La Policía Local no resuelve la inseguridad

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Luego de meses de intentarlo y 5 sesiones fracasadas en el senado bonaerense, Scioli sacó por decreto su policía municipal. Un brazo armado que reporte a los intendentes del PJ o la “oposición” no es la salida para combatir el delito. Los 3000 jóvenes platenses anotándose para las 731 vacantes y tener un trabajo, a pesar del riesgo que implica, solo muestran otra faceta de la creciente fractura social del país que está en la base de la inseguridad. Nuestras propuestas para resolverla.

Con la Resolución Ministerial N° 835/14, Granados creó las “Unidades de Policía de Prevención Local” con rango de División, las que “serán equipadas y financiadas por el presupuesto de la provincia” (art. 1). Es para los 42 municipios de más de 70 mil habitantes que adhieran (art. 2).
Si bien es un híbrido que crea una división “local” dentro de la Bonaerense (art. 5 y 6), su conducción la ejerce el intendente, un coordinador y un jefe policial que propone éste y designa el ministerio (art. 7). En un claro clientelismo, el intendente recluta a los aspirantes que cobran $ 3.300 por mes de beca durante el curso y luego $ 8.500 de sueldo, obra social y estabilidad. Su formación y adiestramiento es descentralizada y por 12 meses, aunque se puede acortar a 6 (art. 11). Un curso exprés de agente…
Su misión es “la prevención, con características de policía de proximidad” (art. 7). Y sus funciones, “la observación, patrullaje y vigilancia… Implementar la disuasión ante actitudes y hechos delictivos o contravencionales; hacer cesar la comisión de delitos e impedir sus consecuencias” (art. 8). Irónicamente también, “intervenir en conflictos por violencia de género” cuando no hay presupuesto ni refugios para las víctimas.
Bajo su concepción punitiva y de “saturación” busca sumar 15.000 agentes, armados las 24hs y que pueden detener, incluso para “averiguar antecedentes”. Se suman a los 10 mil cadetes egresados, los 60.000 agentes de la “maldita” Bonaerense y los 6.000 gendarmes que patrullan. Un ejército que no reduce el delito.
Scioli, Massa y el PRO compiten por su autoría, pero no hay nada nuevo. En 2004 Solá y Arslanian lanzan el 911, un “mapa del delito” y crean la Policía Comunal (Ley 13.210 y 13.482) con muchas similitudes con la actual y poco ha mejorado.
Sin consultar a los vecinos (sólo en Necochea plantea una consulta popular), ya adhirieron Lanús, Avellaneda, Lomas, Berazategui, La Plata y siguen otros. Pese a criticar para la tribuna, adhieren también intendentes “opositores” de la Coalición Cívica (FA-UNEN) en Dolores, la UCR en Tandil, el massismo en San Isidro y el PRO en Vicente López. Hasta Sergio Berni, auguró su “éxito” y la ve como la “base para suplantar a la Bonaerense”. Con este tren fantasma, nada bueno puede haber.
La mayor causa de la inseguridad es la desigualdad. Junto a combatirla es necesario depurar la Bonaerense y castigar a los que vienen de la dictadura, casos de gatillo fácil y corrupción. Replantear el sistema penitenciario. Implementar mecanismos de nombramiento, control y remoción de toda la policía, el aparato de seguridad y el poder judicial a partir de la elección, por votación popular, de los comisarios, jueces y fiscales con la posibilidad de revocar sus cargos por decisión popular. Y deben rendir cuentas y ser controlados por los vecinos, las organizaciones sociales y de DDHH. Con estas medidas, con seguridad combatiremos el delito, en un nuevo proyecto de sociedad.

Francisco Torres

polimunicipal


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