La noticia que los jueces Horacio Piombo y Benjamín Sal Llargués de la Sala 1 del Tribunal de Casación Penal de Bs. As., modificaron la calificación, excluyeron el agravante, le redujeron la pena y dejaron en libertad a Mario Tolosa, quien violó a un niño de 6 años en el baño de un club, demuestra que la justicia es pésima y que hay jueces directamente desastrosos.
A partir de este fallo se conocieron casi una docena de casos tan terribles como este, llevados a cabo por estos jueces. Al que hay que agregar el caso del asesinato a través del “gatillo fácil”, de mi esposa SONIA COLMAN, compañera socialista, combativa y revolucionaria, que fue asesinada mientras trabajaba el 23-12-2007 por el oficial Oscar Benítez de la Comisaria 3ra de Del Viso, Pilar, cuando disparó un itakazo de 9 proyectiles en medio de toda la gente que realizaba sus compras navideñas, a dos menores desarmados que habían robado una billetera con $80.
Luego de cuatro largos años de lucha, el Tribunal Oral 3 de San Isidro lo condenó a 8 años y 6 meses de prisión el 5-9-2011. Apelamos al Tribunal de Casación donde reclamamos que se aplique el art.80 inc.9 del Código Penal que indica con toda claridad que “cuando un funcionario policial en un procedimiento, con su uniforme y con el arma que le brinda el Estado, abusando de su condición de policía, asesine a un inocente o inclusive a un delincuente al que supiese desarmado, le corresponde la pena de prisión perpetua”.
El Tribunal votó el 27-8-2013. El primer juez Angel Natiello dijo: “se desprende claramente que el imputado ha desplegado su accionar de manera abusiva, excesiva, indebida e injusta y le corresponde el art.80 inc.9 del Código Penal”. O sea, perpetua. Pero debían votar los sátrapas de Piombo y Sal LLargués. Piombo dijo: “el policía Benítez no tuvo el propósito de abusar de sus funciones sino de cumplirlas. No concurrió voluntariamente a hacer el rondín vehicular sino compelido por el empleo que tenia y con el que ganaba un dinero que apenas alcanza para satisfacer las necesidades perentorias de alimento y vestido”, agregando que “el funcionario policial no necesita cuando actúa en cumplimiento de un deber acreditar la legalidad de su comportamiento” y concluyó, “no veo abuso alguno”. Su compañero de fechorías Sal LLargués dijo cosas parecidas. Los dos fallaron contra la prisión perpetua al asesino de Sonia.
En la actualidad el ex oficial Benítez purga la pena de 8 años y medio de prisión (seguramente saldrá antes por buena conducta) en el penal Nº 41 de Campana, salvándose de la pena de prisión perpetua que le hubiese correspondido si no fuera por la invalorable ayuda que le brindaron los jueces Piombo y Sal Llargués.
Por esto y por todos los demás casos en los que actuaron de manera impúdica, nuestra familia pide el juicio político y la expulsión tanto como jueces, como profesores de la universidad. ¡Será Justicia!
Antonio Espasa e hijas, Natalia, Laura y Melisa