Joe Lewis y Lago Escondido: Un enclave británico en nuestra Patagonia

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Joe Ted Lewis es un magnate y empresario inglés de 86 años, con una fortuna estimada en 6 mil millones de dólares. Está entre las 300 personas más ricas del mundo. Desde 1990 agrandó su fortuna y se expandió a 13 países y es inversionista en 200 empresas del mundo. Con la complicidad del gobierno nacional del PJ y provincial de la UCR compró, en condiciones muy dudosas, primero 8.000 hectáreas que rodean el Lago Escondido y después fue avanzando con la ayuda de los gobiernos, de políticos, jueces y fuerzas de seguridad. Muy amigo de Mauricio Macri, desde 1996 Joe Lewis mantiene en condiciones de privatización un reservorio de agua glaciar en la provincia de Río Negro y ha construído un verdadero enclave británico en nuestra Patagonia.

Escribe: Carlos Maradona

En el año 1996, con Carlos Menem del Partido Justicialista como presidente de la nación y con Pablo Verani de la UCR como gobernador de Río Negro, el multimillonario inglés Joe Lewis compró una enorme propiedad en la zona de Lago Escondido, a unos 40 km de la ciudad de El Bolsón. La compró a través de la empresa Properties Buenos Aires SA, que muy poco tiempo después cerró y pasó a llamarse Hidden Lake SA y empezó a ser controlada por la sociedad británica Lago Corp. Desde ese momento, y gracias a sus estrechas relaciones con gobernantes, jueces, políticos patronales y empresarios, Joe Lewis fue adquiriendo 14.000 hectáreas, que incluyen un aeropuerto y una central hidroeléctrica propias, y el derecho al acceso público que garantiza la ley a este patrimonio nacional, es impedido por la seguridad privada de Lewis o directamente por la Policía de Río Negro que funciona en total complicidad con el magnate.

Entre sus propiedades Lewis cuenta con una mansión de 2.500 metros cuadrados, un Centro de Convenciones de 4.200 m2, un hipódromo, un kartódromo, canchas de fútbol, de básquet, de tenis, un establo para más de 100 caballos, un cine, un centro recreativo y 12 turbinas que generan energía eléctrica gracias a los saltos del Río Escondido. El aeropuerto de Lewis en la zona no cuenta con radares monitoreados por ninguna autoridad aeroportuaria nacional, así que todos sus movimientos son secretos. Y además, es dueño también de un aeropuerto con una pista de más de 2.000 metros sobre el Atlántico, cercano a Sierra Grande, siendo esta la base aérea británica más cercana a nuestras Islas Malvinas, a menos de dos horas de vuelo. Un verdadero escándalo que todos los gobiernos nacionales y provinciales desde el año 1996, han dejado correr.

De acuerdo al Código Civil de Argentina, los ríos y lagos son de dominio público. Y la Constitución de la Provincia de Río Negro garantiza «el libre acceso con fines recreativos a las riberas de espejos de agua de dominio público». En el año 2020, Alejandro Olmos Gaona presentó ante la Procuración del Tesoro de la Nación un expediente legal que demuestra que la compra de las propiedades de Lewis están viciadas y por lo tanto debieran ser nulas, porque en las zonas de frontera no puede permitirse la compra de tierras por parte de extranjeros. Hay sentencias a favor del acceso público al Lago que no han sido aplicadas por ningún gobierno, ni nacional ni provincial. El Estado nacional y sus fuerzas de seguridad no han movido un solo dedo para desalojar este verdadero enclave británico en nuestro sur, pero sí ponen todo su empeño y su fuerza en atacar, reprimir y desalojar de sus tierras ancestrales a nuestros pueblos originarios.

Joe Lewis y sus cómplices nacionales y provinciales

Joe Lewis ha convertido el Lago Escondido y toda su propiedad en un verdadero enclave del imperialismo británico en la Patagonia. Favorecido por sus socios en el poder, no solo compró tierras que nunca debió poder adquirir, sino que burla las resoluciones sobre el acceso público al Lago y ha construido una fortaleza propia, desde la cual sigue tejiendo alianzas con el poder político y económico del país. Hoy es el principal y único proveedor de energía eléctrica a El Bolsón. Y tiene a su servicio un verdadero ejército de empleados y subordinados que dicen ser «vecinos felices con el emprendimiento de Lewis», a los que muchas veces los usa como fuerza de choque ante los que intentamos denunciar este enclave inglés.

En los últimos meses, Joe Lewis y el Lago Escondido han adquirido gran notoriedad a partir del viaje clandestino de varios jueces nacionales, importantes empresarios y directivos del grupo Clarín y el Ministro de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires, Marcelo D‘Alessandro (hoy en uso de licencia). Este viaje, difundido a partir de las internas propias de Juntos por el Cambio, muestra claramente que existe una importante asociación entre jueces, dirigentes políticos, medios de comunicación y empresarios, que usufructan las propiedades e instalaciones de Joe Lewis en El Bolsón para discutir y armar sus estrategias políticas y económicas. Los chats filtrados con conversaciones entre jueces, funcionarios macristas, personal jerárquico del grupo Clarín y otros empresarios son una demostración más contundente de la decadencia y podredumbre del sistema capitalista en el que vivimos. No solo por la impunidad del poder político, judicial y corporativo, sino también porque muestra un sistema de escuchas ilegales, operaciones de inteligencia clandestinas y denuncias cruzadas entre el oficialismo y la oposición. Todo esto muestra que la corrupción es estructural a este sistema y a estos gobiernos. Y como hemos dicho en reiteradas oportunidades, ninguna investigación que venga del poder político también corrupto o de una justicia clasista que nunca va a investigarse a sí misma puede aportar luz y verdad sobre lo que ocurrió. Solo una Comisión Investigadora Independiente, integrada por organismos de derechos humanos, ambientales, trabajadores y personalidades que tengan la confianza del pueblo puede investigar de verdad y castigar este entramado de corrupción y este obsceno despliegue imperialista en nuestras tierras.

Fuera Lewis de Lago Escondido, fuera ingleses de Malvinas

La existencia de este imperio británico en nuestra Patagonia es un verdadero avasallamiento a la soberanía del país y ratifica nuestra condición de país semicolonial, gobernado por partidos que se alternan en el poder pero nos mantienen en esa situación. La presencia inglesa en las Islas Malvinas y el FMI y el Banco Mundial que ordenan planes de ajuste y saqueo confirman todo esto.

La lucha por la soberanía nacional y por una segunda y definitiva independencia nacional, está hoy íntimamente relacionada con el enfrentamiento al FMI y a los gobiernos que aplican sus planes de ajuste, saqueo y endeudamiento. Y también por erradicar estos enclaves británicos en nuestros territorios, y por lograr que el acceso a lagos, ríos y glaciares sea enteramente público y ninguna fuerza de seguridad privada ni pública pueda impedirlo.

Ninguno de los partidos del poder, por más que se saquen fotos y agiten banderas argentinas, van a enfrentar en forma consecuente a estos sectores imperialistas y a sus políticas. Solo desde la izquierda somos y seremos enemigos frontales de estos personajes nefastos y de sus acciones. Hoy luchamos por el acceso público a nuestros lagos, ríos y glaciares, pero nuestro objetivo es echarlos de nuestras tierras y de nuestro país para que no nos sigan colonizando y esclavizando.

 

 

 


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