Venezuela: Maduro en su laberinto

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La oligarquía y los representantes del capital financiero localizados en Venezuela se quedaron con el champan sin descorchar y la mesa puesta pero sin servir. Sectores del Alto Gobierno, cuya cara más amable para el capital es la del hasta hace poco Vicepresidente del área económica, Nelson Merentes, estaban comprometidos en participar del festejo pero no pudieron asistir.
La instrumentación de un nuevo sistema cambiario que se dirigía a liberar el dólar y al pacto con el FMI; acordado por el gobierno con las Cámaras Empresarias y que parecía irreversible; fue frenado en seco. El ministro fue desplazado de su cargo de Vicepresidente, el nuevo sistema de cambio de divisas fue congelado y el control de cambios, con el que se manejan los dólares que produce el petróleo (el 97% de las divisas que ingresan al país), se mantuvo. ¿Qué pasó para que se aplicara ese freno brusco? Nicolás Maduro y las principales figuras de lo que hoy se llama aquí la “dirección política” del gobierno, bajo una fuerte presión social, abrieron los ojos y sintieron vértigo: un paso adelante los esperaba el abismo.

Bajo presión 

Las negociaciones por el nuevo sistema cambiario que no se aplicó, fueron inauguradas en mayo, en una reunión entre la principal espada de la oligarquía local Lorenzo Mendoza y el presidente Maduro. Para asegurarse la conquista de los objetivos pactados las Cámaras Empresarias redoblaron la ofensiva. El desabastecimiento programado en todo tipo de productos duplicó su promedio histórico llegando al 30% del total. La inflación se disparó al 53 %, la especulación con el dólar paralelo hizo que su precio se multiplicara por 9 en relación al oficial. Se destaparon casos que mostraron una corrupción de escándalo. Esto creó un escenario de mal humor social y descontento político con el gobierno, que crecía a cada nuevo aumento de precios y con cada producto que desaparecía de las góndolas o no llegaba a ellas.
Como en una olla a presión se estaba desarrollando un estado de ánimo a punto de estallar. Una fuerte corriente de opinión se hizo sentir: se publicaron decenas de noticias mostrando ese descontento y haciendo denuncias y centenares de artículos críticos a la inacción del gobierno y con propuestas de emergencia anticapitalistas. Noticias y artículos censurados por los medios públicos que sólo pudieron ver la luz gracias a aporrea.org. El único medio que reivindica al Proceso Bolivariano donde se pueden expresar las luchas y las voces críticas. Por otra parte un clima propicio para micro saqueos crecía en las colas para adquirir productos que escasean, acompañado de las primeras luchas reclamando contra el gobierno y los patrones privados, que completaba el cuadro.

Medidas en la emergencia 

El 6 de noviembre Maduro anuncia las medidas para la emergencia. Y unos días antes del cobro de los aguinaldos se intervienen cadenas de comercios, se controlan sus inventarios, se revisan sus documentos de compra, se constatan precios por encima del 600% del costo. Y se procede a controlar la mercancía con precios de usura, a intervenir los comercios y a venderlas en el lugar con rebajas considerables de precios. Este proceso empieza por los electrodomésticos y la línea blanca, sigue por calzado y vestimenta, continúa por automotores, motocicletas, autopartes, ferreterías y muchos otros rubros. A los pocos días de iniciada esta intervención todos los comerciantes empiezan a rebajar sus precios de manera “voluntaria” buscando evitar las inspecciones y la presión que se siente en la población que exige se profundice y extiendan las medidas.
El nivel de usura y acaparamiento es tan brutal que rebajas de precios que van del 30 al 50% de lo marcado todavía resultan insuficientes. Por otra parte el gobierno intenta atacar la fuga de divisas que se evaporan por medio del sistema de distribución de dólares para la importación: se crean una Central Única de Importaciones y una Corporación Nacional del Comercio Exterior. Al tiempo que se anuncia una instancia estatal cuyo objetivo declarado es orientar el crédito que fluye en el sistema bancario. Y con la sanción de la Ley Habilitante se fija un límite máximo a las ganancias de los comerciantes que va del 15 al 30%.

El cruce de caminos 

Las medidas sobre los precios tuvieron efecto inmediato y dieron oxigeno social y político al gobierno. Cambiaron el panorama electoral para las municipales el 8 D, fecha que la oposición buscaba usar como señal de largada para una operación que cuestionara la continuidad del gobierno.
Sin embargo, es apenas la primera escaramuza de una batalla que recién comienza. La usura, el desabastecimiento y la especulación sobre el dólar, son las manifestaciones emergentes de la crisis actual. La explicación de fondo está en el agotamiento y fracaso irreversible del modelo de economía mixta que se intentó aplicar en los últimos diez años.
En el escritorio de Maduro en Miraflores, debajo de los últimos decretos sobre precios, ganancias y control del comercio exterior, descansa, aún sin firma, la Carta de Intención con el FMI. Si frente a los nuevos temblores de la crisis y en la búsqueda de restablecer el modelo definitivamente fracasado de economía mixta decide firmarla, se habrá perdido la conquista económica más importante del Proceso Bolivariano: el control estatal de la Renta Petrolera. Y se abrirá el camino a la pérdida de las conquistas políticas.
Por el contrario, si se logra poner en movimiento la energía todavía entre dormida del pueblo que vive de su trabajo, se la puede orientar hacia la conquista de una política económica soberana y anticapitalista. La construcción de un nuevo instrumento político que tenga ese objetivo y el fortalecimiento y coordinación para la lucha de las direcciones obreras autónomas que empiezan a nacer, son las tareas prioritarias para conseguirlo. En ellas estamos empeñados.

Carlos Carcione, Marea Socialista

Durante un discurso en Caracas el fin de semana, el presidente Maduro, dijo: "Los capitalistas especulan y roban como nosotros". El lapsus bien podría transformarse en un sinceramiento de la burocracia que se expresa en su gobierno.
Durante un discurso en Caracas el fin de semana, el presidente Maduro, dijo: «Los capitalistas especulan y roban como nosotros». El lapsus bien podría transformarse en un sinceramiento de la burocracia que se expresa en su gobierno.

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