Violentas manifestaciones de los jóvenes y adolecentes negros de la ciudad estadounidense de Baltimore, en la que se produjeron fuertes choques con la policía, se desataron luego del entierro de Freddie Grey, joven negro de 25 años, víctima de la brutalidad policial tras un injustificado arresto el 19 de abril pasado. El gobernador del estado de Maryland llamo a la Guardia Nacional y se decretó un toque de queda durante una semana con cierre de las escuelas públicas, en respuesta a las fuertes protestas.
Luego de varios días y de que las movilizaciones se extendieran a otras ciudades como Nueva York, Houston, Indianápolis, Atlanta, Denver, entre otras, en las que se produjeron distintos encontronazos con la policía, como en Nueva York donde el saldo final arrojó la cifra de 140 detenidos, finalmente 6 policías fueron acusados formalmente de asesinato.
La gravedad del levantamiento de la juventud negra contra el maltrato policial, ha llevado a que la revista TIME compare en su tapa estas protestas con las manifestaciones por los derechos civiles de los negros, que encabezó Martin Luther King en la década del 60.
La magnitud de estas luchas ha ido creciendo tras la muerte en agosto del año pasado del adolescente negro Michael Brown, en Ferguson, Missouri, a manos de un policía blanco que no fue sometido a juicio. Desde entonces la violencia policial y las movilizaciones de respuesta no han cesado. Entre los casos más resonantes está el de Eric Garner, que murió en Nueva York víctima de un violento arresto en el cual la policía aplicó una maniobra de estrangulamiento prohibida. O el de Tamir Rice, de sólo 12 años, que murió en Cleveland por un disparo policial cuando sostenía en sus manos una pistola de juguete.
El crecimiento del racismo y la persecución policial contra la juventud negra debe buscarse en la grave crisis social que atraviesan vastos sectores de la población negra, latina, inmigrante, de sectores de la clase obrera y los trabajadores de servicios, que no han visto recuperar su nivel de vida, luego que la crisis del 2008 dejara a muchos sin casa o sin empleo. En Baltimore por ejemplo el 60 % de la población es negra y sufre una desocupación del 55%, en particular en la juventud (contra un 4,5% de índice nacional). La ciudad, que está a solo 60 km de la Casa Blanca, está dividida entre un sector blanco y próspero, y los barrios negros que tienen hasta las aberturas de las casas tapiadas para evitar que sean intrusadas.
Esta es la razón de fondo por la cual el primer presidente negro de la historia, Barack Obama, no puede pasar de tal o cual declaración contra la violencia policial, pero ninguna medida efectiva para terminar con la marginación de millones de jóvenes y desmantelar el aparato represivo yanqui. La rebelión de los negros de EEUU amenaza con convertirse en una nueva revuelta como la de los años 60 por los derechos civiles, pero en esta ocasión a diferencia de aquella, deberá enfrentar a las bases mismas del capitalismo norteamericano, que en plena decadencia a trasladado el pago del costo de su crisis a importantes sectores de la población de su propio país.
G.G.