Las cajas jubilatorias como botín capitalista
Escribe: Viki Caldera
En la última sesión legislativa, el PJ cordobés aprobó una reforma previ-sional que completa la armonización con el sistema nacional. Este no es un hecho aislado. En el país y en el mundo los capitalistas intentan atacar las conquistas obreras para resolver su crisis y seguir beneficiando a los ricos. Las reformas jubilatorias son parte de ese plan, que quiere condenar a la clase obrera mundial a una vida de explotación cada vez más prolongada y con menos derechos. Las y los socialistas tenemos un plan alternativo: una vejez digna para los trabajadores y el fin de los privilegios para los patrones.
Las reformas previsionales en el mundo
Todos y cada uno de los derechos de la clase obrera aquí y en el mundo han sido conquistados a fuerza de luchas heroicas, muchas de las cuales costaron sacrificios enormes e incluso la vida de valiosos compañeros. En el afán por resolver la crisis histórica en la que está sumergido, el capitalismo pretende arrebatarnos esas conquistas para seguir beneficiando al 1% que lucra con el esfuerzo de todes y sostener su ganancia.
Las reformas estructurales que atacan derechos históricos son parte de este plan global para profundizar aún más la explotación. Dentro de ellas, la liquidación de las jubilaciones por la vía de destruir los sistemas de reparto actuales es una de las formas predilectas. En todos los países ensayan medidas similares: aumentar la edad jubilatoria, rebajar más aún los aportes patronales, destruir los regímenes especiales y eliminar las pensiones por viudez para aquellas personas que ya cobran un salario o jubilación. En definitiva, empobrecer al máximo a los trabajadores pasivos, terminar de fundir los sistemas solidarios e implementar miserables subsidios a la vejez es el norte de las reformas.
Para avanzar con ellas usan como excusa el aumento de la expectativa de vida de la población, demostrando que este sistema nos concibe sólo como engranajes del aparato, no le importan nuestras vidas ni nuestros deseos, por eso pretende que habiéndose extendido la expectativa de vida, se extienda también nuestro tiempo dedicado a ser explotados, tal como si hubieran logrado la extensión de la vida útil de una máquina.
Lo que ocultan es que los sistemas de reparto son deficitarios porque cada vez son más los trabajadores en negro y los desocupados, y porque los salarios se han ido deteriorando y, por ende, también los aportes. El problema no es que lo trabajadores vivan más sino que el sistema ha recortado derechos, lo que en los hechos ha significado una baja en la recaudación de las cajas jubilatorias. Por lo cual, la solución no es destruir el sistema de reparto sino destruir al sistema precarizador: el capitalismo.
Así lo entienden los pueblos del mundo que resisten los ataques, como sucedió en Francia donde Macron se topó con un pueblo valiente que lo enfrenta. O en Brasil donde a pesar de que Bolsonaro logró avanzar, la pelea de las masas sigue viva.
Argentina: historia de ajustes jubilatorios
En nuestro país el derrotero de las jubilaciones tiene larga data. Desde hace años es el blanco preferido de los ajustes no importa si a estos los comanda el PJ o la UCR o el PRO. Todos los partidos patronales han sabido meter mano en la caja de los jubilados.
El Gobierno de Menem cambió el sistema de reparto por uno mixto que habilitó el negocio de las aseguradoras con los aportes de los trabajadores, mientras se desfinanciaba el sistema de reparto. Además redujo drásticamente los aportes patronales, con el argumento de favorecer la generación de empleo. Como se sabe la década menemista terminó con la tasa de desocupación más alta. Y aunque la mentira quedó demostrada los aportes patronales nunca se restituyeron.
Durante la década kirchnerista los jubilados no corrieron mejor suerte, y a pesar de que se volvió a unificar el sistema, terminando con el curro de las AFJP, se consolidó el achatamiento de los haberes estableciendo un cálculo de movilidad que estaba muy por detrás de las necesidades reales. Además Cristina vetó el 82% móvil, aduciendo que llevaría a la quiebra el sistema, mientras usaban la plata de la ANSES para salvar a la General Motors.
Macri vino a intentar completar los ajustes que habían quedado pendientes y en diciembre de 2017 aprobó, con apoyo del PJ y los gobernadores, una brutal reforma jubilatoria que recortó haberes, impuso un nuevo cálculo muy regresivo y aumentó en los hechos la edad jubilatoria a 70 años. El pueblo la resistió heroicamente en las calles, a pesar de la represión y el gobierno de Macri quedó muy debilitado.
Alberto lo primero que hizo fue meterse con los jubilados, robándoles la movilidad con la mega ley de emergencia, que la suspendió hasta junio y permitió que hasta el 70% del Fondo de Garantía y Sustentabilidad esté en títulos públicos. Por más argumentos falsos que intenten utilizar la verdad es que su cálculo jubilatorio es tan insensible como Vanoli, que dejó a los viejos haciendo cola en la calle en plena pandemia y la consecuencia es que la jubilación mínima en junio será de $16.864, con eso no vive nadie, como bien denuncia Eugenio Semino, defensor de la tercera edad.
Schiaretti contra los jubilados
El capítulo más reciente del ajuste a los jubilados lo protagonizó la provincia de Córdoba. Entre gallos y medianoche el PJ cordobés hizo aprobar una profunda reforma previsional que vino a completar la tan demandada armonización de la Caja de Jubilaciones cordobesa al sistema previsional nacional.
La nueva ley difiere a dos meses los pagos de los aumentos, amplía el cálculo del haber de un promedio de los últimos 4 años a 10 y paga sólo el 67% del salario del activo. Además aumenta a 70 años la edad jubilatoria para aquellos que no tienen los años de servicio, limita las compatibilidades de beneficios y recorta las pensiones.
Como dijo nuestra compañera Luciana «es sin dudas un ajuste salvaje a todos los jubilados y no hay discurso que pueda disimularlo. Ellos lo saben y por eso encerraron a la población para poder votarlo». El gobierno en una burda maniobra endureció la cuarentena el 18 de mayo, el 20 aprobó el ajuste y el 22 anunció nuevamente la flexibilización, sin ningún dato sanitario que lo sustentara. Una perversa utilización del encierro que va en consonancia con lo que venimos denunciando, Schiaretti pretende mantener en cuarentena la protesta social mientras libera la ganancia empresaria.
Las cajas son de lxs trabjadorxs, el déficit de los gobiernos y capitalistas
Desde distintos sectores pretenden hacernos creer que estas reformas son inevitables usando como excusa el aumento en la expectativa de vida y el crecimiento del trabajo en negro. Y nosotros nos oponemos categóricamente a esa falsa idea. Es totalmente posible, además de absolutamente necesario, garantizar el 82% móvil a todos los jubilados y una vejez digna para ellos y los que vendrán. Pero para hacerlo es fundamental tocar los intereses de los que hasta ahora no han hecho ningún esfuerzo y sin embargo siempre se llevan la mejor tajada: los grandes empresarios, los bancos y terratenientes. Es a ellos a quienes el gobierno debe cobrar fuertes impuestos.
No es a las trabajadoras y trabajadores a quienes deben pedirnos solidaridad, no son los viejos que aportaron toda su vida los que deben hacer sacrificios para financiar a los bancos y prestamistas. Hoy más que nunca es tiempo de que la crisis la paguen los que la provocaron.