Mes a mes no se cumplen las previsiones y estimaciones del gobierno. Ahora ya se ha blanqueado una previsión del 95% anual. Mientras tanto, la pérdida del poder adquisitivo de las y los trabajadores y sectores populares es brutal. Necesitamos un plan de emergencia para recuperar lo perdido.
Escribe: César Latorre
La famosa frase de que los precios van en ascensor y los salarios por la escalera se queda corta. Más aún cuando la informalidad del trabajo es cada vez mayor. Cada mes que pasa y se hacen los anuncios oficiales de la inflación aparece un nuevo récord de décadas. El último fue el de la inflación interanual que ha llegado de agosto 2021 a agosto 2022 al 78,5%, superando índices interanuales de más de 20 años. Y la dinámica muestra que la inflación seguirá creciendo.
El gobierno hasta ahora solo hizo promesas en vano de una desaceleración de la inflación que viene anunciando desde que empezó. Atinó a ampararse primero con la Herencia, luego la pandemia y la guerra, relato que sirvió por un tiempo. En abril, antes de que la cosa explotase por el aire, llamó a un tramposo adelantamiento de paritarias para contener y darle una mano a sus aliados de la burocracia sindical y que la base no los pase por arriba. En ese momento, con las paritarias arriba del 60% (por supuesto en comodísimas cuotas), salieron a decir que todo iba viento en popa con una recuperación del salario. También aumentaron el salario mínimo vital y móvil que tiene repercusión en planes sociales y sirve de referencia para los sectores no sindicalizados que no tienen paritarias. Con esta política ganaron algo de tiempo, pero la realidad demostró que no era más que ciencia ficción.
Ahora las nuevas actualizaciones paritarias están siendo de un 20% más. Llegando a un 80% en el mejor de los casos, el aumento del SMVM ya no llegará a la mitad de la línea de pobreza. Y todo esto cuando hay una estimación oficial del 95% anual. Sin palabras.
¿Aparece un plan?
Ahora, los nuevos espejitos de colores vienen de la mano del supuesto ideólogo del “dólar soja”. Con los laureles de haber “logrado” un recupero de las reservas con el dólar soja, surge el nombre de Aracre (CEO de Syngenta) como un importante asesor privado del equipo de Massa, que ahora le sugiere una vieja receta que ya sabemos que para la clase trabajadora y el pueblo sabe amarga: el congelamiento de precios y salarios.
La propuesta es congelar por decreto los precios y salarios por 6 meses. Esta práctica ya se hizo y su efecto inmediato siempre fue que se acelere la remarcación y se congelen los salarios. En esta oportunidad se habla de que se aumenten los salarios antes del congelamiento. Pero, como ya hemos analizado en artículos de ediciones anteriores, en promedio los salarios han tenido una pérdida de poder de compra en el último quinquenio de un 20%, sin contar el desfasaje del último trimestre. Es decir, por más que aumenten algo será siempre por debajo de la inflación con lo cual en definitiva ayudaría a que los especuladores logren cubrirse preventivamente mientras los salarios se congelan a niveles ya menores que los actuales.
Pero no es de extrañar que las propuestas de esta gente beneficien a los que han dicho que combaten. En este sentido, es importante recordar que el logro del dólar soja nos endeudará aproximadamente en unos 300 mil millones de dólares. Esto surge de la diferencia entre el dólar oficial y el dólar soja, cuyo desfasaje será financiado con emisión de bonos a pagar a diez años.
En síntesis, y esto es objetivo, son números: se gobierna con los CEOS, se beneficia a la oligarquía del campo y se piensan medidas que puedan ser aprovechadas por los remarcadores de precios. Sin contar que, por cuestiones de espacio, ni nos referimos a las mineras, petroleras, empresas de servicios y la rapiña financiera nacional e internacional. Realidad mata relato.
Pobreza en aumento
La línea de pobreza se ubicaría para el mes de agosto en aproximadamente $120.000. Todavía no está la medición oficial, pero ciertamente es una aproximación muy fidedigna conociendo la inflación oficial. Con esos niveles es evidente que alcanzará a más personas y que incluso involucrará a más sectores asalariados en blanco. Realidades de la argentina que nos toca vivir.
La falta de resolución de los problemas estructurales del país y la falta de una contención real hace que, dentro de los movimientos sociales, los sectores combativos ganen más influencia en las barriadas y que incluso se nutran de organizaciones oficialistas. Hecho que preocupa de sobremanera al gobierno.
Ante esta realidad, desde el poder se vienen desarrollando distintas políticas de estigmatización social de los “piqueteros”. Se los intenta atacar y aislar socialmente. Sin embargo, la fuerza y consecuente lucha ha hecho que tengan que volver para atrás en varias medidas. Sin embargo, la línea estratégica de ajustar a los que menos tienen sigue siendo parte de la agenda del Gobierno a las órdenes del FMI.
El MST Teresa Vive sigue en las calles
Desde la unidad piquetera este jueves se realizará una nueva acción, como parte de un plan de lucha por la falta de respuestas de los funcionarios y las promesas incumplidas. Estos crápulas apretados por la circunstancias prometen cosas que después no cumplen.
Es por estas razones que se va a un plan de acción más fuerte, hasta que cumplan con todo, que arrancará con un plenario en el obelisco en donde probablemente se resolverán acciones más radicalizadas para la semana que viene. Desde todo nuestro movimiento se están preparando con mucho sacrificio estas acciones, porque no vamos a permitirles que sigan jugando con las necesidades más acuciantes, en momentos en donde la carestía las va deteriorando aún más, y porque luchamos por trabajo genuino.
Un plan económico, obrero y popular
Para cortar con la inflación y la carestía tenemos que ir a otro modelo de país. El flagelo de la inflación nos persigue hace decena de años. Hay que atacar las causas de fondo, ningún plan mágico cortará esta dinámica. Es necesario tomar medidas contundentes en una orientación económica al servicio de las mayorías y del desarrollo económico diversificado y estratégico. Un verdadero plan obrero, que arranque de un aumento salarial de emergencia con ingresos mínimos garantizados iguales a la canasta familiar. Reparto de las horas de trabajo con toda la población activa. Plan de construcción de viviendas con créditos blandos para la adquisición. Una reforma impositiva progresiva en donde paguen los que más tienen. Reestatización de las empresas de servicio, el desarrollo de obras públicas para fortalecer la infraestructura del país con nacionalización de los sectores estratégicos. Una reforma agraria integral. Congelamiento de precios y aplicación de la ley de abastecimiento para los que no cumplan. No pago de la Deuda Externa odiosa, ilegítima y fraudulenta. Nacionalización del comercio exterior y la banca, entre las más inmediatas. Para ello es imprescindible fortalecer a una izquierda potente con vocación de gobierno como construimos desde el MST en el FITU.