Pasaron las PASO. Vamos a las generales en medio de tensiones económicas y políticas, crisis del régimen y ascenso electoral del derechista retrógrado Milei. El FIT-U es la única alternativa al desastre de los partidos capitalistas, pero solo dará un salto cualitativo y más allá de un resultado electoral, a condición de modificar sustancialmente los contornos sobre las cuales se vino construyendo. Los cuales, equivocadamente desde sus orígenes, no superan lo meramente electoral. Vamos a un país de cambios profundos y fuertes enfrentamientos en la lucha de clases y la lucha política. No se puede perder más tiempo ni oportunidades. El debate es ahora. Y los cambios necesarios también.
Escribe: Sergio García
Causas y consecuencias del resultado en las PASO
Si algo es evidente del resultado, no solo es el triunfo de Milei y los problemas del gobierno, también la constatación de que el FIT-U, con todo el valor político que tiene como frente unitario de la izquierda anticapitalista y socialista, no pudo avanzar en comparación a elecciones pasadas. En esencia mantuvimos el espacio alcanzado en la anterior presidencial, combinando así dos elementos: la consolidación de un buen piso electoral de alrededor de setecientos mil de votantes, más la incapacidad para dar un salto y ampliar los niveles de apoyo social.
De esa combinación no nos contentamos con lo consolidado, aunque lo valoremos: nuestra tarea es cuestionar-nos el por qué no se pudo avanzar. Solo una visión conformista y conservadora no se lo cuestionaría para justificar un balance previo. No es nuestro caso. Porque, además de estar ordenados siempre por querer avanzar, el resultado no nos sorprende. Lo consideramos consecuencia de dos elementos: una situación compleja que incluye un giro electoral a derecha y los propios errores políticos y de método del FIT-U, que enchaleca sus propias posibilidades de desarrollo, al estar signado hasta ahora por una orientación política electoralista que le imprime, en primer lugar, el PTS.
Es la incapacidad manifiesta de no querer transformar al Frente en algo mucho mejor, de organización cotidiana de procesos de luchas, de funcionamiento semanal y debate sobre todos los temas políticos para la acción común. Es la falta de apertura y de convocatoria a miles de trabajadores y jóvenes. Esa negativa a no ser lo que debe ser es la causa fundamental del estancamiento electoral y la premisa a futuro, de consecuencias políticas posiblemente más negativas. No podemos menos que recordar que para los socialistas hay leyes científicas que actúan sobre las clases, los fenómenos políticos y las relaciones sociales. Una de ellas es que todo tiene movimiento e indica que lo que no avanza, retrocede. De ahí la importancia de este debate crucial para el FIT-U, porque el tiempo corre.
Hacia octubre, ¿otra oportunidad perdida?
Si se sacaran dentro del frente conclusiones políticas correctas y comunes, estaríamos en condiciones de superar positivamente el momento actual, aprestándonos a cambios necesarios y nuevas iniciativas. Lamentablemente no es así. En las recientes reuniones de la Mesa Nacional del Frente de Izquierda, a raíz del debate de balance de la PASO y sobre qué hacer en esta campaña, desde el MST hemos vuelto a proponer la necesidad imperiosa de que el Frente de Izquierda convoque ampliamente a un plenario masivo, que pudiera ser en Plaza de Mayo, a debatir profundamente y decidir democráticamente entre toda la militancia del frente, nuestro simpatizantes y organizaciones amigas, aliadas y votantes del FIT-U, las tareas que tenemos que impulsar tanto en la campaña electoral como después.
Intentar colocarnos en un lugar grande y de disputa para atraer y ganar a franjas de millones es impulsar este tipo de iniciativas. Es utilizar positivamente el capital político acumulado para ir por más. Es demostrar realmente que queremos sumar, ampliar, escuchar, organizar la fuerza de miles y miles. Es darle un cauce de protagonismo y organización política y social a toda esa fuerza que nos rodea, para una mejor campaña electoral y, sobre todo, para llegar mucho más fuerte a las confrontaciones de clase que se vienen.
Lamentablemente, una vez más, en la Mesa Nacional del FIT-U los compañeros del PTS manifestaron que están en contra de hacer un gran plenario u otra convocatoria similar. Y plantean solamente una campaña electoral común, rutinaria, que no mueve el amperímetro en medio de un fuerte debate nacional por el avance de Milei. A una situación política extraordinaria, le contraponen una respuesta política tibia, conservadora, electoralista. Así nos encaminamos a perder una nueva oportunidad política estos meses, la cual sucederá, como siempre, con el apoyo decadente que Izquierda Socialista le viene dando a todas las posiciones equivocadas del PTS. Ambos rechazaron convocar una fuerte iniciativa que de verdad coloque al FIT-U a la ofensiva. No nos sorprende. Es un capítulo más de una orientación política que pone a nuestro frente en zona de riesgo.
Una estrategia electoral nociva
Los marxistas sabemos que estrategia y táctica son conceptos y tareas combinadas al servicio de un objetivo de fondo. Siempre partimos de impulsar diferentes tácticas políticas para la estrategia de transformar a la izquierda revolucionaria en alternativa de poder para un gobierno de los trabajadores y el socialismo. Las tácticas correctas son aquellas que nos ayudan a avanzar hacia esos objetivos estratégicos. Por ejemplo, aprovechar las campañas electorales y la obtención de parlamentarios es una táctica válida para hacer conocer nuestras ideas y ganar peso político y social en franjas de la población. Pero se transforma en un problema, que debilita nuestra estrategia, cuando la táctica de aprovechar las elecciones pasa a ser el centro de la actividad y se transforma equivocadamente en la estrategia de un frente de izquierda.
Esto es lo que sucede hace años y restringe las posibilidades de dar un salto de calidad hacia nuestra estrategia. Habrá elecciones donde nos vaya un poco mejor y otras un poco peor, pero sin una estrategia política de conjunto el FIT-U no dará un salto grande y cualitativo. Para ese objetivo la orientación política y el funcionamiento del frente tiene que cambiar. Debe ser un frente que actúe todos los días, que debata los hechos de la lucha de clases, que intervenga en común en todos los frentes, que convoque, que interpele. Que deje de llamar solo a que nos voten cada dos años. Por eso, estamos dando un debate de estrategias. Porque no deja de ser sorprendente que aún existan en la izquierda partidos que consideren normal ordenarse por lo electoral durante años y no cuestionarse ese accionar. Que no perciban tan grave problema, es una confirmación de la profundidad de su proceso de adaptación.
Cambiar y mejorar, antes que sea tarde
También hablamos de un debate de estrategias, porque vamos a nuevos giros bruscos de la situación social y la lucha de clases. Porque Milei y compañía vienen a intentar liquidar más derechos sociales y democráticos. Porque una política es revolucionaria solo si sirve para enfrentar esta situación y fortalecer las posiciones de la izquierda en medio de esa confrontación de clase. Y no sirve si en vez de ordenarse por esto se desenvuelve por caminos limitados a lo electoral.
Damos este debate a fondo porque queremos que nuestro frente avance y mejore cualitativamente. No se trata solo de esta campaña electoral donde todos estamos convocando a votar las listas del FIT-U contra todos los candidatos de los partidos capitalistas. Se trata de algo mucho más profundo, a mediano y largo plazo, que necesita una intervención unificada del FIT-U junto a la intervención activa de toda la honesta militancia de izquierda.
Lamentablemente no hay dentro del FIT-U una comprensión política común sobre el impulso de tareas que son decisivas, aunque sí hemos impulsamos este último tiempo varias peleas políticas en conjunto con los compañeros de PO. La realidad, es que al PTS e IS no le parece importante convocar a la militancia y a nuestros simpatizantes y votantes a un debate abierto y colectivo, o convocar canales de participación a independientes y referentes de la izquierda social, a organizaciones amigas y aliadas a ser parte activa de nuestro frente y nuestras decisiones. Esa visión hegemonista en el caso del PTS, sectaria y electoralista, dilapida el enorme capital político condensado en el FIT-U, cerrando sus puertas a la posibilidad de enriquecer nuestras filas y fortalecer así nuestra estrategia.
Todavía hay tiempo de cambiar y dar un giro político para colocar al frente en el lugar que debe estar. Desde el MST seguiremos insistiendo una y otra vez en un cambio de rumbo, en andar otro camino urgente y necesario. Invitamos a la militancia de izquierda y a nuestros simpatizantes y votantes del frente a que demos esta pelea política en común.