El femicidio de Paola Acosta evidenció el nefasto rol que cumplen la justicia, la policía y los gobiernos ante los casos de violencia de género. Los días de desesperada búsqueda sirvieron para encontrar con vida a Martina. Las movilizaciones obligaron a esta justicia machista a desplazar al fiscal Oyhanarte y al gobierno a guardar silencio de radio. La bronca popular se tornó rápidamente en una masiva exigencia de justicia, que refuerza la necesidad de lograr cambios de fondo.
Paola ya no está con nosotras: desde el miércoles 17 se sumó a los miles de mujeres víctimas de femicidio.
Luego de dos años de lucha, Paola logró que la Justicia obligara al padre biológico de Martina, Gonzalo Lizarralde, a reconocer su paternidad. En este proceso fue despedida del call center donde trabajaba por ausentarse cuando debía declarar. Así empezó a configurarse la trama de injusticias que concluyó en su femicidio.
Ese miércoles en el que desapareció junto a su hija Martina de un año y nueve meses, bajó de su departamento para encontrarse con Lizarralde, quien debía pagarle la primera cuota alimentaria. Pero Paola nunca volvió. Esa noche él las secuestró, mató a Paola e hirió gravemente a Martina y arrojó a ambas en una alcantarilla.
Una justicia a la medida de los femicidas
Desde el jueves a la mañana, cuando nos enteramos de su desaparición, iniciamos una búsqueda desesperada. Llamamos a sus amigos, recorrimos todos los hospitales, hicimos la denuncia policial, donde explicamos que era imposible que Paola se hubiera ido “por voluntad propia” dejando a sus hijos en casa, su celular y la comida servida. Nada de eso sirvió para encontrarlas, ni para que la policía empezara a buscarlas.
En las horas siguientes el rol de la justicia fue abiertamente negligente. Pese a que les dimos nombre, dirección, teléfono y vehículo en el que se lo vio a Lizarralde esa noche, la policía y la justicia no movieron un dedo. Nosotras mismas debimos llamar al asesino para exigirle que se presentara y así lo hizo horas más tarde.
Con el asesino en la comisaría, el rol de la Justicia sólo empeoró. Le secuestraron la camioneta, que ya había tenido tiempo de lavar dos veces, pero por orden del fiscal Oyhanarte lo dejaron libre.
A partir de ahí la negligencia fue total. Hicieron las pericias a la camioneta 36 horas después del secuestro y mandaron la foto a los medios recién a las 48 horas. O sea, se tomaron dos días para comenzar la búsqueda.
Durante esos días nadie se dignó a atendernos para darnos información sobre qué hacían para encontrar a las chicas: se escudaban diciendo que aplicaban “los protocolos”… Pero supimos que nada hacían cuando el ayudante del fiscal Pedro Aliaga nos dijo: “Vayan a esperarlas a su casa, van a regresar solas. Deben estar en la casa de una amiga o de algún novio. ¿Saben cuántos casos como estos he visto?”
En este país, con un femicidio cada 30 horas, no salir a buscar a una desaparecida en el mismo instante en el que se hace la denuncia es abiertamente criminal.
Con la movilización recuperamos a Martina
Durante casi cinco días, familiares, amigos y militantes del MST casi no dormimos. Nos movilizamos de la fiscalía a la comisaría, a los hospitales, convocamos a marchas multitudinarias, repartimos miles de volantes y así logramos instalar el caso a nivel nacional. Esta fue la única forma de que la justicia y la policía, presionadas, comenzaran a investigar. Pero ya se habían perdido horas decisivas.
Pao y Martina conmovieron a toda la sociedad. Las muestras de apoyo a la familia y de exigencia de cambios en la justicia no han hecho más que crecer. Fue esta movilización popular la que logró encontrar a Martina con vida, que peleó por sobrevivir durante 80 largas horas en la alcantarilla. La justicia ni siquiera tenía una pista certera de dónde podían estar, aunque habíamos aportado pruebas por demás suficientes.
Los gobiernos son responsables
Córdoba es una de las ciudades con más casos de femicidio. Sin embargo frente al asesinato de Paola, el gobernador De la Sota mantuvo un riguroso silencio, más cercano al miedo que a la prudencia.
Él, mejor que nadie, sabe que su gobierno es tan responsable como la justicia. En Córdoba, pese al marketing oficial, las políticas de defensa de los derechos de género no existen. De hecho, gastan más en publicitar las medidas que en aplicarlas.
Un ejemplo de esto es el botón anti-pánico, que lejos de resolver el problema de la violencia de género ubica a la víctima como única responsable de resolver su situación. Cuando bien sabemos que el circuito de violencia deja escaso margen para el accionar autónomo de la mujer y que el apoyo, la contención y el acompañamiento son fundamentales para poder salir de esa situación.
Paola y Martina, nuestra bandera
Desde los gobiernos y los viejos partidos hacen silencio frente a estos casos porque son ellos los que sostienen la opresión global hacia la mujer y aplican las políticas de ajuste que generan que los casos de femicidio y violencia aumenten.
La pelea por medidas efectivas contra la violencia de género, que es parte inseparable de nuestra batalla por un cambio social de fondo, la venimos dando hace tiempo. Seguiremos luchando sin descanso para que haya justicia para Paola y Martina, que ahora se han transformado en nuestra bandera.
¡Paola Acosta, presente!
¡Ahora y siempre!
Luciana Echevarría y Maru Acosta, hermana de Paola
Luis Acosta, padre de Paola: “Este chacal se tiene que pudrir en la cárcel”
“Tenemos un dolor muy grande por Paola; ese asesino me arrancó el corazón. Pero estamos tratando de salir adelante por Martina, que es un ángel al que Paola cuidó y defendió hasta el último momento.
“Este chacal se tiene que pudrir en la cárcel y tiene que haber justicia por las dos, porque Martina y sus hermanos se quedaron sin madre. Paola quiso muchísimo a Martina, era su sol, no la descuidó un segundo. Y este asesino le mató la felicidad, no pudo disfrutar de esa criatura que era lo que ella más quería. Eso es lo que más me duele. Martina está saliendo, la esperamos de regreso en casa.
“Estamos eternamente agradecidos a toda la gente, a todo el país, hubo marchas aquí en Córdoba, pero también en Buenos Aires y otras ciudades pidiendo justicia por mi hija Paola.
“Al MST habría que hacerles un homenaje. Estuvieron desde el primer momento, nos bancaron a muerte, son de fierro. Estuvieron bajo el frío, bajo la lluvia, y no les interesó nada: solamente querían justicia para Paola y Martina.
“La lucha sigue más que nunca, ahora para que no haya otra Paola, para que no haya otro chacal como éste y por justicia para Paola.”
Paola: Legislatura porteña aprobó proyecto de Bodart
A propuesta del diputado Alejandro Bodart, en su sesión del jueves 25 la Legislatura porteña votó por unanimidad una declaración sobre el caso de Paola: “La Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires expresa su profundo pesar y repudio ante el reciente femicidio de Paola Acosta y el criminal abandono de su hija Martina en la ciudad de Córdoba, y hace llegar sus condolencias a los familiares y allegados de las víctimas. Asimismo, acompaña el reclamo popular de juicio y castigo al asesino de Paola y señala la necesidad de fortalecer en todo el país las políticas públicas en materia de violencia de género.”