El Presupuesto 2019 proyecta un fuerte ajuste educativo. Macri, Cambiemos y el PJ se alinean con el FMI. Necesitamos lo opuesto: priorizar la educación, hacia otro proyecto de país.
«El ajuste de gastos que proyecta el gobierno nacional para el año que viene se sentirá con fuerza en la educación inicial, primaria y secundaria. Casi todos los programas del Ministerio de Educación destinados a fortalecer esos segmentos sufrirán recortes pronunciados en 2019». Así arranca el conservador diario La Nación. No es la Multicolor, CTERA o CONADUH, sino el exponente burgués en la prensa nacional.
El relato es tan descarado, al desnudar el tijeretazo de Macri-FMI, que hasta su ministro Finocchiaro intentó infructuosamente desmentir al diario.
La nota agrega: «Las caídas más marcadas se registran en los programas de Fortalecimiento Edilicio de Jardines de Infantes, que cae 68,4% en términos reales; el Plan Nacional de Educación Digital, con un recorte del 68,8% real; la partidas para Infraestructura y Equipamiento, que caen 77% real, y las de Formación Docente que se reducen 36,3% real».
Se prevé una caída real del 39,3% en la casi totalidad de los programas y partidas del sector educativo del Ministerio de Educación. Las Becas a Estudiantes (Progresar) tienen una reducción real del 24,9%. También caen las partidas de Mejoramiento de la Calidad Educativa (-34% real) y de Innovación y Desarrollo de la Formación Tecnológica que cae 43% real.
Esto, mientras Macri insiste con su promesa de reducir la pobreza y que para lograrlo es clave la tecnología. Y que más argentinos tengan acceso a internet y a una conexión a la altura del siglo XXI, en cada rincón del país. Un descaro total.
En materia universitaria el proyecto 2019 supone una caída real del presupuesto de 15,9% en dos años. Así lo determina el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), integrado por los rectores del país. Mientras en Ciencia y Técnica, al «aumentar» por debajo de la inflación real, hay una reducción real del 3,3 % anual.
¿Presupuesto PRO bonistas y FMI o para la mayoría social?
Así el Presupuesto 2019 macrista se alinea con un modelo social que prioriza el pago de la deuda a bonistas y el FMI, antes que resolver la deuda con nuestro pueblo. Un proyecto acorde al papel que el capitalismo imperial nos asigna en la división internacional del trabajo –rol que el PRO asume y el PJ acompaña- como proveedor de materias primas, extractivista y de servicios con poco valor agregado.
La educación pasa a ser funcional a esta economía primarizada que no requiere «educar al soberano», más allá de conocimientos básicos y habilidades instrumentales. Lo opuesto a lo que fuera la educación al servicio de un modelo de desarrollo. Se insiste con los lineamientos del Banco Mundial, la OCDE y el FMI que ponen a la educación en clave economicista, opuestos a una escuela estatal como conquista social.
La enseñanza pública intenta servir a la productividad capitalista y no a las mayorías ni al desarrollo de la persona en su integralidad. El gobierno intenta avanzar así en su nuevo paradigma educativo: ir por la escuela estatal y sus partidas, poner el foco en la docencia y transformar la educación en redituable área de negocios, privatizando lo que sea posible. Es lo que debemos rechazar, reforzando la lucha. Sin esperar al 2019 como plantean los K y el PJ.
El salario como variable de ajuste
En ese sentido Macri insiste con desentenderse de los aportes que realiza al salario de más de un millón de docentes del país. Y representan del 10% al 15% del sueldo de una maestra, según la jurisdicción. A saber, el Incentivo que mantiene congelado hace tres años y el Fondo de Compensación Salarial que destina a las provincias que no pueden pagar el mínimo salarial y pretende reducir un 75% este año.
Por el volumen de gasto que representa, el mayor ajuste se da con el congelamiento del Incentivo Docente (FONID), que pasa de $25.522 millones a $26.419 millones, un aumento nominal del 4% y una caída real del 22,5%. El FONID está congelado en $1.210 por cargo desde julio de 2016. Considerando la inflación que hubo y la que prevé el gobierno para 2019, el Incentivo debería pasar de 1.210 a 2.731 pesos para recuperar el valor de entonces.
Al representar la masa salarial el 85% a 90% de los presupuestos, el ajuste que se realiza vía inflación, devaluación y recesión licua intencionalmente los salarios docentes. Así, en los primeros 6 meses de 2018 el salario real de los docentes bonaerenses cayó más de 2%. Mientras que había caído el 4% entre noviembre de 2015 y diciembre de 2017.
Además, en 17 provincias los aumentos anuales cerrados entre la Celeste y los gobiernos ni siquiera compensó la inflación en los primeros 7 meses del año. Y sólo con una nueva negociación o un pago extra podrían acercarse a la inflación.
Lo mismo ocurre con los docentes universitarios que, entre marzo y agosto, perdieron 6% de poder adquisitivo. Tanto que para compensar las pérdidas que vienen sufriendo ante la inflación, necesitarían un aumento del 25% y un bono extra de 13 a 21 mil pesos.
Nuevo modelo educativo y social
Nuestro sistema educativo demanda cambios. Pero las medidas del PRO van en sentido opuesto a la demanda social. Con estos 10 puntos planteamos una verdadera revolución a favor de la educación estatal.
- Una nueva matriz salarial con un básico nacional que cubra la canasta familiar y el acceso a los bienes culturales. Blanqueo de las sumas en negro, incluido el Incentivo. Para trabajar en un sólo cargo y en cursos de 20 alumnos máximo.
- Anular el impuesto al salario. 82% móvil real, jubilación con 25 años de servicio, sin límite de edad. No armonizar las Cajas.
- Aumento ya del presupuesto al 10% del PBI, por condiciones dignas para enseñar y aprender: Plan nacional de refacción edilicia y construcción de aulas, escuelas y jardines. Crear los cargos necesarios. Más y mejores becas, comedores, transporte, guardapolvos, indumentaria y material didáctico que garanticen inicio, trayecto y finalización escolar a todes. Proveer de mobiliario, calefacción, internet y demás insumos. Gabinetes psicopedagógicos y equipos interdisciplinarios.
- Educación como derecho social garantizado por el Estado. Anular los subsidios a la enseñanza privada, impuestos progresivos a los que más tienen, no pago de la deuda externa.
- Democratizar el gobierno de la educación. Congreso Pedagógico Nacional donde educadores y la comunidad definamos el proyecto educativo y la construcción de saberes socialmente significativos. Basta de planes hechos por tecnócratas, según la OCDE y el Banco Mundial.
- Evaluación social de las políticas educativas. Ninguna injerencia privada en educación.
Efectiva capacitación en servicio, gratuita y a cargo del Estado. Basta de mercantilizar la formación y la política editorial. - Una izquierda pedagógica que genere debates e intercambio sobre pedagogías críticas y articule con otras experiencias.
- Unir esas demandas con el pueblo trabajador, por un plan económico que garantice empleo y salario a las familias para asegurar la educación.
- Sistema educativo nacional, único y estatal; obligatorio, gratuito, científico y laico; democrático, participativo y que respete la diversidad cultural y de género. Con ESI feminista y disidente. con perspectiva de género, que forme integralmente, en un pensamiento crítico, dialéctico, con visión humanística y que aporte a una sociedad solidaria, justa y emancipada, una Argentina socialista.
Francisco Torres, Alternativa Docente