La decepción y bronca ante el ajuste de un gobierno como el de Alberto y Cristina, que se dice peronista, tuvo expresión positiva en la mejor elección de la izquierda con el FIT Unidad. Las expectativas generadas y las promesas incumplidas llevaron a una amplia porción de trabajadores a hacer su experiencia con el peronismo y que empiece a emerger la izquierda. Esto llegó para quedarse y es clave para lo que se viene.
Escribe: Francisco Torres
La mayor expresión de este fenómeno es que la izquierda revolucionaria conquista por primera vez numerosos concejales en distritos claves bonaerenses. Con el PJ al frente por décadas como La Matanza con Espinoza o Merlo con Gustavo Menéndez, intendente y presidente del PJ bonaerense, además de Secretario de Organización del PJ nacional.
Este distrito incluso es un símbolo porque hace días se hizo ahí el acto de “unidad” de todas las líneas internas del PJ para recordar a Néstor Kirchner. Todo para potenciar la idea de una “unidad” que no es tal y buscar dar otra imagen para remontar la dura derrota en las PASO.
La provincia es considerada la “madre de las batallas”, al ser el principal bastión electoral del país. Lograr una importante votación en el conurbano, donde viven 11 millones de personas, el 63% de los bonaerenses, es una señal categórica de que esa loza que era el PJ, para contener como la dirección histórica de la clase trabajadora, se empieza resquebrajar y un amplio sector vira a la izquierda.
Porque hay polarización social a izquierda, pero también a derecha del bipartidismo o bi-coalicionismo. No solo crece la izquierda, sino también la derecha reaccionaria con el voto a Espert y Avanza Libertad. Subió al tercer lugar al aumentar su votación en mayor proporción que lo que subió Juntos, desde las PASO a esta elección.
Este panorama se explica por el fenómeno de polarización que hay a nivel internacional y cobra expresión en el país. Donde los polos a izquierda y derecha se potencian, más que las coaliciones tradicionales. Para el voto a Espert, seguro influyeron las listas que no pasaron las PASO con votos del nacionalista Frente Patriota de Biondini, del partido Conservador, del ex carapintada Gómez Centurión, de Dignidad Patriótica, de Moral y Progreso o Todos por Buenos Aires que se referencia en Milei.
En el otro polo, el más dinámico y que responde al pueblo trabajador, con el Frente de Izquierda Unidad logramos aglutinar los 101 mil votos que habían reunido por separado las boletas de un divisionismo eterno y funcional al gobierno que se dice combatir del Nuevo MAS de Manuela y los de Política Obrera de Altamira. Pero sumamos más de 160 mil votos nuevos en disputa, llegando a una elección histórica con 600 mil sufragios.
No resulta menor tampoco la caída del voto en blanco o el nulo, que encontraron en el voto positivo, por izquierda, una salida para el pueblo trabajador y no de los poderosos que tienen a muchos partidos y políticos que los defienden.
Bancas para el FIT Unidad
Con las bancas y el ingreso de numerosos concejales en distritos tradicionales del peronismo, además de ser Vilma Ripoll diputada nacional electa en la banca rotativa del FIT Unidad, y Guillermo Pacagnini como diputado bonaerense por la populosa 3ª Sección, se marca a fuego una tendencia que llegó para quedarse. Y se va profundizar con la ruptura de trabajadores, activistas, luchadores, mujeres y jóvenes, quienes comprueban que con la mística, los símbolos del PJ o con hablar de Perón o Evita no se va a llenar la mesa familiar ni se llega a fin de mes. De ahí que más que un castigo, podamos decir que se votó por la positiva, a una propuesta de lucha y transformación social.
Se demostró además que es posible dar la pelea con éxito, sosteniendo los principios. Sin caer en la resignación y un posibilismo frustrante que promueven sectores derrotados y asimilados al sistema que repiten que lo que decimos desde la izquierda sería utopía o lo planteamos porque nunca vamos a tener que gobernar ni a tener responsabilidad, etc. Todo falso para justificar su derrotismo pro capitalista.
Porque logramos la extraordinaria votación sin bajar ninguna bandera. Como las que históricamente levantaran honestos luchadores, quienes veían en el peronismo la alternativa posible para luchar por la soberanía política, la independencia económica y, sobre todo, por la justicia social.
Compañeres de lucha nos decían que ven bien las ideas de izquierda, pero que no quedaba otra que dar la pelea desde adentro del PJ. Que deberíamos ser “astutos” y pelear desde adentro para avanzar porque lo nuestro no iba a ser posible. Que no se daría hasta lograr una supuesta acumulación y cambio en la relación de fuerzas. Todas excusas de cosas que nunca llegan…
Pero este logro de la histórica votación a la izquierda revolucionaria con el FIT Unidad, al lograr entrar a los concejos deliberantes como nunca antes, cobra más fuerza ante el contraste con otros sectores de la izquierda política y social que optaron por el camino inverso.
Con un PJ en el gobierno, incluyendo a Cristina Kirchner, la misma que estos sectores combatieron en sus años de gobierno, vemos hoy a fuerzas que se reivindican de izquierda como al PCR y la CCC, que optaron por guardar toda postura “clasista y combativa” para asimilarse al gobierno del ajuste y del pago de una deuda externa que tanto denunciaron.
Lo mismo el PC, Partido Comunista o Libres del Sur y su sector social Barrios de Pie, más el Frente Patria Grande o la Santillán. Todos sectores ubicados a izquierda, con posturas anticapitalistas, antisistema cuyas direcciones optaron por arriar esas banderas con el falso argumento de “dar la pelea desde adentro” del PJ para intentar cambiarle el rumbo… Deben romper con estos proyectos fracasados para sumar a una alternativa sólida y en desarrollo.
Insistir con lo otro es una vía muerta, comprobada muchas veces de forma trágica y al costo de tener que relegar demandas estratégicas y puntos programáticos, de principios, como el llamado a no pagar la deuda externa, a ajustar a los ricos, enfrentar las corporaciones. Todo para terminar capitulando a un gobierno pro-patronal, reconocidamente capitalista y pro-imperialista como el PJ.
Porque se trata de un gobierno y un movimiento transformado en “pagador serial de la deuda”, como reconoce la propia Cristina. Que garantizó a los ricos y las corporaciones que fuguen sus ganancias o “se la llevan en pala”, como reconoce también Cristina. Por lo que le reclama siempre a esa supuesta “burguesía nacional”, por qué no la aceptan junto al kirchnerismo, cuando en su gobierno, los balances de las empresas daban mucha más ganancia que con el macrismo.
Así lo dijo Cristina en el acto por el 17 de octubre, al hablarle a la juventud de La Cámpora, y defender lo que consideran su proyecto peronista, al atacar y descalificar varias veces a la izquierda y el socialismo. Todo para intentar que no hubiera una fuga de votos hacia el FIT Unidad. Cosa que no logró.
Es que, como pregonó en la campaña Alejandro Bodart, el peronismo ya no es la casa de los trabajadores y luchadores populares. Esa es una casa equivocada, regenteada por personeros de la patronal. Hoy esas banderas y planteos de “combatir al capital” como decía la vieja marcha que el PJ no canta hace mucho, solo las levantamos desde el MST como parte de la izquierda que se une, en el FIT Unidad.
Al contrario de lo que decía el general Perón, al considerar a la clase obrera la “columna vertebral” del movimiento, aunque sobre la que se asienta una cabeza dirigencial que viene de las filas empresariales, pro-capitalistas y pro-imperialistas. Cuando hay que hacer lo opuesto: poner en pie un gran movimiento político y social de izquierda, donde la clase trabajadora sea la cabeza dirigente. Para aspirar a gobernar el país y extender esa lucha al plano internacional, como hacemos junto a la LIS.
Es lo opuesto al sincericidio de Cristina, al desnudar su esencia proyanqui, cuando dijo ante La Cámpora que la disyuntiva era entre el “mundo libre” (es decir, el campo que gana la guerra con EEUU a la cabeza) versus los pueblos que se reivindican socialistas. Cuando Perón habló siempre de una “tercera posición”, coreando “ni yanquis ni marxistas”.
En realidad siempre dijimos que el PJ era contrario a las ideas marxistas y la lucha de clases. Algo que Cristina ratificó al decir no ser marxistas, sino lo opuesto. Y que el peronismo está hoy con “el mundo libre”. Es decir, con el imperialismo norteamericano. Por eso incluso el Papa que se dice también peronista, insiste con la quimera de un “capitalismo humanizado”. Puesto en palabras de Cristina, una propuesta humanista, social y cristiana…
Una oportunidad histórica
Hoy, con un gobierno del PJ, se vuelve a dar esta oportunidad histórica de poder disputar para poner en pie un gran movimiento de la izquierda, anticapitalista y socialista. Que aglutine ampliamente a los sectores que revindican esas banderas del peronismo de forma honesta. Y nos dicen que ya Perón y Evita no están y que además, todos los que siguieron fueron gobiernos ajustadores.
El tema de qué hacer con la deuda cobró fuerza inusitada en la campaña. Llegó a ser parte del debate en la mesa familiar o en los lugares de trabajo si esta vez no era cierto que, como dice la izquierda, la disyuntiva es la deuda o los salarios; la deuda o el trabajo; la deuda o la educación.
Las promesas básicas y sentidas que hizo el PJ, diciendo que iban a llenar la heladera, poner plata en el bolsillo de la gente y garantizar el asado en la mesa familiar, se dieron contra la pared de la realidad, la miseria, el desempleo, el crecimiento de la pobreza en una Argentina donde no todos pierden.
Donde, bajo un gobierno que se dice peronista, se amenaza con ajustar a los Vicentín, pero terminan arrugando. Se denuncia que la plata de la deuda se la fugaron Macri y sus amigos, pero la termina pagando el pueblo. Donde el 1% más rico es cada vez más rico y aumentan fuerte sus ganancias en pandemia bancos, corporaciones, grandes empresarios, terratenientes, sojeros y privatizadas.
Por eso hoy se abre esta oportunidad histórica. Porque la gente ve que todos gobernaron y ajustan al pueblo. Que las elecciones pasan pero los problemas quedan y quien está con la gente en las luchas cotidianas, es siempre la izquierda. Solo la izquierda y algunos honestos activistas que se revindican del peronismo o esa juventud que ya no compra la falsa dicotomía bipartidista radical peronista. Porque en 38 años de democracia para ricos, todos han prometido servir al pueblo, pero gobiernan para los de arriba y son parte de los de arriba. Por eso Cristina puede insistir con su relato popular pero ganar 2,5 millones de pesos por las dos pensiones que cobra por mes.
Para estar a la altura de este desafío y oportunidad que se nos abre, la izquierda también tiene cosas que cambiar. Ampliar y ser firmes programáticamente, a la vez que abiertos organizativamente para pechar por poner en pie un gran movimiento político, con un claro programa de ruptura con el sistema, como el programa del Frente de Izquierda Unidad.
Programa que ha sido respaldado con fuerza en esta elección bonaerense y del país. Por eso recibimos tantas felicitaciones, muestras de simpatía y de trabajadores que nos dijeron: “Yo llevé gente a votar por la izquierda”, “soy peronista, pero esta vez voté con mi familia a la izquierda”. Y que se están planteando organizarse de forma amplia, junto al Frente de Izquierda Unidad y el MST. A eso nos jugamos a fondo. Y ponemos todo nuestro empeño y compromiso en ello.
La izquierda perforó el dique del PJ
El Frente de Izquierda y los Trabajadores Unidad realizó una elección histórica bonaerense y fue tercera fuerza en el país. Pero uno de los datos salientes fue la votación en los municipios. Allí, en el corazón del peronismo, en los bastiones de los “barones del conurbano”, el FIT Unidad logró perforar el muro del PJ.
Ahí donde los intendentes del Frente de Todos desplegaron su aparato, sus recursos millonarios y punteriles y donde la fiscalización, escuela por escuela, fue una verdadera batalla campal contra los que se creen y actúan como “dueños” de los distritos y lugares de votación.
Metemos dos concejales en distritos estratégicos como La Matanza con el 9,68% de los votos; en Merlo con el 10,50%; Moreno con 9,27%; José C. Paz con 9,25%. Se pelea voto a voto para ingresar en Morón y en Florencio Varela, con 8,30%. Al ser segunda fuerza en Pringles con el 19,66%, más el 11,66% en San Antonio de Areco, el 6,44% en Bolívar, 5,39% en 9 de Julio y otras muchas y muy buenas votaciones en la Provincia.
Concejales electos del MST en el FIT Unidad
En las PASO, desde el MST aportamos un gran caudal de votos al FIT Unidad. En Merlo, Moreno, José C. Paz y Florencio Varela superamos ampliamente el lamentable y restrictivo piso del 20% de los votos, que impuso el resto de los partidos del FIT-U. Con votaciones que alcanzaron el 27% o en Matanza, al estar cerca de llegar a ese 20%. Por eso el MST participa con candidatos a concejales que asumirán en las rotaciones de las bancas del FIT-U.
Es un hecho enorme que la izquierda tenga representación en los Concejos Deliberantes. Primera vez en la historia que sucede. Se empieza a acabar la complicidad e impunidad del PJ y sus acuerdos con Juntos para gobernar contra los trabajadores, vecinos, mujeres y la juventud. La izquierda rompe el muro que el peronismo construyó por décadas y será una voz potente para denunciar la corrupción que reina en las municipalidades y llevar los reclamos y luchas al Concejo.
Susana Verón es dirigente social de Merlo. Encabeza hace años los reclamos de tierra, servicios, alimentos y acceso al trabajo digno en las barriadas más profundas. Es también referente de la lucha por los derechos de las mujeres y las disidencias.
Pablo Lopardo es trabajador estatal, del ANSES de Moreno. Conduce desde Alternativa Estatal, la oposición a la conducción de ATE en el municipio y es, desde hace años, referente político de la izquierda y vocero de los reclamos de los trabajadores, vecinas y vecinos de Moreno.
Valeria Bibiano es empleada y vecina de Sol y Verde, José C. Paz, hace 30 años. Integra el movimiento en Defensa de las Salitas de Salud, atacada permanentemente por el intendente Ishii. Acompaña siempre la lucha del equipo de salud del Hospital Mercante y es referente de Juntas y a la Izquierda.
Ana Paredes Landman, con 27 años va a ser de las concejalas más jóvenes. Estudia Trabajo Social en la UNLaM y encabezó la lista del FIT-U al Consejo Superior. Integra la Mesa por el Derecho al Aborto, la Asamblea contra Klaukol y la Campaña contra el Acuerdo Porcino y el Trigo Transgénico. Fue delegada estudiantil, activista antirepresiva y murguera; es docente desocupada.
Héctor Varela, histórico referente socialista de Florencio Varela. Fue delegado metalúrgico en la fábrica Fracchia. Vive en Monte Cudine y es uno de los referentes de Jubilados de Izquierda. Toda lucha y reclamo en Varela lo tiene de protagonista.
Las luchas entran a los Concejos
Desde el MST estamos orgullosos de aportar a estas compañeras y compañeros para que la izquierda haga su debut desde el 10 de diciembre, en los Concejos Deliberantes bonaerenses. Junto a las otras fuerzas del Frente de Izquierda Unidad, Susana, Pablo, Valeria, Ana y Héctor serán la avanzada de un proceso que va a seguir creciendo y desarrollándose si el Frente se abre más a trabajar e incorporar a nuevos sectores y luchadores sociales que apoyen su programa.
Tenemos que seguir golpeando con fuerza para derribar de una vez y para siempre ese muro del PJ. En la lucha por todos los reclamos y en la perspectiva un gobierno de los trabajadores y el pueblo.