Faltan solo algunas semanas para las elecciones nacionales del 22 de octubre. La campaña hacia esa jornada se desarrolla en medio de una crisis económica y social incesante, los arrestos de un gobierno en crisis que busca las formas de llegar a un balotaje y el ascenso del ultraderechista Milei que opacó a Bullrich y se prepara para la posibilidad de ser gobierno. El Frente de Izquierda, con su solidez política y programática a cuestas, y también con sus limitaciones y problemas, batalla en una situación compleja. ¿Vamos a un cambio grande en el país? ¿Qué política y tareas tiene que impulsar la izquierda anticapitalista y socialista? Compartimos opiniones al respecto.
Escribe: Sergio García
La imagen de Milei recorriendo actos con una motosierra, su insistencia en cerrar el banco Central, fotografiarse firmando autógrafos en billetes de dólares o explicando que hay que privatizar los ríos. Ver a su candidata a vicepresidenta Villarruel organizando actos negacionistas y prodictadura, o su candidato Marra invitando a cerrar la TV Pública para hacer allí un negocio inmobiliario, todo un pequeño resumen del proyecto reaccionario, retrógrado y antiderechos que representan los libertarios. Y, lógicamente, su ascenso electoral anticipa la gravedad que se profundizará en el país si efectivamente Milei termina siendo presidente.
Si Milei es presidente, vamos a un fuerte cambio político
Surge con claridad que si Milei llega a la presidencia, muy posiblemente luego de un balotaje, el país ingresará en un cambio político de magnitud. Que gane no es totalmente seguro, pero sí una posibilidad bastante cierta. Si lo termina logrando, en su momento tendrá que decidir si avanza a toda velocidad, o en forma más regulada, con todas sus propuestas. De una u otra forma, chocará con una fuerte resistencia social en la calle. Porque, así como su avance refleja un giro a derecha de parte de la sociedad, combinado con la bronca a los partidos de gobierno, a la vez hay otra buena parte de la población que se opone por el vértice a las propuestas de Milei. Son millones de trabajadores y jóvenes que quieren un país muy diferente y quieren sus derechos garantizados.
Son estos sectores quienes reclamarán en la calle contra cualquier tipo de ajuste, de quita de derechos sociales y democráticos, de ataques a lo público y a conquistas del movimiento obrero, feminista y disidente. Iremos a una mayor confrontación social política y en las calles, incluyendo la posibilidad de giros bruscos de la situación y movilizaciones revolucionarias que enfrenten a seguidores de Milei si salen en su defensa. Y en el plano político, en medio de una crisis enorme del peronismo y el desprestigio de toda la burocracia sindical, seguramente habrá elementos de unidad de acción en la calle entre la izquierda política y social y las corrientes ubicadas más a la centroizquierda dentro hoy de Unión por la Patria. Siendo muy posiblemente la izquierda anticapitalista y socialista organizada dentro del FIT-U quien aparezca como la clara opositora al proyecto de Milei, incluso tal vez ampliando a mediano plazo su espacio político y social.
Lo que no puede obviarse en el análisis del momento que vivimos y de las perspectivas posibles, es la responsabilidad de quienes han habilitado con su accionar el ascenso de Milei. En su última alocución Cristina Fernández de Kirchner no solamente esquivó hablar de la responsabilidad de su gobierno ante la crítica situación el país, sino que, además, en referencia a la educación pública, revindicó el presentismo y de hecho dejó a los docentes que luchan y hacen paros por sus derechos salariales y laborales como responsables de que ahora Milei hable contra la educación pública y proponga los voucher o privatizar la universidad. Encima lo hizo poniendo como ejemplo a Santa Cruz, donde perseguir a los que luchan y no pagar salarios justos ha sido por años moneda corriente.
Este es tan solo un último ejemplo sobre cómo quienes nos gobiernan, niegan la realidad al servicio de la justificación política. Porque un Milei aquí, como antes fue un Bolsonaro en Brasil, es el subproducto del desastre que una vez llegados al gobierno realizan fuerzas progresistas, que detrás de sus discursos, en los hechos aplican fuertes planes de ajuste y provocan decepción en amplias franjas de la población: así sucedió con el PT y el gobierno de la lulista Dilma previo a la llegada de Bolsonaro, así sucede ahora, tras cuatro años de gobierno peronista y un país atado al FMI por decisión del PJ de darle continuidad a los acuerdos macristas, al sometimiento al Fondo y al ajuste permanente. Es esa política, repetidamente fracasada, la que le abre la puerta al surgimiento de fenómenos por derecha y por fuera de los partidos tradicionales. Y los responsables de haberlo permitido no pueden ser ahora la salida al problema planteado, ni quienes vayan a enfrentar consecuentemente un futuro gobierno de Milei.
Elecciones de octubre sin balotaje anticipado
Hasta aquí podríamos decir que entonces, la tarea que tenemos por delante es frenarlos. Y si bien esto claramente es así, en esta campaña electoral no es la única tarea que tiene la izquierda, ya que también tenemos que denunciar el carácter ajustador y pro FMI de candidatos como Massa y, lógicamente, Bullrich.
Además, en relación al candidato del gobierno y Unión por la Patria, no podemos hacer menos que marcar que entre sus “novedosas” propuestas está su reciente llamado a conformar un gobierno de unidad nacional. Propuesta realizada en el contexto de su viaje y acto en el norte del país, en un guiño directo al radicalismo y en particular a figuras nefastas y visiblemente derechistas y represoras, como Gerardo Morales de Jujuy y Saenz de Salta, entre otros. Sucede que en su desesperado intento por subir en las encuestas, Massa muestra su verdadera cara, en este caso sacando a la luz con quienes estaría dispuesto a compartir el gobierno de “unidad nacional”, que no sería otra cosa que la unidad de representantes de lo peor de la política tradicional del país.
De ahí que en estas elecciones generales tenemos la tarea de llamar a fortalecer al Frente de Izquierda y a su programa, confrontando con el resto de los candidatos, explicando que hacia el país que viene el único voto útil es a la izquierda, es peleando por lograr más bancas para la izquierda y fortaleciendo su proyecto en todo el país. Esta sí que es una tarea muy necesaria para los tiempos que vienen.
Acuciado por su crisis, el peronismo buscar forzar el razonamiento de una gran franja de la población como si ya estuviéramos en un balotaje y solo hubiera que optar entre dos candidatos posibles, esa es la estrategia política y electoral que le sirve al PJ, pero no es la que debe seguir la izquierda, que necesita centrarse en el llamado a fortalecer su propio proyecto contra todo tipo de ajuste y entrega al FMI.
Hay algunos sectores y referentes que desde una parte de la izquierda en lugar de impulsar esta tarea, buscan explicar que lo central el 22 de octubre es ir solo contra la derecha de Milei. Nos referimos a diferentes compañeros y referentes que se han pronunciado, de una u otra forma, a favor de que en las elecciones generales se vote por Massa a presidente o se corte boleta y solo se vote al FIT-U en sus listas de diputados. En algunos artículos también se explica que la situación de Argentina hoy es similar a la de Brasil cuando en primera vuelta la izquierda del Partido Socialismo y Libertad (PSOL) decidió no poner candidato a presidente y votar por Lula, e invocan este ejemplo para explicar que eso estuvo muy bien. Para nosotros ese fue el mayor error político del PSOL y el que abrió la puerta a su debilitamiento y giro equivocado posterior, ya que perdió la oportunidad de aparecer como alternativa de izquierda en esa primera vuelta, aunque después en la segunda votara contra Bolsonaro acompañando el sentir de millones.
Estamos convencidos de que en estas elecciones generales la tarea de la izquierda anticapitalista y socialista y del FIT-U es postularse como opción, fortalecerse lo más posible y no ceder a la política del PJ dependiente del FMI. Esta es la mejor contribución que podemos hacer a la lucha contra Milei y contra todo proyecto de ultraderecha y de ajuste fondomonetarista. Luego de las elecciones, analizaremos los resultados, veremos si hay o no balotaje y ese será otro momento político al cual responderemos como corresponda hacerlo. Por lo pronto, la tarea política hasta el 22 de octubre es no caer en una trampa que debilite a la izquierda, la única alternativa que existe de verdad, frente al desastre económico y social existente.
Con el Frente de Izquierda sí. Por mejorarlo mucho también
En resumidas cuentas, estaremos estas semanas continuando con nuestra campaña electoral, donde denunciamos el proyecto de Milei con toda nuestra fuerza y convocando a enfrentarlo en todos los terrenos y en la mayor unidad en la calle. Explicamos que no es alternativa a la ultraderecha volver a apoyar al peronismo que nos trajo a este desastre, e invitamos a votar por la fórmula presidencial y por todas las listas a diputados del Frente de Izquierda Unidad.
Y a la vez antes, durante y después de la campaña, seguimos bregando para que el Frente de Izquierda cambie y mejore cualitativamente. No podemos contentarnos con un limitado frente electoral o una intervención política bianual. Necesitamos un frente activo a diario, que organice las luchas en cada sector, que dispute en unidad en el movimiento obrero, popular y en la juventud. Que se abra realmente y convoque a miles a ser protagonistas de nuestra construcción y con nuestro programa como norte. Que se democratice de verdad y se postule frente a millones de trabajadores y jóvenes. Para que el FIT-U sea así hay mucho que cambiar y corregir. Y desde el MST seguiremos impulsando esos cambios e invitando a sumarse y a colaborar hacia esa perspectiva, clave, para el país complejo que se viene.