Mientras el gobierno ensaya un difícil retorno al doble discurso, los presidenciables de la oposición están lejos de su mejor momento.

Massa, Scioli y el libro de pases

La sorpresa del 2013, Massa, se ha quedado con varios diputados que antes integraban el proyecto de Carrió y sumó al gobernador rionegrino Weretilneck. Pero ha perdido iniciativa política y sus apariciones públicas lo muestran esgrimiendo recetas del pasado o directamente sin propuestas. Mientras más publicita su proyecto, más claro queda su esencia pro-empresaria. Aunque las encuestas lo ubican arriba de Scioli, se ha estancado.
La disputa por los barones del conurbano y el mediático Insaurralde con Scioli, continúa, mientras el gobernador, que se postula con su “ola naranja” mantiene la provincia en rojo haciéndole pagar la crisis a los trabajadores y el pueblo.

Binner y la mano del mercado

El ex gobernador de Santa Fe salió en los últimos días a expresar que él defiende un socialismo que cree en que los mercados son capaces de corregir los problemas de la economía. Hace más de un siglo que esta equivocadísima idea viene reventando países y pueblos enteros. Sólo se animan a defenderla los voceros del FMI, el Banco Mundial, las fundaciones privadas más conservadoras. Cualquier semejanza con Cavallo no es pura coincidencia.

Macri busca a cualquiera para cruzar la Gral Paz

Tan flojo es el panorama en las filas de la oposición patronal, que Macri ha podido subir unos puntitos. Este nefasto personaje, que ha profundizado todas las desigualdades sociales, a la par que entregaba la capital a las corporaciones empresarias, tiene el descaro de proponerse como recambio.
A pesar de sus 7 años en la gestión de la Ciudad, no ha podido construir un proyecto de alcance nacional. Por eso está desesperado para tejer algún acuerdo con la UCR o Carrió.
Para transformar el país y decirle basta a la vieja política, los trabajadores y el pueblo no podemos acompañar a este gobierno que no resolvió los problemas estructurales del país a pesar de llevar 11 años en el poder. Pero también tenemos que alejarnos para siempre de las falsas opciones que aprovecharán el descontento para llevar agua para su molino y arrastrarnos a nuevas y peores frustraciones.

Ignacio Tedesco