El camino de la entrega. Finalmente el gobierno envió al parlamento el proyecto de Ley para lograr la refinanciación de la deuda de U$ 45 mil millones contraída por Macri. De esta manera empieza el tramo final para su tratamiento y aprobación en ambas cámaras legislativas. El lunes 7 el Ministro de Economía Guzmán asistió al plenario de las comisiones de Finanzas y Presupuesto y Hacienda a defender el proyecto oficial acompañado por el jefe de gabinete y el presidente del Banco Central. El objetivo es que el jueves 10 se apruebe en diputados para que pase inmediatamente a senadores. El apuro se debe a que luego tiene que ser aprobado por el staff del FMI y necesitan que suceda antes del 22 de marzo, fecha en la que hay que girarle al organismo U$3200 millones. Es preciso recordar que el acuerdo consiste en un nuevo crédito del Fondo para pagar los vencimientos del stand by contraído por el gobierno anterior, blanqueando de este modo la estafa macrista.
Negociaciones de apuro. El acuerdo cuenta con el apoyo de la CGT y la CTA de Yaski, de la UIA, de la Asociación de Bancos Argentinos, otros sectores empresarios y por supuesto, de los principales gobiernos imperialistas. En las últimas horas los empresarios de IDEA y la Cámara de Comercio de EEUU en la Argentina sumaron su apoyo y llamaron a que se apruebe en el Congreso. El Círculo Rojo también se pronunció en igual sentido presionando a la oposición para que vote a favor del acuerdo. Sin embargo siguen las fricciones al interior del bloque del Frente de Todos y con Juntos por el Cambio. El FMI exige que el acuerdo cuente con el aval del parlamento para garantizar que la nueva deuda sea “política de Estado” y el gobierno necesita para ello la mayor base de apoyo posible, sobre todo teniendo en cuenta las consecuencias políticas y sociales del pacto. De allí, las agitadas negociaciones al interior del bloque oficialista y con la oposición.
Dilemas en la derecha. Aunque el ala dura de JxC tiene la posición de no votar el proyecto, la mayoría de la coalición opositora tiene definido apoyarlo. Lo que se debate por estas horas es cómo no quedar pegados al gobierno sin ser propulsores de un default. La variante que barajan es votar a favor del artículo 1 que plantea el refinanciamiento de la deuda y votar en contra o abstenerse en el artículo 2, que explicita el programa económico que el gobierno plantea llevar adelante para cumplir las metas con el Fondo. Además de cuestionar toda referencia a su propia responsabilidad con la estafa que se intenta consumar, y de mantener una pose opositora, JxC cuestiona que el ajuste propuesto por el oficialismo no es suficiente. Les preocupa que parte importante del ajuste y sobre todo de las reformas estructurales más de fondo se pateen para adelante y tenga que realizarlas el próximo gobierno.
Crisis en el FdT. La renuncia de Máximo Kirchner a la jefatura del bloque de diputados fue seguida por su faltazo a la inauguración de las sesiones ordinarias, y en los últimos días La Cámpora difundió una serie de videos contra el FMI. Sin embargo, uno de sus principales referentes, el ministro Wado de Pedro, manifestó públicamente su apoyo al acuerdo y en el mismo sentido se expresó el gobernador de Bs As Axel Kicillof. Por su parte Aníbal Fernández recordó que Kirchner le pagó al FMI U$24 mil millones entre 2003 y 2006 para rematar diciendo que si Alberto Fernández tuviera los $45 mil millones también los usaría para pagar. Las negociaciones continuarán seguramente hasta último momento aunque es casi un hecho que la votación del bloque será dividida.
¿Facilitar el ajuste y la entrega? A pesar de los choques en la coalición de gobierno, sus principales dirigentes se encargan de decir ante los micrófonos que la unidad del FdT no está cuestionada. Habrá que ver qué pasa realmente en el futuro, sin embargo quienes critican el acuerdo se han ocupado de dejar en claro, comenzando por Máximo, que no quieren obstaculizar al gobierno. En la misma sintonía parece estar la convocatoria de la CTA Autónoma, Soberanxs y otros sectores críticos a una movilización para el miércoles 9. En lugar de unir fuerzas con todos los sectores que se oponen al acuerdo llamando a movilizar masiva y unitariamente el día que se trate el proyecto, su convocatoria apunta a sentar posición crítica pero evitando poner en apuros al gobierno y, mas bien, a pedirle que haga un supuesto “mejor acuerdo”. Criticar pero sin obstaculizar se convirtió en su consigna del momento, lo que es solamente otra manera de avalar que el acuerdo avance.
Un pacto de coloniaje. El proyecto deja más que claro, como venimos denunciando desde el MST y el FIT-U, que el acuerdo significa un ajuste sobre el pueblo trabajador y la entrega de la soberanía del país. Para lograr la reducción del déficit fiscal se propone un tarifazo en los servicios públicos de un 40% en promedio. En cambio, la inflación se mantendrá en niveles elevados, por encima del 30%, en los próximos años. De esta manera se licúan presupuestos sociales y los salarios, que además estarán atados al aumento de la productividad. Por otra parte, como hemos analizado en distintos artículos, la necesidad de obtener dólares pone de remate todo el territorio del país para el saqueo y la depredación ambiental por parte de las corporaciones. Como si fuera poco, se vuelve a poner sobre la mesa el aumento de la edad jubilatoria y además, cualquier modificación que se pretenda hacer por algún cambio en las variables económicas deberá ser discutida con el FMI, que auditará las cuentas nacionales de manera trimestral. Un verdadero cogobierno y la entrega de la soberanía del país.
Rodear el Congreso y preparar un plan de lucha. La gravedad de este acuerdo de ajuste y entrega no admite medias tintas, ni discursos o acciones de compromiso. Lo que hace falta es una lucha decidida para enfrentar y derrotar el pacto. Esto no puede hacerse “sin obstaculizar al gobierno”, que es el promotor de este plan. El camino es el que viene impulsando el Frente de Izquierda Unidad, articulando con más de 100 organizaciones sociales, sindicales, ambientales y de DDHH distintas medidas de lucha. El Plenario del Sindicalismo Combativo que se reunió el fin de semana pasado en un exitoso y representativo encuentro nacional también llamó a rodear el Congreso el día que se trate el proyecto. Más allá de como salga la votación en el parlamento, es seguro que la batalla se definirá en el marco de la lucha de clases. Con el gobierno, la derecha, los empresarios y la burocracia sindical del lado del FMI y con la izquierda, el sindicalismo combativo, los movimientos ambientales y sociales enfrentando las medidas concretas del acuerdo. Se vienen tiempos de convulsiones, no se puede estar a medio camino. O se está con el Fondo o se está con el pueblo trabajador. El MST y el Frente de Izquierda Unidad, así como el Plenario del Sindicalismo Combativo no tienen dudas de su lugar: en la primera línea de la lucha. Es necesario fortalecer esos proyectos.