Cada día que pasa, las imágenes muestran la brutalidad que lleva adelante el Estado de Israel contra el pueblo palestino. Es imperioso que desde todo el mundo ayudemos a poner fin a esa masacre, reclamando medidas concretas que sean una señal política de condena al genocidio. Por eso aquí explicamos nuestra propuesta de exigir al gobierno nacional que rompa relaciones con Israel, para aislar y debilitar a ese Estado genocida.
Escribe: Cele Fierro, diputada electa en CABA
En el marco de una ocupación colonial que lleva ya más de 75 años a manos del Estado sionista israelí, el ataque de Hamas del 7 de octubre fue la excusa perfecta para profundizar la violencia contra el pueblo palestino. Así lo denunciamos desde el primer minuto. Con el correr de los días se suman nuevas voces y las calles en los distintos países del mundo se colman en apoyo a la resistencia palestina y por el fin del genocidio que perpetra Israel.
Pero estas acciones masivas no encuentran eco en los jefes de Estado. Al revés: en su mayoría son cómplices de la política de ocupación y limpieza étnica que impone el sionismo desde 1948. Y otros miran para otro lado, cómplices del genocidio por omisión.
Relaciones Argentina-Israel
Desde el 48, los representantes argentinos apoyaron el ingreso de Israel a las Naciones Unidas. A inicios del 49 Perón, con su Decreto 3.668, reconoció al Estado de Israel y en mayo entabló relaciones diplomáticas con el gobierno del primer ministro David Ben-Gurión.
En estas casi ocho décadas, las relaciones siguieron. En 2017, bajo el gobierno de Macri, el israelí Netanyahu fue el primer jefe de gobierno que visitó nuestro país. Al cumplirse 70 años de vínculo, en un acto en Cancillería el entonces canciller Jorge Faurie dijo que «argentinos e israelíes estamos vinculados por un lazo histórico y por valores que defendemos: la libertad, la democracia y, sobre todo, el diálogo entre los diferentes pueblos y el diálogo entre las diferentes religiones».
«Libertad, democracia y diálogo entre los distintos pueblos y religiones» decía, mientras Israel mantenía su apartheid racista antipalestino. Gobierno tras gobierno, siguieron los lazos con Israel. El primer viaje al exterior de Alberto Fernández como presidente fue a Israel. Y este gobierno, sobre todo su ministro de Interior Wado de Pedro, impulsó los acuerdos de diez provincias con la empresa estatal israelí de aguas Mekorot, denunciada por la ONU por negar el agua al pueblo palestino y secar el río Jordán.
En 2010, Argentina e Israel firmaron un memorándum sobre cooperación en temas de defensa. En 2015, el gobierno K contrató en Israel la reparación de 74 viejos tanques TAM. En 2018, se le compró a Israel un software de vigilancia informática. Y este año se le compró un nuevo modelo de munición merodeadora, un dron-misil. Es decir, las relaciones son diplomáticas, políticas, comerciales y militares. Y los dos candidatos al balotaje proponen mantener y profundizar ese camino de relaciones carnales con el Estado sionista.
El gobierno y todo el arco político tradicional, con el sionismo
Las relaciones de sometimiento al imperialismo yanqui son la base de la política de apoyo al sionismo por parte del gobierno nacional y todos los partidos patronales. Los que se emban-deran en la «defensa de los derechos humanos» tienen doble vara: condenan el ataque de Hamas, pero no les sale ni una palabra de repudio a la masacre que día a día lleva el gobierno de Netanyahu contra miles de niños, niñas y todo el pueblo palestino.
Para colmo, cuestionan una tibia declaración de la Cancillería argentina, que al estilo de la «teoría de los dos demonios» critica la acción de Hamas y también los bombardeos israelíes a Gaza. Hubo un revuelo bárbaro en el gobierno. En el programa de Majul, Massa dijo que le pareció «horrible» la declaración. No nos sorprende: es el mismo Massa que días antes se reunió con la DAIA y hasta prometió incluir a Hamas y otras organizaciones en el listado de terroristas.
Bolivia, Chile, Colombia y otros países toman medidas contra el sionismo
Ante las atrocidades que comete Israel en Gaza, la semana pasada el gobierno de Bolivia rompió relaciones diplomáticas con dicho Estado y los gobiernos de Chile, Colombia, Turquía, Honduras, Jordania y Bahréin llamaron «a consulta» a sus embajadores. Esta semana se sumó Sudáfrfica, que retiró de Israel a su embajador y toda su misión diplomática. Estas definiciones por parte de gobiernos de distinto signo político confirman que se pueden tomar medidas y el gobierno argentino debería seguir ese ejemplo.
.El gobierno de Luis Arce, a través de un comunicado de su cancillería, expresó que Bolivia «ha tomado la determinación de romper relaciones diplomáticas con el Estado de Israel en repudio y condena a la agresiva y desproporcionada ofensiva militar israelí que se realiza en la Franja de Gaza».
. El presidente chileno Gabriel Boric, por «las inaceptables violaciones del derecho internacional humanitario en que ha incurrido Israel en la Franja de Gaza, como gobierno de Chile hemos resuelto llamar en consultas a Santiago al embajador de Chile en Israel, Jorge Carvajal. Chile condena enérgicamente y observa con gran preocupación que dichas operaciones militares -que a estas alturas de su desarrollo comportan un castigo colectivo a la población civil palestina en Gaza- no respetan normas fundamentales del derecho internacional, como lo demuestran las más de ocho mil víctimas civiles, en su mayoría mujeres y niños».
. En igual sentido fue la resolución del gobierno colombiano de Gustavo Petro, que llamó de regreso a su embajador y en sus redes sociales expresó: «Se llama genocidio, lo hacen para sacar el pueblo palestino de Gaza y apropiársela. El jefe del Estado que hace este genocidio es un criminal contra la humanidad. Sus aliados no pueden hablar de democracia».
¡Qué lejos que está de estas decisiones el accionar del gobierno nacional! Romper relaciones con Israel es una exigencia válida, que de no cumplirse desenmascara el rol pro-sionista del gobierno de Unión por la Patria.
Exigir la ruptura de relaciones
Como venimos haciendo desde el inicio, con marchas y concentraciones unitarias por el fin del genocidio contra las niñeces y el pueblo palestino, creemos necesario sumar la exigencia al gobierno nacional de ruptura inmediata de relaciones con Israel.
Quienes defendemos como propia la causa palestina, sin ningún tipo de especulación política, a pesar de los ataques y persecución del sionismo, tenemos que desarrollar una fuerte campaña por la ruptura de relaciones. Tenemos que exigir esta medida que es un posicionamiento político claro y concreto, que denuncia la masacre que lleva adelante Israel. Con la excusa de la defensa de su población contra «grupos terroristas», Israel profundiza su política racista de limpieza étnica y plantea a la actual incursión militar como definitiva. Pretende apropiarse de todo el territorio palestino o de buena parte de Gaza y seguir instalando a sus colonos para mantener este Estado artificial, implantado al servicio del imperialismo como un enclave político y militar en el Oriente Medio.
Nuestra propuesta es clara. Además de denunciar al Estado sionista, tenemos que apoyar la campaña «BDS» de Boicot, Desinversión y Sanción a las empresas israelies, como así también desarrollar una amplia movilización a la Cancillería o a Plaza de Mayo para exigir la ruptura de relaciones con Israel y también del acuerdo con Mekorot.
Estamos en mejores condiciones para juntar voluntades para exigir la ruptura de relaciones. Las imágenes del horror que vive el pueblo palestino, sobre todo en la Franja de Gaza pero también en Cisjordania, no dejan dudas sobre la necesidad de esta medida. El gobierno nacional tiene que dejar de ser cómplice de este genocidio.