El día en que hay que estar y en el lugar en donde hay que estar. El 1° de Mayo, día internacional de la clase trabajadora, sólo una fuerza política protagonizó un acto masivo y vibrante en el corazón político de nuestro país: el Frente de Izquierda Unidad desbordó la plaza del pueblo, la Plaza de Mayo. Aquí, una reseña del mismo.
Escribe: Pablo Vasco
En su mensaje del 1° por redes sociales, el presidente Alberto Fernández afirmó: “Alcanzamos el desempleo más bajo en décadas y muchas provincias tienen pleno empleo… Le dimos asistencia a todos los que lo necesitaban… La patria sigue creciendo con más oportunidades para el pueblo”… No tiene cara, vive en otro planeta o las dos cosas.
Organizaciones como la UTEP que lidera Juan Grabois, el Movimiento Evita, la CTA Autónoma y la CCC se concentraron en la 9 de Julio. Criticaron el ajuste y el FMI, pero no rompen con el gobierno que ajusta, le paga deuda trucha al FMI y obedece sus órdenes como un felpudo. Doble discurso le dicen en mi barrio.
A su vez algo parecido hizo la burocracia de la CGT, esa casta privilegiada traidora de los reclamos obreros y socia del gobierno y las patronales. Pero como tiene pánico del “sindrome del atril” por el repudio de sus propias bases, ni siquiera se animó a convocar el 1° sino que se refugió el 2 en un club porteño.
En claro contraste con todo ese oficialismo fracasado, las cuatro fuerzas políticas que integramos el Frente de Izquierda Unidad estuvimos a la altura del desafío político. Realizamos un poderoso acto el día en que hay que estar y en el lugar en donde hay que estar: el mismo 1°, con una soleada tarde que nos acompañó y con el escenario de espaldas a la Casa de Gobierno, copamos la plaza histórica del país.
Izquierda, masividad y combatividad
Cantando consignas al son de su batucada y ondeando banderas, la impactante columna del MST ingresó a la plaza por el centro marchando desde la Avenida de Mayo, a la par de la columna del PO que venía desde Diagonal Norte. Luego, a ambos costados, se fue ubicando la militancia del PTS e Izquierda Socialista. Así, miles y miles de trabajadores, trabajadoras, jóvenes y sectores populares, incluidos numerosos activistas independientes que se sumaron, desbordamos el perímetro de la Plaza de Mayo en una demostración de la fuerza y la convicción política de izquierda.
En el primer bloque del acto hablaron Mónica Schlotthauer, delegada del Ferrocarril Sarmiento (IS); Alejandro Crespo, secretario general del SUTNA (PO), el ferroviario francés Clément Allochon y cerró nuestro dirigente Alejandro Bodart, secretario general del MST y coordinador de la Liga Internacional Socialista, que trazó con claridad las perspectivas de la lucha de clases mundial en el próximo período, los desafíos abiertos para las y los revolucionarios de las distintas corrientes, y su discurso se distinguió de los anteriores por hacer propuestas concretas para avanzar en esa imprescindible unidad (ver su discurso completo en pág. 8 y 9).
A continuación, subieron al escenario dos delegaciones en representación de las luchas obreras y populares actuales. En nombre de los movimientos de desocupados que integran la Unidad Piquetera leyeron un breve documento Mónica Sulle, dirigente de nuestro MST Teresa Vive, y Eduardo Belliboni, referente del Polo Obrero. Con fuerza, desde abajo los recibió el grito de “¡Piqueteros, carajo!”. Luego subieron delegados y activistas de distintos gremios de la salud, docentes, choferes, estatales, neumático, alimentación, prensa, ferroviarios, subte, gráficos y tercerizados aeronáuticos, entre otros. Un orgullo de clase. Esta vez las consignas que surgieron del público fueron “¡Se va a acabar, se va acabar, la burocracia sindical!” y “¡Unidad de los trabajadores, y al que no le gusta, se jode, se jode!”.
Acuerdos, debates y presencias
En el segundo bloque de discursos hablaron Myriam Bregman (PTS), Juan Carlos Giordano (IS), Gabriel Solano (PO) y el cierre estuvo a cargo de nuestra precandidata a presidente Cele Fierro (MST). Fueron evidentes los acuerdos sobre rechazar el ajuste del FMI que defienden el Frente de Todos, el macrismo y Milei, y reivindicar a la izquierda y sus medidas para salir de la crisis, como opción política independiente de todas las variantes patronales. No obstante, se expresaron debates sobre cómo fortalecer el FIT Unidad y dirimir las candidaturas. Por ejemplo, el PTS insiste en su fórmula presidencial y candidaturas hegemónicas de su propia fuerza e IS demoniza erróneamente las internas.
En cambio, Cele abrió todas las variantes: acordar listas representativas de todo el frente, no dramatizar si hay internas y propuso asambleas de verdadera democracia para decidir. Su eje central fue la necesidad de que el FIT-U supere el estadío electoral y avance, en base a su programa anticapitalista y socialista, a ser un movimiento político que convoque al numeroso activismo de izquierda independiente e intervenga fuerte y unido en todos los ámbitos (ver su discurso completo en pág. 8 y 9).
Junto a las cuatro fuerzas convocantes, del combativo acto del Frente de Izquierda Unidad también participaron delegaciones del sindicato municipal de Berazategui, de Resistencia Socialista -que viene de romper con el electoralismo y sectarismo del Nuevo MAS-, la Corriente Social y Política Marabunta, el PSTU y Opinión Socialista, así como de un grupo de peruanos contra la dictadura en su país y referentes del Encuentro Militante Cachito Fukman y otras organizaciones de derechos humanos, ambientales, de género y culturales.
Como cierre, con las figuras en el palco y al compás de nuestra compañera Vilma Ripoll, culminamos el acto como había que cerrarlo: puño en alto, cantando las estrofas de “La Internacional”.