Este 21 de noviembre la primera línea en CABA se volvió a movilizar en su Día Nacional. El combativo sindicato independiente de la enfermería, la ALE, encabezó una articulación unitaria que movilizó al activismo del colectivo de hospitales y centros de salud. De Congreso a Plaza Mayo, la columna de enfermeras y enfermeros se lució desafiando las amenazas privatistas de Milei, sin dejar de denunciar la deuda con la que se va el gobierno actual y anticipando un mensaje contundente al nuevo Jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri: hasta el reconocimiento salarial, laboral y profesional, no van a parar de movilizarse. A continuación, extractamos parte del documento de unidad consensuado entre las organizaciones convocantes y cuya lectura inició Andrea Ramírez, presidenta de la ALE.
(…) Hoy, estamos movilizadas y movilizados, en un día especial, ya que venimos de un resultado electoral nacional, que lógicamente abre un nuevo escenario de desafíos para la enfermería, la clase trabajadora y todo nuestro pueblo, con el triunfo de un proyecto que viene a profundizar el ajuste que venimos enfrentando todos estos años, a pesar de la traición de los sindicatos burocráticos que desmovilizaron pese a una inflación del 150%, más del 40% de pobreza y nuestros salarios por debajo de la línea de pobreza. Hay fuerza para resistir y en todo caso, la emergencia de un proyecto ultraderechista, así como en la mayoría de los países es el resultado también de la desilusión con promesas incumplidas de gobiernos como el actual.
Indudablemente, como colectivo de salud, no podemos soslayar esta realidad que nos va a atravesar desde hoy mismo.
(…) Pero, por supuesto queremos arrancar, haciendo saber a nuestro pueblo, cuál es la realidad de nuestro colectivo, de qué forma se nos precariza, posterga, maltrata y violenta de parte de todos los gobiernos sin distinción:
*La mayoría de la enfermería de este país, y la de esta Ciudad, la más rica de la Argentina tiene sueldos por debajo de la canasta de pobreza, de $ 350 mil pesos, fijada por el INDEC. Ni hablar de los casi $ 500 mil pesos de la canasta familiar que actualiza y monitorea la Junta Interna de ATE-INDEC mes a mes. ¡Y como no queremos seguir cobrando aguinaldos de miseria y jubilaciones de hambre, basta de sumas no remunerativas ni bonificables en nuestros sueldos! Denunciamos también el sistema de “módulos”, que son horas extras encubiertas, que no se pagan como deberían, la precarización a través de la contratación por monotributo, contratos provisorios, las evaluaciones de desempeño punitivas y la falta de reconocimiento de insalubridad, área crítica y jubilaciones anticipadas.
La mayoría, por esa misma razón, tenemos pluriempleo, más de un trabajo para subsistir, con jornadas de 12, 14 o más horas: sin descanso, sin fines de semana. La explotación y opresión laboral es INTOLERABLE
En el Conurbano, al igual que en CABA, la enfermería en los municipios sufre violencia laboral, con contratos precarios durante años, salarios por debajo de la canasta de indigencia, falta de reconocimiento de los cargos de gestión, especialidades y persecución por reclamar. Incluso, aun no se ha efectivizado el pase a carrera de las y los compañeros en los hospitales provinciales.
Ni hablar en el Interior del país: ingresos miserables, despidos, postergación y ante el reclamo, represión como hemos visto en varias provincias.
Esta situación se replica tanto en los sectores públicos como en los privados y de la seguridad social.¡Exigimos la plena aplicación del convenio 149 de la OIT!
Y una de las formas más descaradas de la discriminación la sufrimos en esta capital, en la ciudad de Rodríguez Larreta, en la Ciudad de Jorge Macri, donde mientras miles de enfermeras/os sostenemos muchos servicios, siendo claves en la pandemia, y por eso, con un amplio reconocimiento social y popular, en esta ciudad de opulencia y privilegios para el 1 %, la enfermería está marginada y discriminada.
En 2018 se aprobó la Ley N° 6035, que regula las condiciones de trabajo de las profesiones de salud. Hay 24 profesiones incluidas: médicos, kinesiólogos, musicoterapeutas, odontólogos, veterinarios, licenciados en “estadística” de salud, sociólogos, antropólogos, licenciados en “sistemas de salud” y así, hasta 24 profesiones de las más variadas que hacen al equipo de salud y que tienen todo su derecho. ¡PERO DEJARON AFUERA AL COLECTIVO MÁS GRANDE DEL EQUIPO DE SALUD! ¡A LA ENFERMERÍA! (…)
(…) Por supuesto, funcionarios como los ministros de salud de todo el país o el jefe de gobierno Larreta y el ya electo Macri, con sueldos millonarios, y eso sin contar el circuito de “sobres por debajo de la mesa”, ¿Qué saben lo que significa vivir con un salario magro? Los desafiamos a cobrar como una enfermera, a que corran de trabajo en trabajo, a que, con la salud demolida por el desgaste, producto de la sobrecarga laboral debida a la baja dotación de enfermería, se enfermen y mueran antes o inmediatamente después de jubilarse ¡Lo desafiamos a eso, a todos los funcionarios que definen políticas para enfermería e incluso a los siniestros burócratas de los sindicatos que nos entregan en cada paritaria! No duran ni un minuto en un servicio de salud en un hospital o Centro de Salud barrial
No queremos por otro lado, olvidarnos de la violencia que se sufre en los hospitales, por parte de gestiones que se consideran señores feudales, mandamases de los centros de salud. Esos personajes nefastos, que maltratan a la enfermería, que la violentan, que la acosan, que le niegan descanso, licencias, que las persiguen si protestan, que utilizan como en CABA, las evaluaciones de desempeño para extorsionar o que sirven para premiar amigos y castigar a “rebeldes” (…)
(…) Y por supuesto, como olvidarnos de un aspecto clave de nuestro reclamo: la Jubilación Anticipada, por desgaste psicofísico laboral, un régimen que no solo asegure el 82 % móvil (ya que la jubilación no puede ser un “subsidio” a la vejez, sino un justo y digno salario diferido), sino que catalogue como insalubre el enorme trabajo con vidas humanas como el que hacemos, con la correspondiente reducción horaria.
Además, reclamamos que nuestras organizaciones sindicales independientes de todos los gobiernos, sean reconocidas con todos los derechos que les corresponden como organizaciones de nuestro colectivo con la más plena democracia obrera: basta de persecuciones a sus dirigentes y activistas, inclusión en paritarias con voz propia y licencias gremiales que nos corresponden.
Exigimos el derecho a la libre asociación sindical y que se deje de amedrentar y amenazar a las y los compañeros con descuentos ante las medidas de fuerza convocadas por las organizaciones de enfermería (…)
(…) Nos felicitamos todos y todas por la unidad en la diversidad lograda, porque ese es el camino y siempre apelando a la decisión de las bases, con asambleas democráticas en nuestros sindicatos.
Levantemos bien alto, los puños, para hacer un COMPROMISO DE CONCIENCIA, DE LUCHA: ¡no vamos a parar de pelear hasta que la Enfermería sea reconocida salarial, laboral y profesionalmente! No vamos a parar hasta que en todo el país nuestro colectivo tenga la justicia que nos merecemos y nos corresponde.
Se metieron con la generación equivocada. Estamos haciendo historia.
Somos orgullosamente enfermería. Orgullosamente clase trabajadora. ¡Viva la salud pública! ¡Viva la enfermería! ¡viva el equipo de salud y la unidad de los trabajadores!
21 de noviembre de 2023 Plaza de Mayo (…)