Un movimiento que avanza
El movimiento socioambiental en nuestro país durante el último período ha logrado avances muy importantes. La forma más clara de identificarlo es a través de sus triunfos. Hablamos de las pobladas que frenaron las iniciativas extractivas y saqueadoras de los gobiernos de turno. La costa atlántica frenó las petroleras off shore, el chubutaguazo hizo lo propio con la zonificación minera de la cordillera, antes había sido en Mendoza donde quedó claro que el agua vale más que todo.
Otro ángulo para observar el avance del movimiento es a través de su forma organizativa. En este sentido, la Coordinadora Basta de Falsas Soluciones (BFS) ha sido un salto de calidad en la articulación del activismo, las asambleas territoriales, las organizaciones partidarias y apartidarias frente a la necesidad de desarrollar una agenda común contra el extractivismo. Nosotres hacemos una valoración muy positiva de este espacio, lo construimos y cuidamos. Sin embargo, en las últimas semanas han surgido una serie de debates que prenden un alerta hacia el interior. Acá nuestro posicionamiento.
Nuevo MAS y su obsesión de dividir
La BFS tiene dos principios metodológicos que le han permitido su crecimiento: la organización en asambleas, y actuar en función a consenso. En la regional de la plata, en el marco de la movilización del 22A-Huelga mundial contra el cambio climático, se desarrollaron una serie de debates en torno a qué política tener con las organizaciones que no forman parte de la Coordinadora. En este caso el debate para la Red Ecosocialista se resuelve de una manera simple, si los motivos por los que movilizamos son correctos (denunciar la responsabilidad del gobierno, prohibir cualquier práctica extractiva, proponer una salida amigable y sustentable con el ambiente) siempre apoyaremos unificar y no dividir.
En este debate, el grupo del Nuevo MAS quedó en minoría nuevamente, su posición fue la de no articular con el resto de los sectores. Falsificando las posiciones de la Red y rompiendo los métodos de la coordinadora, la actitud de este sector fue la de reabrir de manera permanente la discusión en todos los grupos organizativos y comisiones de la BFS. Utilizando mecanismos de aparato político forzó posiciones que rompían los consensos alcanzados, desgastando al activismo y destruyendo los espacios deliberativos. Su conducta muestra la peor faceta de un sector político que no logra construir mayorías, y que frente a quedar marginado en sus posicionamientos, prefiere destruir los espacios colectivos a tolerar ser minoría. Desde la Red Ecosocialista queremos marcar esta alerta, ya que de continuar este mecanismo de aparato despolitizado el perjudicado no será el Nuevo MAS, sino la BFS y no lo vamos a permitir.
PTS y su coordinadora paralela
Otro debate y polémica que atravesó a la BFS fue la ocurrida con el PTS y Madygraf. Ocurre que estas organizaciones, las cuales se encuentran vinculadas, intentaron construir una coordinación paralela a la que venimos organizando colectivamente. Desde Madygraf, un espacio conducido con el PTS, en una iniciativa unilateral y sin consulta mediante llamaron a un encuentro plurinacional de las luchas socioambientales. Lo llamativo es que el PTS nunca tuvo una actitud proactiva frente a la organización de la BFS, sin embargo, su predisposición fue muy distinta al momento de organizar un proyecto paralelo. En la asamblea plurinacional que se debatió esto, fueron los distintos espacios territoriales quienes marcaron un freno ante esta iniciativa. Ocurre que para construir espacios amplios que organicen las luchas, la articulación tiene que partir de una confianza, de un recorrido común. Es bastante ingenuo por parte de cualquier organización, creer que sin formar parte de la actividad cotidiana de la coordinadora, alguna iniciativa puede colocarse por la vía de la imposición.
Dividir es ser agente del saqueo
Estos sectores sostienen una política equivocada frente a la BFS. Su voluntad no está al servicio de articular las luchas para fortalecer al movimiento, sino de forzar al movimiento a adaptarse a su política. Este mecanismo tiene como efecto que un sector del nuevo activismo que se incorpora a la coordinadora salga frustrado de su experiencia con las organizaciones. En una coyuntura donde la orientación de todos los gobiernos es profundizar la matriz extractiva y expoliadora para cumplir con la exigencias del FMI, en el momento que más necesaria es la articulación de los sectores en lucha (ambientales, trabajadores, estudiantes) en un país donde la inflación ajusta a los salarios de manera diaria, la actitud de las organizaciones combativas no puede ser dividir, sino articular. Desde la Red Ecosocialista, si bien consideramos que todos los posicionamientos son debatibles, ninguna propuesta puede avanzar a través de la imposición, sino a través del convencimiento y de la confianza producto de la intervención cotidiana. Esperemos a que a esta conclusión lleguen pronto les compañeres del PTS y Nuevo MAS.
Rulo – Red Ecosocialista