…” Igual que su amigo personal, el Papa Bergoglio, Grabois actúa para apaciguar los ánimos y canalizar la bronca en favor de la conciliación de clases. Más que “morderse los labios”, propone seguir tragando sapos, escuerzos, verdaderos cocodrilos intragables.
El artilugio político que usa Grabois es el mismo de siempre: el macrismo es peor, entonces votá al gobierno que es el mal menor. Pero Macri ya fue, Alberto gobierna hace casi dos años y en lo esencial, más allá del relato, no hizo ni hace nada muy distinto de Macri. En deuda externa y FMI es igual. En extractivismo es igual. En salarios bajos, ajuste y precarización laboral es igual. Tiene distinto discurso en derechos humanos y género, pero Berni es igual que Patricia Bullrich, reprimen a palos las ocupaciones de gente sin techo como en Guernica y el nuevo Ministerio de Mujeres es más verso que realidad.
“En Capital Federal la boleta de Santoro, en la Provincia de Buenos Aires la de Victoria Tolosa Paz y en todos lados donde está el sello del Frente de Todos”, pide Grabois. Pero Santoro defiende las pistolas Táser (igual que Vidal) y Tolosa Paz habla de garchar pero votó regalarle predios públicos a la Iglesia (igual que JxC). Por eso es falso lo que dice Grabois, de que “hay que votarlos porque es la mejor, la única opción que tiene la inmensa mayoría del pueblo argentino para transitar hacia un futuro mejor”. Además, apenas terminen las elecciones, Santoro, Tolosa Paz y todos los diputados del Frente de Todos en el Congreso van a votar junto con Vidal, Santilli, Milei y Espert a favor del acuerdo con el FMI para seguir pagando. Así hace Alberto: dice que Macri fugó el préstamo del Fondo, lo cual es cierto, pero paga toda esa estafa como si fuera deuda legítima. A diferencia de lo que dice Grabois, el FdT no sirve para frenar a la derecha sencillamente porque comparte y aplica la misma hoja de ruta.
Como sabe que hay muchos laburantes y jóvenes que antes votaron al gobierno y ahora miran a la izquierda, Grabois critica esa opción aunque tiene que mechar algún elogio: “A mí me caen bien los del FIT, tengo algunos amigos/as ahí que quiero y admiro, pero no pueden frenar a nadie; la llamada ‘izquierda’ tiene un problema de matriz: se creen siempre mejores, más puros y más sabios que los demás; tienen el vicio de querer atacar a los que luchamos por miedo a la ‘competencia’ y se olvidan fácil del verdadero peligro.
Duermen tranquilos con sus grandes ideales y pocas veces le cambian la vida a alguien. Ojo. Reconozco que sí muchas veces son más puros y consecuentes por eso más de una vez los voté al menos cortando lista, aunque esta me decepcionaron. Dentro del Frente de Izquierda va un partido que marchó con la Sociedad Rural y nunca hizo autocrítica. Esta vez no son tan puros”.
Grabois parece esa gente que dice “tengo un amigo negro” o judío o gay, para justificar su racismo, su antisemitismo, su odio anti-LGBTI+.
En cuanto al conflicto del campo, si alude al MST que no mienta. La 125, que ponía iguales retenciones al pequeño productor que a los pooles de siembra, era un desastre completo: hundía a los chicos y favorecía la concentración oligárquica de la tierra. Por eso nos opusimos y como salida planteamos retenciones segmentadas… que es lo que tuvo que terminar haciendo Cristina aunque a medias.
Y además, como no somos stalinistas, a diferencia de Grabois no le exigimos autocríticas a nadie. Si el día de mañana él rompiera políticamente con la burguesía y viniera a un programa anticapitalista y socialista como el del FIT Unidad, no le exigiríamos que se autocritique de hacer campaña contra el derecho al aborto ni de poner a la UTEP bajo la burocracia traidora de la CGT, entre otros graves errores.
Desde ya que hay problemas en la izquierda, sería necio negarlos. Hay problemas políticos y metodológicos.
Justamente porque no nos creemos ni “siempre mejores, más puros y más sabios que los demás” es que desde el MST venimos proponiendo re-evolucionar la izquierda para que sea menos sectaria, más amplia y con vocación de poder. Pero aún con todos nuestros defectos, a diferencia de Grabois y el Frente Patria Grande, el grueso de la izquierda argentina -sobre todo la izquierda trotskista y en especial el FIT Unidad del que somos parte- no nos integramos ni apoyamos a gobiernos patronales, capitalistas, como el actual. Apoyarlo, como hace Grabois, implica responsabilidad política por el 51% de pobreza que seguirá creciendo.
No, Grabois. Es falso que “solo el Frente de Todos puede frenar a los que quieren arrasar con todos los derechos, a ese 1% que domina la economía y la opinión pública argentina, a la élite del poder real”; es falso que el FdT sea “un frente único antineoliberal”. No lo hace ni lo hará. La única que propone ir a fondo contra ese 1% en vez de someterse al FMI, pagar deuda trucha y mendigar impuestos por única vez; la única que propone enfrentar al macrismo en vez de votar junto con él; la única que propone enfrentar a la burocracia sindical en vez de aliarse con ella; la única que propone la reforma agraria; la única que propone separar Estado e Iglesia en vez de seguirla bancando la única que propone enfrentar a esos “libertarios” tipo fachos, es la izquierda que está en el FIT Unidad. Es más, esa Argentina con Tierra, Techo y Trabajo para todos y todas que vos proponés -y que compartimos- sólo puede ser una Argentina socialista.
1. Periódicos Hoy del 14/9 (PCR) y Nuestra propuesta del 13/9 (PC).
2. Como el debate sigue vigente, reproducimos esta nota de Pablo Vasco del 11/9