Mientras cada vez queda menos para las elecciones PASO del 13 de agosto, con distintos actos, la dirigencia de la CGT va advirtiendo un comportamiento futuro y los apoyos concretos que piensa brindar en esta campaña. Nada novedoso, bajo el discurso de defender la unidad del peronismo busca ser cómplice del ajuste que milita el personero del FMI: Sergio Massa. Una alternativa distinta, desde abajo y de nuestra clase, para pelear en los sindicatos y en la disputa política, la lista Unidad de Luchadores y la Izquierda del MST-PO en el FIT-Unidad.
Escribe: Nicolás Zuttión
Poco queda para que se vote el próximo mes y las diferentes superestructuras políticas comienzan a delinear de forma clara sus apoyos para lo que viene. Ese es el caso de la Confederación General del Trabajo (CGT) que encarnado en sus dirigentes eternos, como Héctor Daer, Carlos Acuña y el hijo de Hugo Moyano, Pablo, se han mostrado, principalmente, con el ministro-candidato de Unión por la Patria Sergio Massa.
Como en toda previa electoral la burocracia sindical juega sus cartas para asegurarse sus privilegios, siempre priorizando el lado de las patronales, relegando los intereses de los trabajadores. El episodio 2019 lo muestra de forma cabal. Por aquel entonces se negó a continuar el nivel de movilización del año anterior para echar a patadas a Mauricio Macri y, por ejemplo, hacer retroceder la nefasta reforma previsional entre otras medidas.
Desde la asunción del Frente de Todos de los Fernández, su comportamiento ha sido calcado. La calle es el lugar que buscan despejar como garantes principales de la “paz social”. A tal punto que en los últimos seis años, luego de la firma con el FMI, que también apoyaron, habilitaron un saqueo de los salarios sin igual. Desde entonces, nos referimos al 18 de marzo de 2022, la distribución del ingreso tuvo un comportamiento regresivo para los trabajadores. Tomando la fecha mencionada hasta el tercer trimestre del año pasado, se han transferido U$S 20.250 millones de nuestros bolsillos a los del capital, según un informe de un instituto también afín a la coalición peronista, como lo es el Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas dirigido por los economistas Claudio Lozano y Ana Rameri.
El horizonte, entonces, con la seguidilla de actos al lado de Massa, garante número uno del acuerdo con el organismo de crédito, es más entrega y ajuste contra los trabajadores.
Mientras crecen las luchas, la CGT ordena su tropa detrás de Massa
Anteriormente dijimos que los burócratas sindicales habían posado con Massa. Principalmente lo hicieron en el acto que se realizó en la sede de Azopardo donde toda la cúpula recibió al candidato que comenzó su carrera política en la UCeDE quien, cínicamente, ese miércoles 19 de julio, dijo: “Quiero que el 20 de diciembre puedan mirar a la Casa Rosada y sentir que tienen un presidente de los trabajadores”. El camaleónico Massa podrá representar diversos sectores, pero para nada a los trabajadores.
El acto mencionado, sin embargo, no fue todo, ya que la burocracia sindical se presta a hacer un cierre de campaña con el personero del FMI el próximo 8 de agosto donde el ministro-candidato será el orador principal. Mientras pasa el ajuste y la devaluación, los burócratas se arrodillan ante el actual y el posible futuro ejecutor de los bolsillos de los trabajadores.
Tal respaldo, casi orgánico con el tigrense, se entiende por la pertenencia política de Daer y Acuña, quienes son considerados parte del Frente Renovador. El por ahora no mencionado Luis Barrionuevo, quien pensaba apadrinar la campaña de Wado de Pedro, también es un alfil de Massa dentro del movimiento sindical. Es uno de los principales exponentes de cómo garantizar la precarización laboral a las patronales, en este caso del sector gastronómico y hotelero.
Así, como a este último dirigente, podríamos mencionar algunos más. Hay que recalcar que durante el presente gobierno peronista que está por terminar la burocracia sindical ha trabajado para hacer pasar reformas laborales por sector. Tal es el caso del SMATA, donde se aceptó en algunas plantas extender las jornadas laborales dentro de las automotrices. Otro ejemplo es el de la UOCRA donde se admitió eliminar la indemnización por un fondo de desempleo, que sale del propio salario de los trabajadores de la construcción.
Ahora, ante un nuevo escenario de profundización de las políticas dictadas por el FMI, no es de extrañar que estén por garantizar reformas laborales generales, que admitan mayor precarización el país.
Un rol de pacificador
Los cortes permanentes en Jujuy, la lucha en Salta por parte de los docentes, como muchos otros conflictos que empiezan a emerger, muestran a los dirigentes de la CGT en veredas opuestas. Lejos de funcionar como coordinación de todas estas luchas, se han dedicado a hacer silencio sobre las mismas, transformándose en cómplices de los planes contra el pueblo trabajador.
Así como aludimos a estos fenómenos de la lucha de clases, también hay que afirmar que, con su rol de pacificador, la CGT, junto con las CTA, han sido las responsables de que los trabajadores, sin importar que se encuentren con un trabajo formal o sean parte del 40% de la parte de la población que se encuentra hundida en la pobreza.
Según el propio INDEC, el pasado 29 de junio la mitad de los trabajadores en nuestro país en el primer trimestre del año cobró un salario de menos de $100.000. Mientras que el 80% de los mismos ganó menos de $180.000 mensuales durante el mismo lapso de tiempo. En síntesis, con esto queremos remarcar que la burocracia sindical ha sido la garante, con su rol de celador del gobierno de Alberto Fernández, de que la mayoría de la clase trabajadora no cobre siquiera una canasta de consumos mínimos que elabora la Junta Interna de ATE INDEC (según el informe de junio, publicado el pasado 25 de julio, una familia tipo de cuatro personas necesita $ 363.570 para satisfacer las necesidades mínimas).
La complicidad política de los dirigentes sindicales ha sido y, como mencionamos, seguirá siendo la de poner palos en las ruedas en nuestras peleas para imposibilitar un mejoramiento en nuestras condiciones de vida.
Una lista diferente, de la clase, que levanta las luchas de los trabajadores
Contrariamente a lo que ocurre con los burócratas de la CGT, desde el MST y nuestra corriente sindical ANCLA, integramos las listas del FIT-Unidad que conformamos de manera conjunta con el PO: Unidad de Luchadores y la Izquierda.
Un conjunto de militantes y trabajadores enmarcados en el sindicalismo combativo y clasista, como Guillermo Pacagnini -Secretario General de la CICOP-, Ingrid Urrutia -Delegada General de ATE-INCA-, Alejandro Crespo -Secretario General del SUTNA- y muchos y muchas más, integramos la lista mencionada para dar la pelea contra las variantes patronales.
Sabemos que nuestra lucha en las estructuras sindicales tiene que tener una representación política, que dispute contra todas las coaliciones que priorizan los planes del FMI antes que las necesidades de los trabajadores y mayorías populares. Postulamos, también, un modelo de Frente de Izquierda que dispute y organice a miles y miles de trabajadores, para echar a los burócratas de nuestros sindicatos, y organizarnos para ser alternativa de gobierno.
Sumate a fortalecer nuestra lista y frente como alternativa política, de cara al país que se viene donde las luchas contra el ajuste estarán desde la primera hora.