Escribe: Pablo Vasco
Davos es una ciudad suiza. Allí cada año se reúne un foro de grandes capitalistas y líderes políticos para bajar línea. No nos preocupa como quede ante un público así el presidente argento. Pero igual sirve para entender mejor en qué manos estamos. Ante caras azoradas, el libertario se mandó conceptos como éstos:
“Occidente está en peligro porque los que supuestamente deben defender sus valores están cooptados por una visión del mundo que inexorablemente conduce al socialismo.”
“Gracias al capitalismo hoy el mundo está en su mejor momento No hubo nunca, en toda la historia de la humanidad, un momento de mayor prosperidad. El mundo de hoy es más libre, más rico, más pacífico y más próspero.”
“Otro de los conflictos que los socialistas plantean es el del hombre contra la naturaleza. Sostienen que los seres humanos dañamos el planeta y que debe ser protegido a toda costa, incluso llegando a abogar por mecanismos de control poblacional o en la agenda sangrienta del aborto.”
“Estas ideas nocivas han impregnado fuertemente en nuestra sociedad. Los neomarxistas han sabido coptar el sentido común de Occidente. Lograron esto gracias a la apropiación de los medios de comunicación, la cultura, las universidades y los organismos internacionales.”
“Occidente se ha volcado al socialismo. Buena parte de las ofertas políticas generalmente aceptadas en la mayoria de los países de Occidente son variantes colectivistas… Todos. No hay diferencias sustantivas. Socialistas, conservadores, comunistas, fascistas, nazis, social-demócratas, centristas, son todos iguales.”
O sea, el mundo anda mejor que nunca. La brecha de género y el cambio climático no existen. Pero los neomarxistas se apropian de los medios, del FMI y de la ONU. Y Occidente es socialista, que es igual a ser nazi… ¡Mamita!