Ante el asesinato del chofer Daniel Barrientos y el paro en muchas líneas de colectivos de La Matanza, la zona Oeste y líneas como la 60, el dirigente nacional del MST-FIT Unidad, Alejandro Bodart, convocó a “rodear de solidaridad la lucha de los choferes y apoyar a la familia, amigos y compañeros en este duro momento. Daniel estaba por jubilarse, pero la especulación, desinversión y falta de respuestas de las patronales y los gobiernos nacional y provincial, hizo que debamos lamentar otra muerte evitable”.
También denunció el circo y la represión: “Encima, la policía de Larreta reprimió salvajemente a choferes que salieron a reclamar justicia y seguridad. Es repudiable también el intento de show del ministro Sergio Berni que recibió piñas en vivo, reflejando el hartazgo de los trabajadores de toda la casta política y empresarial. Berni se tiene que ir ya. También el ministro de Transporte porque hace años que los choferes reclaman las cabinas de protección en los colectivos. Pero la variable de ajuste de patrones y gobiernos son siempre las condiciones laborales y de seguridad de los trabajadores. Que inviertan los millones que reciben en subsidios en esas cabinas, en iluminar las zonas de riesgo, alarmas en red y una seguridad preventiva, apoyada en la autoorganización vecinal ¡Justicia por Daniel Barrientos y castigo a los responsables!”, concluyó Bodart.
Desde temprano, Ana Paredes Landman, trabajadora de la educación y concejala electa de La Matanza (MST-FIT Unidad), acompañó la protesta denunciando que este crimen no es un hecho aislado ni el primero. Pero al otro día, Alak, ministro de Justicia de Kicillof, denunció en la justicia federal a trabajadores que expresaron ese hartazgo.
Se escandaliza por “la gravedad institucional” y denuncia “delitos de atentado contra la autoridad, lesiones e intimidación pública”. Pero, como dijo Bodart, el ministro de Kicillof quiere castigar a los agresores de Berni antes que condenar a los asesinos de Daniel y poner “mano dura” contra los que no garantizan seguridad laboral a los choferes: la patronal y el gobierno. La casta se protege, cararrotas.